Comunicado durante la protesta por el asesinato de periodistas frente a Palacio Nacional
Fotos: Alejandro Meléndez, Fernando Luna y Andalusia Knoll
Periodistas Unidos. Ciudad de México. o1 de junio de 2018.- Comunicado durante la protesta por el asesinato de periodistas frente a Palacio Nacional en el zócalo de la Ciudad de México.
JUSTICIA, NO SIMULACION
Asesinaron en Tamaulipas a nuestro colega Héctor González Antonio. Su muerte violenta nos indigna y nos enoja como lo han hecho cada uno de los homicidios de nuestros compañeros a lo largo de todo el país. Héctor es el sexto periodista asesinado en este año 2018; son 42 los comunicadores asesinados en lo que va del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. La suma ya se eleva a más de 140 los periodistas asesinados y desaparecidos en México del año 2000 al presente. ¿Hasta cuándo seguirán la muerte, las amenazas, la censura?
México se ha transformado en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, que no es otra cosa que informar lo que ocurre. Hace cuatro días fue el homicidio en Monterrey de la colaboradora de El Financiero, Alicia Díaz. Diez días antes fue el de Juan Carlos Huerta en Villahermosa -justo el día que conmemorábamos un año del homicidio de Javier Valdez. Enero, febrero y marzo fueron meses con sus respectivos periodistas muertos. Tenemos un promedio de un periodista asesinado al mes. También nos falta Agustín Silva, desparecido en Oaxaca en enero.
Vivimos en un duelo eterno: No paramos de llorar a quienes nos faltan. Cada asesinato pega distinto. Algunos reabren pesadillas o heridas en quienes hemos vivido la pérdida de un colega conocido, o amigo.
Como gremio, hemos buscado reaccionar de diversas formas frente a ese dolor y esa sensación de vulnerabilidad en nuestra profesión: hacemos textos, fotografías, libros y documentales desde nuestras trincheras. Nos levantamos al día siguiente y hacemos el periodismo que sabemos hacer con mayor compromiso pensando que así realizamos un pequeño homenaje a los que nos han sido arrebatados y siguen en la impunidad. Incluso, como hoy, salimos a protestar a las calles. Sin embargo, parece que nada cala, nada alcanza.
Otra vez, este 28 de mayo, Héctor González Antonio iba rumbo a su casa en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Nunca llegó. El 29 encontraron su cuerpo sin vida. Irving Barrios Mojica, procurador de justicia de Tamaulipas, se apresuró a decir que las causas de la muerte de nuestro colega fueron “robo o riña”. Cuánto descaro: apenas habían pasado horas del asesinato y el caso no había sido exhaustivamente investigado. Aunque conocemos de memoria el guión de impunidad que le sigue a cada caso nos rehusamos a caer en la trampa de la desesperanza aprendida.
Queremos que se escuche claramente: las autoridades son parte fundamental en este horror. Más del 60% de las agresiones que sufrimos provienen de autoridades y en 100% de los casos, también son autoridades quienes garantizan que no exista ni verdad ni justicia.
Con cada colega amenazado, desaparecido o asesinado hemos obtenido palabras vacías y simulación, instituciones fachada que no cumplen ni sus más básicos objetivos de proteger a nuestros compañeros, y la muestra está en que nos siguen matando aún estando bajo resguardo del Estado.
Las elecciones no auguran nada bueno: entre más se acercan más miedo tenemos a que los periodistas suframos más violencia. Tampoco estamos en la agenda de los candidatos. La defensa del derecho a informar, tan elemental en una sociedad democrática, no reditúa votos, no mueve masas, no le importa a ninguna autoridad en turno o a quienes aspiran a serlo.
Ustedes quieren votos,
Nosotros queremos Justicia.
Por eso para Héctor González, Alicia Díaz, Carlos Huerta, Leobardo Vázquez, Leslie Montenegro, Agustín Silva, para las y los colegas asesinados y desaparecidos de años anteriores, una vez más exigimos #Justicia al grito de #NoAlSilencio
Este año el luto se vive en redacciones de Guerrero, Tabasco, Nuevo León, Veracruz y Tamaulipas, pero no hay moldes, los crímenes bien pudieran haber ocurrido en Chihuahua, Sinaloa, Coahuila, Michoacán y muchos otros puntos del mapa donde la tragedia es recurrente
Con tanto dolor como rabia, exigimos ¡BASTA!
Basta de asesinatos.
Basta de amenazas.
Basta de censura.
Basta de silencio.
Basta de impunidad.
Impunidad es complicidad.