Ana Guevara y el desorden al caos en Conade

Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro

Por Jesús Yañez Orozco

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 10 de julio de 2019.- Sólo con secundaria como estudios, señalada por el dedo flamígero de la corrupción –cuatro carpetas de investigación, triangulación de recursos, amiguismo, becas e impago de salarios–, atenazada por innumerables quejas de deportistas y fuga de deportistas –apenas a seis meses de iniciado su cargo como titular del frágil barco de la Conade–, Ana Gabriela Guevara  huyó en el carril de palabras huecas, justificaciones vanas.

A las 12:16 comenzó su comparecencia en el salón de Protocolos del edificio C del Palacio Legislativo de San Lázaro, ante la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados. Pesado, tenso, el ambiente se podía hacer jirones con una filosa daga antes, durante y después de su interrogatorio por legisladores.

Unas 200 personas diputados, invitados especiales — Germán Villa, ex futbolista, Director Estatal del Instituto del Deporte en Morelos, donde gobierna Cuauhtémoc Blanco Bravo–, presidentes de federación, reporteros, fotógrafos y camarógrafos. Vigilaba una docena de encargados de seguridad.

Desde su cargo en la Comisión Nacional de Cultura física y Deporte, Ana se afana en justificar el desorden en el caos, característico de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador desde el pasado 1 de diciembre en aras de combatir el “conservadurismo”, la “corrupción” y el “neoliberalismo” de los últimos 36 años. Su forma personal de ejercer el poder, equivale a pretender curar a un enfermo de Parkinson –la corrupción– haciéndole tocar las maracas.

Por eso, especialistas en economía, advierten que México está a un tris de la recesión.

Guevara Esponiza estaba ahí –porque se había “chingado el lomo” para llegar donde está–, bañada por las aguas de soberbia y desdén, para explicar por qué  la Auditoría Superior de la Federación y Secretaría de la Función Pública (SFP) mantienen abiertos cuatro expedientes: posibles actos de corrupción en la Conade sobre asuntos que se relacionan con el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar), becas, una presunta usurpación de funciones de personas que se ostentaron como funcionarios de la Comisión sin serlo, y un probable conflicto de intereses de éstos con empresas privadas.

De entrada la medalllista de plata en Atenas 2004 quiso acotar su agenda. Solo ponía en la mesa de discusión lo relacionado a las becas porque las cuatro investigaciones y “las que sean necesarias”, aclaró, “son supuestos” actos de corrupción, argumentó.

Por eso, recibió la «recomendación» de que no diera mayor explicación para no «entorpecer» la investigación de las administraciones anteriores, aunque en entrevista previa precisó que son de los años 2016, 2017 y 2018.

En resumen hablaría de lo que le viniera en gana.

Incluso desoyó la pregunta a qué se refería cuando afirmaba que hacía encontrado “caca” en la Conade.

Molestos –denotaban en la ira manifiesta en su voz–, los diputados no se cansaron de llamarla “mentirosa”, exigiéndole su “renuncia” al cargo. Iracundos porque la víspera, Guevara anunció, con sorna, que acudía al recinto legislativo para explicar con “peras y manzanas” la problemática en Conade.

Y para esa “guerra”, como la llamó, venía preparada con un arsenal de “granadas”, que fueron fallidos petardos y balas de salva.

La ex velocista se defendió y dijo que no le daría gusto a nadie.

«No voy a claudicar», espetó, consciente de que es una de las consentidas del presidente de la República y, en pocas palabras, harían los que el viento a Juárez, las cuatro investigaciones de que es objeto.

Acorazada por un legajo de documentos de casi dos kilos de peso que puso sobre la mesa para responder 58 preguntas de los diputados, la funcionaria llegó, blindada por su equipo de trabajo.

Ataviada con un vestido verde pardo –que no era oliva, para enfrentar lo que llamó la “guerra”— pelo suelto, cuidadosamente arreglado, con rayitos, rubor en las mejillas y rímel en las pestañas, lipstick palo de rosa  en los labios, cejas cuidadosamente delineadas, daban un toque forzado de feminidad a su rostro. Contrastaban sus uñas sin barniz.

Fue como trasladar una conferencia mañanera en Palacio Nacional al Palacio Legislativo. Todo tiene justificación. Hasta lo inenarrable. De alguna manera, como suele decir el presidente a sus detractores la medallista tiene “otros datos”.

Más de cuatro horas duró la comparecencia de Ana Gabriela Guevara con la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados. Escuchó de todo. Desde halagos, reclamos, defensas, ofensas –justificadas– y hasta la exigencia de su renuncia como se lo pidió el legislador Alan Jesús Falomir, del Partido Movimiento Ciudadano.

No era una visita agradable. Su inquisitiva mirada lo reflejaba. Seria, por momentos, arqueaba las cejas o hacía una discreta mueca cuando escuchaba las intervenciones de los legisladores. Sobre todo el del PAN, Miguel Riggs, con su rostro enrojecido, contrito, que le reclamaba con documentos el por qué había aumentado la beca a 30 mil pesos a la nadadora Liliana Ibáñez cuando hay otras deportistas con más nivel que la guanajuatense.

No era una visita agradable. Su inquisitiva mirada lo reflejaba. Seria, por momentos, arqueaba las cejas o hacía una discreta mueca cuando escuchaba las intervenciones de los legisladores. Sobre todo el del PAN, Miguel Riggs, con su rostro enrojecido, contrito, que le reclamaba con documentos el por qué había aumentado la beca a 30 mil pesos a la nadadora Liliana Ibáñez cuando hay otras deportistas con más nivel que la guanajuatense.

El diputado chihuahuense la encaró con palabras incendiarias:

“Nos has decepcionado; es una lástima que te hayas ido del lado del escritorio. Eres cómplice y vergonzoso. Lo único que ha sido de esta administración es reprimir”.

Ana parafraseo, en respuesta, al diputado Porfirio Muñoz Ledo, de Morena, convertido uno de los principales críticos de la Cuarta Transformación de la que fue ideólogo, considerado uno de los mejores políticos mexicanos de los últimos 50 años.

Escupió:

“El respeto que me tenía usted era muy frágil; qué lastima”.

Eso sí, ninguno de los legisladores pidió explicación que abandonará el barco a la deriva de la Conade, en medio de la tormenta, cuando en 2021 se postule como candidata de Morena –partido en el poder, fundado por AMLO— al gobierno de sonora, su estado natal.

Es el momento más aciago que vive un director –ocho en total– de Conade en 30 años de existencia: Raúl González, Ivar Sisniega, Nelson Vargas, Carlos Hermosillo, Bernardo de la Garza, Jesús Mena y Alfredo Castillo.

Por más que algunos legisladores le insistían sobre el asunto, la ex velocista atajaba.

“Soy la primera interesada en que se investigue», atabaja, porque no «estamos en momentos de solapar cualquier acto de corrupción”.

Más se tensionó el ambiente cuando la exvelocista lanzó su primer petardo:

“Estas cuatro investigaciones me impiden hablar y profundizar en el tema del fondo para el alto rendimiento, dado que este es un poder más en nuestro sistema –jurídico– y cualquier argumentación podría tomarse como parte de la investigación, por lo que me veré impedida en poder profundizar sobre el tema”.

Guevara mencionó que, una vez que la SFP decida si avanzan las investigaciones, será una prerrogativa de los legisladores pedir información sobre el tema, ya sea a la misma SFP o vía transparencia.

Fue cuando el presidente de la Comisión, Ernesto D’Alessio, se le fue a la yugular:

“Desde hace tiempo pedí documentos a Conade que no se me han entregado. Por eso la hemos llamado”.

Cuando Guevara se dirigió a los diputados con una actitud altanera, algunos de ellos le pidieron que respetar su investidura: Higinio del Toro, del Movimiento Ciudadano, y María Rosete, del Partido Encuentro Social.

El primero le dijo que él tiene más preparación que ella y la segunda, en respuesta a la observación de Guevara, que les dijo “legislen para cambiar al deporte”, le cuestionó por qué pidió licencia como diputada de Morena para irse a dirigir la Conade, si lo más importante son los cambios a la Ley General de Cultura Física y Deporte.

Al término de la comparecencia de Guevara, ante dicha Comisión, D’Alessio anunció que se reunirá con la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval. Lo hará para decirle que «no hay claridad en la investigación», puesto que reconocer que sí se cometieron actos de corrupción implicaría aceptar que la SFP formó parte o «avaló» los mismos.

El problema de fondo que D’Alessio ve a las investigaciones es que hay un comisario de la Función Pública en el Comité Técnico, por eso es que constantemente la titular, Ana Guevara, dice: ‘yo no puedo caer en actos de corrupción porque tengo a un representante de la SFP vigilando lo que hago’.

“Yo no digo que éste funcionario haya caído en actos de corrupción, pero esta persona firma la última acta para que se liberen los recursos. Si él firma e investiga es juez y parte. Por eso que yo no le tengo mucha confianza a estas investigaciones”, confió.

Y profundizó:

“Si este comisario firma e investiga y encuentra corrupción hablamos de que él mismo la avaló. A lo mejor ni cuenta se dio. Si encuentra corrupción yo no creo que se quieran explotar un cuete en la mano”.

Curiosamente, el comisario de la SFP en la Conade es Miguel Ángel Robles Roa, no obstante, en al menos dos reuniones del Comité Técnico del Fodepar quien ha asistido como suplente es Marco Antonio Ramírez Macorro.

La llamada «saeta sonorense» como atleta, seguro, abandonará el barco de la Conade, y será gobernadora de Sonora.

Esa es la Cuarta Transformación: más PRIAN.

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