André-Pierre Gignac, francés que cayó del cielo al futbol mexicano

Foto: Especial

Por Jesús Yáñez Orozco 

  • El club Tigres –donde habría llegado con engaños– clave en la reconversión de su vida

  • Del bullying sufrido en Marsella, donde era considerado un jugador mediano, a ídolo en Monterrey

  • En 5 años ha impulsado la internacionalización de la marca del equipo felino, gracias a que ha encajado cultural y comercialmente

  • Suele aflorar de sus labios una mexicanísima palabra: “güey”

  • El balompié local le significó una puerta para acabar con sus demonios y consolidarse como ejemplo a seguir

  • Fue campeón goleador en el pasado Mundialito de Qatar

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 14 de febrero de 2021.-  Como aquél personaje del escritor Salman Rushdie de su polémico libro Los Versos Satánicos – historia por la que puso precio a su cabeza Ruhollah Khomeini, Ayatolá de Irán en 1988–, André-Pierre Gignac cayó del cielo, como el arcángel Gibreel de la novela, al futbol mexicano. Para convertirse en ídolo, sin saberlo, hizo un viaje de nueve mil kilómetros desde su natal Francia.

Su título de goleo con seguido en el Mundial de Clubes con Tigres –subcampéon del torneo— es una vuelta de tuerca a su exitosa carrera en el balompié local. Donde, según versiones periodísticas, llegó con engaños.

Historia de ensueño impensable en Europa.

Sin ser considerado crack –1.88 de estatura y 90 kilos de peso–, en 2015 tenía ofertas de clubes, entre otros, Atlético de Madrid de España, Lazio de Italia y Fenerbahce de Turquía.

Y es que la relación entre André-Pierre Gignac y México fue una total irrupción a la normalidad del futbol de este país.

De acuerdo con el portal Transfermarkt sus piernas estaban cotizadas en 15 millones de euros –unos 360 millones de pesos– en 2009. Y previo al Mundalito en Qatar se valuaban en famélicos 2.2 millones. Antes de cruzar el charco, había militado en clubes de su país: F. C. Lorient (2004-05), Pau F. C. (2005-06), Toulouse F. C. (2007-09) y Olympique de Marsella (2010-15)

Históricamente, muchos futbolistas han dado el salto de México a Europa para encontrar el éxito. Pero al revés, no tantos. Uno de ellos es el del delantero de los Tigres, quien decidió partir de Marsella hacia Nuevo León con un objetivo claro:

“Quiero un cambio en mi vida, algo diferente”.

El Gignac que vivía en Francia ya daba tintes de ser figura, pero no encontraba estabilidad ni en el campo ni en la vida:

“Sufrió bullying en Marsella. Era considerado como un jugador mediano para la afición. Le decían cosas –desagradables– por sobrepeso. Esas bromas, por más fuerte que seas y que no quieras poner atención, van haciendo que tú quieras irte a otro lugar. Donde sí te sientas querido y apapachado”, analiza Erick Olavarrieta, consultor en imagen y comunicación deportiva.

“En México encontró una cultura que va muy bien con su personalidad y que le gusta mucho porque hay más espontaneidad y la gente es más calurosa. Su abuela tenía raíces españolas, le cae muy bien la música, los símbolos y habla un español muy mexicano. Encontró un lugar donde se siente muy bien”, agrega Thomas Goubin, periodista francés de Eurosport, en entrevista con el diario El Economista.

Tigres reencauzó la vida de Gignac. Sus hijos Eden y Mavy nacieron en Nuevo León. Él y su esposa se naturalizaron mexicanos. Hizo clic con la apasionada barra de los Libres y Lokos. Creó una fundación altruista.

Incluso se siente con la confianza para expresar la palabra que caracteriza al mexicano:

“Güey”.

Ese nivel de arraigo ha sido capitalizado en su trabajo: en cinco años ha ganado ocho títulos oficiales y ya entró en el Top 50 de los máximos goleadores de toda la historia de la Liga MX.

“Extraño Francia, pero estoy muy bien en México”, dijo André tras el Mundial de Clubes 2020, torneo en el que obtuvo el balón de plata como segundo mejor jugador solo por debajo de Robert Lewandowski, y en el que Tigres hizo historia al ser el primer club de Concacaf en llegar a la final (aunque perdió 1-0 contra el Bayern Múnich).

‘Home, sweet, home

“Cuando se fue a Tigres, mucha gente en Francia lo vio como el final de su carrera, como una especie de jubilación anticipada, pero se sorprendieron mucho cuando metió goles muy importantes y ganó títulos; la gente se dio cuenta que México tiene un campeonato espectacular de un nivel interesante”, analiza Florent Torchut, periodista francés de L’Equipe y France Football.

En su última temporada en Europa tenía 29 años y era líder goleador de la Ligue 1, por lo que tenía propuestas, también, de Alemania, Inglaterra, España, Italia, Turquía y de la misma liga francesa.

Sin embargo, la propuesta de Tigres le llamó la atención por el rol protagonista que asumiría y hasta por algunas mentiras de Miguel Ángel Garza, presidente del club en 2015.

Según el periodista Ignacio Suárez, columnista del diario Récord, éste directivo le dijo a Gignac durante las negociaciones que Monterrey era “idéntico a Cancún”.

Aunque en ese entonces su valor rondaba los 10 millones de euros, el francés llegó gratis a México porque acababa de expirar su contrato con Marsella. De inmediato marcó en Liga MX y en Libertadores y eso le valió la aceptación del público y del técnico Ricardo ‘Tuca’ Ferretti.

“La historia empezó bien. Llegó en óptimas condiciones y aunque Gignac no es un crack mundial como Benzema ni Mbappé, sí era un jugador de selección nacional”, detalla Goubin.

“Era protagonista en Francia. Pero en Tigres es más líder, también porque llegó en una edad de madurez. Su carrera le había costado, tenía problemas de peso, lo consiguió un poquito tarde (mejorar) pero hoy es un ejemplo para todos sus compañeros”, agrega.

“Gignac era importante en el Marsella. Pero rodeado de otros jugadores importantes en la Ligue 1 era uno más”, dice Torchut.

El periodista también señala que André rompió en la historia de la Selección de Francia porque ningún otro futbolista que había salido de Europa había sido convocado. Ni siquiera Thierry Henry cuando partió a Estados Unidos.

Jugando con Tigres, Gignac fue convocado por Didier Deschamps para la Eurocopa 2016 y estuvo a punto de marcar un gol en la final.

Las imágenes de Gignac en México muestran la gama de su temperamento: así como se le ha captado peleando con el entrenador Tomás Boy, también ha abrazado al juvenil arquero Sebastián Jurado.

Los periodistas franceses cuentan que en Francia ya tenía esa forma de actuar, pero en México la ha forjado aún más llegando al límite de ser calificado “intocable” por la prensa, ya que nunca ha sido expulsado pese a gritar a los árbitros.

Impulso de marca

Antes de Gignac, los franceses no tenían ni idea de Tigres ni del futbol mexicano, confirman los franceses Torchut y Goubin. Cuando se habla de futbol latinoamericano en aquel país, se hace alusión a los clubes brasileños y argentinos, ya que el futbol mexicano no es transmitido en televisión.

Youtube y redes sociales fueron la forma en la que los galos conectaron con México.

El delantero de los Tigres ha sido clave para que otros europeos que no hablan español lleguen a México en el último lustro: sus compatriotas Andy Delort, Timothee Kolodziejczak (ambos en Tigres) y Jeremy Menez (América), así como el neerlandés Vincent Janssen (Rayados). Ninguno ha tenido el rendimiento deportivo y comercial de Gignac.

“Gignac ha sabido construir su imagen de una forma muy natural, auténtica, sin ser demasiado rebuscada ni intentar copiar el peinado de moda o los tatuajes o incluso el estilo de vestir, realmente ha sabido ser un jugador diferente”, resalta el consultor Olavarrieta.

“Otros aciertos son que ha sido muy constante y su gran capacidad para aprender español, que le ha abierto la puerta con patrocinadores y van a venir más”, argumenta.

Y es que, en estos cinco años, el francés ha generado vínculos comerciales con marcas mexicanas como Charly y Amper Predator (que también tiene relación con el peleador Caín Velásquez), además de crear una fundación con su nombre que ha apoyado a niños de Nuevo León con padecimientos como labio y paladar hendido.

Sigue Olavarrieta:

“Ha sabido gestionar muy bien su imagen frente a los niños, los niños siguen a ídolos, y él ha sabido relacionarse bien con este público, que es más inocente, cauto y fácil de responder a estímulos emocionales. También veo un segmento importante de millenials que han encontrado en Gignac esa libertad que están buscando, de hacer algo que te guste, que cuando no estés de acuerdo con algo lo digas y eso es lo que ha impactado con las audiencias”.

Para Tigres y el futbol mexicano, la presencia de Gignac también ha sido un acierto.

“Ahora en Francia Tigres tiene muy buena imagen, con una afición con mucha pasión y un equipo que tiene bastantes recursos”, comenta Goubin.

En el análisis de la comunicación deportiva de Tigres, para Eric Olavarrieta, Gignac llegó en el punto idóneo no solo por su rendimiento individual, sino por los logros que ha conseguido el club en su estancia, alcanzando finales internacionales en Concachampions, Libertadores y Mundial de Clubes.

Explica:

“En un lapso de 10 años Tigres tuvo dos o tres cambios de logotipo, parecía que no lograba identificarse gráficamente hasta tener el logo actual. Y eso habla de la madurez del equipo, que también asentó muchas cosas e hizo que Gignac volteara a ver toda esa infraestructura.

Gracias a eso, abunda, “no solo Gignac queda con la etiqueta de ser el atractivo de la Liga MX, sino que Tigres es un atractivo a los ojos de Gignac”.

El francés tiene 35 años. Ha declarado que le gustaría retirarse en México, donde vive con tranquilidad y en un constante estado de autoexigencia, irrumpiendo con la historia de otros europeos que llegaron en decadencia o estuvieron solo de paso por el futbol nacional.

Recibió el balón de plata del Mundial de Clubes en este 2021. Un premio que han ganado jugadores como Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Xavi y Luca Modric a lo largo de la historia, portando la playera de un club mexicano, al que promete lealtad:

“Mientras pueda y quiera, espero jugar con los Tigres. Tengo realmente todo para ser feliz en Monterrey”, declaró Gignac en 2019.

Su historia en México aún tiene páginas por llenar.

Todo indica que su carrera tendrá un final feliz.

Como el éxito de Los Versos Satánicos.

(Con información del diario El Economista y Wikipedia)

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