David Beckham, Rey Midas del Balón
Por Jesús Yáñez Orozco
- De “cara bonita” a exitoso futbolista dentro y fuera de las canchas
- A los 45 años de edad, su fortuna asciende a 900 millones de dólares
- Unos 400 millones más que la Reina Isabel II de Inglaterra
- Exitoso en la moda, publicidad, futbol y visión empresarial
- Es mejor haciendo el amor que como jugador, confiesa su esposa, Victoria Adams
Periodistas Unidos. Ciudad de México, 16 de agosto de 2020.- David Beckham es producto de la cultura del esfuerzo. Reconocido ex futbolista de Inglaterra y el resto del mundo. A los 45 años de edad, se ha convertido en una suerte de Rey Midas del Balón. Todo lo que toca lo convierte en oro. Su fortuna –y la de su esposa, exvocalista de “Spice Girls”, Victoria Adams — está valuada en 900 millones de dólares, unos 19 mil 773 millones de pesos–.
Se ha convertido en icono mundial social-deportivo. Ejemplo a seguir dentro y fuera de las canchas. Sus, brazos, manos, piernas, cuello y torso, con tatuajes alusivos a su familia –esposa y tres hijos-, son lienzo encarnado de amor. Siempre en su rostro se dibuja una sonrisa pícara, de eterno niño travieso.
Sin estar exento de la polémica, es embajador de la UNICEF desde 2005 y ha hecho campañas en favor de la niñez en todo el mundo.
Sin embargo, nada es perfecto en la vida. Según versiones de prensa, padece un demonio emocional: Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Por ejemplo, tiene tres refrigeradores para dividir ensaladas, comida y bebidas. Sufre de fobia a los pájaros y al caos.
Posee varios clubes. Es dueño del Inter Miami de la MLS –donde milita el mexicano Rodolfo Pizarro–. Además, es propietario de una parte del Salford City de la cuarta división de Inglaterra.
Hace algunos años, la voz de David Robert Joseph Beckham, su nombre completo, tenía fama de ser bastante chillona y aguda. Incluso Ryan Reynolds en ‘Deadpool’ le hace burla. Por ello, es que el inglés y Victoria contrataron a un coach de voz para que le diera lecciones de locución que profundizaran y reavivaran su voz.
Su esposa asegura, sin ruborizarse, que su marido, haciendo el amor, es mejor que jugando.
Todo su éxito comenzó apenas a la edad de 17 años, debutando en 1992 con el Manchester United, equipo con el cual consiguió la Premier League en seis ocasiones, la FA Cup en dos ocasiones y la UEFA Champions League en 1999.
Luego de su paso por el Manchester United, Beckham tenía claro que su siguiente destino sería el Real Madrid, lugar donde se convirtió en parte de la histórica plantilla llamada “Los Galácticos” del año 2003 al 2007, con quienes ganó únicamente una liga en su última temporada como merengue.
Lo que seguiría en la carrera de Beckham, quien para ese entonces ya era considerado una leyenda inglesa, fue un paso muy breve a lo largo de distintos clubes. Dentro de estos equipos se encontró el LA Galaxy, d MLS, en el cual perteneció de 2007 hasta el año 2013.
A pesar de eso, en la temporada 2009-2010, fue cedido al “AC Milán” debido a que quería prepararse físicamente para el mundial que sería celebrado en Sudáfrica en 2010.
Al término de su contrato en 2013 con el LA Galaxy, Beckham firmó con el equipo francés “Paris Saint-Germain”, lugar donde llegó prácticamente a finalizar su carrera, ya que su último partido como profesional sería al término de esa misma temporada.
El astro inglés terminó su carrera futbolística con 729 juegos como jugador profesional, en los cuales logró encontrar el arco rival en 129 ocasiones y tuvo 239 asistencias (además de ganar un total de 19 trofeos colectivos con sus diferentes equipos).
Hasta aquí, los datos muestran por sí solos el porqué del gran éxito de Beckham, pero la verdadera pregunta aquí es:
¿Fue solamente esto lo que lo hizo tan especial?
Icono social
Desde que comenzó su carrera profesional, David Beckham ha sido considerado uno de los jugadores más atractivos de su generación. Eso, en conjunto con ser una estrella dentro del terreno de juego, provocó que lograra los primeros destellos a nivel mundial como un icono de su país.
Sin embargo, lo que marcó un antes y un después en la carrera del futbolista, fue cuando contrajo nupcias en 1999 con Victoria Adams, vocalista del entonces grupo pop femenil “Spice Girls”, mundialmente famoso.
Esto cambió por completo la vida del jugador. En automático, com por arte de magia, su atractivo comercial aumentó como espuma con grandes firmas comerciales, logrando que su rango global de popularidad ya no se limitara únicamente al mundo del futbol profesional.
La popularidad de Beckham siguió creciendo a pasos agigantados, tanto que comenzó a llamar la atención de la marca de ropa “Calvin Klein”, la cual en 2006 le ofreció un contrato publicitario para modelar ropa interior de la marca.
Increíblemente, Beckham rechazó la oferta debido a que su popularidad en Reino Unido era “demasiada”.
El propio Klein fue quien confirmó dicha anécdota en una entrevista para la revista “Interview”, realizada por su colega, el también diseñador Marc Jacobs.
“Me hubiera gustado David Beckham y tuvimos conversaciones con la gente de David y nos dijeron: ‘Puedes tenerlo para el resto del mundo, pero no puedes tenerlo en Reino Unido porque es demasiado popular’”, relató el diseñador.
A pesar de todo esto, gracias a su atractivo físico, fama y matrimonio con una estrella de pop, Beckham seguía imponiendo tendencias y estilos nuevos dentro de la moda masculina. Fue así como al año siguiente en Los Ángeles, Estados unidos, posó como modelo de ropa interior con la marca “Armani”.
Para 2009, ya tenía otra campaña publicitaria con la firma, esta vez con su esposa Victoria Beckham.
Las marcas siguieron tras la imagen de Beckham y en 2011, la multinacional H&M lo contrató, logrando que modelara conjuntos que él mismo diseñó.
Beckham aprovechó la parte final de su carrera en el Paris Saint-Germain y pese a que su ficha en el club era mucho más baja a la de otros jugadores como Messi y Ronaldo, el prodigio de pierna derecha logró ser el mejor pagado del mundo por publicidad, generando alrededor de 33 millones de euros al año, todo esto siendo su último año como futbolista profesional.
El jugador se retiró del futbol en julio del 2013 y fue así como comenzó su carrera empresarial. Hoy, Beckham ha invertido en tres ramos diferentes:
“Footwork Productions” para gestionar los temas relacionados con el futbol, “DV Ventures” para explotar su imagen y “Beckham Brand Holdins Limited” para los negocios familiares.
Hoy en día, los Beckham, según el diario inglés “The Mirror”, tienen una fortuna que ronda los 900 millones de euros, casi 400 millones más que la reina de Inglaterra, Isabel II.
Su último negocio fue incursionar un equipo nuevo en la MLS y se espera que figure en la liga a partir de la próxima temporada, en cuanto terminen las medidas sanitarias por Covid 19.
Al final, Beckham terminó siendo un referente de cómo convertir una carrera exitosa en un imperio empresarial aún más grande. Con su ejemplo, podemos descubrir cómo la visión de su futuro no se limitó a ser solamente recordado como un buen jugador, sino en ser un ícono de moda que trascendería hasta las siguientes generaciones familiares.
David Beckham, ejemplo vívido de ambición y rotundo éxito, desde el balón y la familia.