De qué lado masca la iguana

Por Jesús Yañez Orozco

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 07 de enero de 2019.- Seguro a sus 57 años de edad, Gerardo Martino –recién desempacado campeón con Atlanta en la liga MLS, quien ha estado en el banquillo del Barcelona, España, y la selección Argentina, y en unas horas será presentado director técnico de los Ratones Verdes rumbo a Qatar 2022— nunca escuchó la siguiente afirmación:

“México jamás ganará un mundial”.

Cinco palabras lapidarias, cinceladas en granito esférico, del técnico en el retiro, Ignacio Trelles Campos, entonces 99 años –el 31 de julio próximo cumplirá 103—. Icono del futbol mexicano, Don Nacho, como es conocido, tiene el récord de títulos de liga obtenidos, siete. Y, inconmensurable valor agregado, fueron conquistados en torneos largos. Dirigió al representativo nacional en tres mundiales: Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966.

Aquella aseveración salió de sus labios en mayo de 2015 en las instalaciones de La Noria, sede de Cruz Azul, al sur de Ciudad de México. Laboraba como responsable de fuerzas básicas. Entrevista publicada en la revista Etcétera.

Trelles condujo a México a su primera victoria en una Copa Mundial de la FIFA. Fue en Chile 1962: derrotó 3-1 a Checoslovaquia, a la postre subcampeón. México terminó undécimo de 16 representativos, que fue su mejor clasificación en una Copa del Mundo fuera de su tierra natal, hasta 2002, Corea del Sur-Japón, donde también ocuparon el lugar 11.

Además, Trelles, dirigió 11 equipos de la Primera División –ahora Liga Mx–. En noviembre pasado, Ricardo Ferretti –brasileño naturalizado mexicano–, técnico de Tigres, igualó su marca de partidos de liga: mil 81.

Por eso, su palabra equivale a oro verbal de 24 quilates.  O, como se dice popularmente en los barrios, “sabe de qué lado masca la iguana”.

El permanente cambio de estrategas, sin plan a largo plazo, obedece, entre otras cosas, a que siempre el pueblo tendrá sembrada la quimera de que, como sucede cada cuatro años, desde la década de los 70s, ahora sí, finalmente, México será campeón del mundo. E irremediablemente cosechará su pesadilla: el fracaso.

Tener un equipo campeón de la derrota es parte del negocio. Supina contradicción.

Porque la masa, a lo largo de la historia, cree lo que quiere creer. Aunque sea mentira. Más cuando vive en una crónica orfandad social de triunfos –individuales y colectivos–, producto de la corrupción e impunidad rampantes hace 500 años. Por eso, el redondo opiaceo  simboliza un clavo ardiente al que ase una nación.

Mas ocurre, porque la telepatria –nuestro Big Brother— así lo manda: Televisa, Tv Azteca y Grupo imagen, propiedad de Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas Pliego y Olegario Vázquez Raña, respectivamente.

Juntos poseen cuatro de los 18 equipos de la Liga Mx: América, Atlas y Morelia, y Querétaro. Trinidad demoníaca, responsable de la mediocridad del balompié nacional. Se empecinan en repetir la historia. Sufren una suerte de autismo futbolero. Porque siempre los villanos son los 11 que están en la cancha y el técnico.  Nunca ellos.

No importa cuán devaluado esté una selección de futbol, cuya mayor aspiración es llegar al quinto partido mundialista –que no alcanza desde 1986–, si sus arcas rebozan de dólares.

En la Revolución Mexicana se decía que nadie soportaba un “cañonazo de 50 mil pesos” para doblegar cualquier voluntad.

Ahora son misiles millonarios en billetes verdes.

Según versiones periodísticas, es “impresionante” el salario que cobraría el Tata Martino como DT de México. Rondará los 2 millones 200 mil dólares anuales, más de 170 millones de pesos el cuatrienio rumbo a Qatar 2022. Mucho más de lo que ganaba en la MLS. En contraste, el colombiano Juan Carlos Osorio: recibía un millón 500 mil dólares al año, apenas 116 millones de pesos. Aunque tenía que dividirlo entre todo su cuerpo técnico.

En México, a partir de este año, el salario mínimo es de 102 pesos con 68 centavos diarios.

No cabe duda que es grato lo que transmite Tata, a través del televisor, desde la cancha. O en entrevistas y conferencias de prensa. Son características su calidad humana y bonhomía, que refuerza su lenguaje corporal. Sonrisa franca. Donde la prioridad –materia prima del triunfo– es el trato digno al futbolista.

Sus virtudes contrastarán con la insensibilidad de los dueños de la pelota. Porque brindan un ancestral trato de esclavos a los obreros del balón.

Será mezclar agua y aceite.

Quizá no salga bien librado si es que hace valer su palabra y dignidad.

Ya ocurrió hace 28 años con César Luis Menotti, campeón mundial con Argentina 1978 cuando se hizo cargo de los roedores. Había sido contratado con miras al mundial de Estados Unidos 1994.  No duro dos años: 1990-1991.

Sin embargo hay ex jugadores que reconocen que, bajo su acuciosa mirada y consejos, cambió, en cierta medida, el espíritu ratonero del futbolista mexicano: dejó de paralizarlo el balón. Comenzó a jugar con más desparpajo, irreverencia y seguridad en sí mismo. Porque Menotti realizó, principalmente, labor de psicólogo.

Aunque siempre, hay que reconocer, los Ratones Verdes juegan aterrados por sus patrones. Su palabra no cuenta en el multimillonario negocio del que son gladiadores de una suerte de circo romano del balón. Son cero a la izquierda.

Finalmente, con magras esperanzas de que pueda hacer un papel relevante, Martino llegó ayer a Ciudad de México –para convertirse en el técnico 45 de los Ratones Verdesy el cuarto de origen argentino–.  Será presentado oficialmente,  en las próximas horas, según versiones periodísticas.

Además del Flaco, otros dos de sus compatriotas han estado en el banquillo de la Pesadilla Nacional: Cayetano Rodríguez y Ricardo Antonio La Volpe.

Aunque el timonel ya acordó los términos de su contrato para dirigir al Tri rumbo al Mundial de Qatar 2022 –siempre y cuando supere la cada vez más compleja eliminatoria de Con-caca-f–, llegará a reunirse con Yon de Luisa, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, considerado títere de Televisa, según versiones de prensa,  así como con Guillermo Cantú, director general deportivo de la Femexfut, para plasmar su firma y de sus colaboradores.

Su mayor reto será exorcizar el fantasmal quinto partido, que no alcanza desde el mundial de 1986. Aunque de lograrlo y, en caso remoto, ganar el torneo el mundial  2022, no reflejaría la realidad del balompié nacional.

Sería un hecho fortuito.

“Chiripa”, dirían en México.

Así sucedió con la medalla de oro obtenida en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

El Tata llegó acompañado por su cuerpo técnico conformado por su auxiliar Sergio Giovaneli; el ayudante técnico, Jorge Theiler; el analista de video, Damián Silvero; y el preparador físico, Rodolfo Paladino.

El ex estratega eludió a la prensa en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México. Salió por una puerta alterna para abordar una camioneta donde se encontraba Guillermo Cantú.

Una vez firmados los contratos, este mismo domingo, después de meses de especulaciones, se haría oficial  su llegada a la Decepción  Nacional.

Filósofo del balón

Además de Newell’s y Lanus, Argentina, jugó con Tenerife, España, O’Higgins, Chile, y Barcelona, Ecuador. Tuvo un paso fugaz con la selección de su país. Tiene la extraña virtud de que, sin haber sido excelso futbolista, hace que brillen los demás.

En julio de 2013, cuando llegaba como DT al Barcelona de España, la página web latercera.com, publicó un interesante perfil que escanea la filosofía futbolística de Martino, que resulta significativa como estratega del Tri.

Reconoció que de jugador era “vago”, y dijo que como espectador no vería más de diez minutos el torneo argentino y que como DT había cumplido sus dos sueños: dirigir en un Mundial –a Paraguay, donde quedó en la octava posición general, la mejor en estos torneos– y a Newell’s Old Boys.

Es declarado admirador del esquema táctico de su compatriota Marcelo Bielsa –dirigió al Atlas y América en el futbol mexicano–, pero más pausado tanto en el juego de sus equipos como en el comportamiento en la cancha.

Van otras frases que permiten conocer parte de la esencia humana y deportiva nuevo entrenador del llamado Tritanic.

“Dirigir Argentina sería un trabajo extraordinario, pero no un sueño”.

“Ahora he cumplido dos objetivos personales que me permitiría no ser más entrenador sin ningún tipo de problemas. Dirigí en un Mundial y a Newell’s. No hay más sueños“.

“Discrepo totalmente en que los entrenadores sean más importantes que los jugadores, de ninguna manera. Hace mucho tiempo nos han instalado a los técnicos en un lugar de demasiado privilegio”

“Si yo me tengo que poner en el rol de entrenador, diría que el futbol argentino es de los más difíciles y competitivos del mundo. Y si me tengo que poner en el rol de espectador, diría que podría ver un partido del futbol argentino no más de 10 minutos“

No sabe que es más soporífera la Liga MX.

Equivale a tomar una caja de nembutal.

“Bielsa es mejor que yo porque explica muy bien. Tiene gran capacidad para transformar en trabajo las cosas que ve y suceden en los partidos. No aburre, es entusiasta, realiza trabajos novedosos. Tiene una cabeza notable. Además, marca una línea de conducta, seriedad, ética, valores difíciles de encontrar en el ambiente”

“Hace casi 30 años que estoy en el ambiente y estoy seguro de que la mitad de la gente ni sabe cómo me llamo. A mi hijo le dicen Tatita“

“Por mi forma de ser, casi no grito los goles. Como jugador también era poco expresivo, muy aburrido, con poca inventiva para esas cosas. Siempre despotriqué contra los que saltan los carteles y se trepan al alambrado”

“Yo tenía mucha técnica, pero era vago, no corría. Ahora ya no se juega como yo jugaba”

“Hay que tener una postura de protagonismo, de no esperar, de agresividad para recuperar la pelota y hacerlo bien arriba. Que no haya lugar para la especulación. Si hay que defender, se defiende porque el rival te lleva, pero no producto de pensar un partido por la especulación”

“Hay una primera parte que tiene que ver con contarle al jugador cuáles son tus ideas futbolísticas, que generalmente se hace en una pretemporada. Después, cuando notas que la idea está, armar un buen grupo es fundamental“.

Partidos Moleros

Los primeros partidos amistosos –“Moleros”, llama el técnico de Tigres, Ricardo Ferretti– que el timonel argentino disputará al frente del conjunto tricolor serán ante Chile, en San Diego, y contra Paraguay, en San Francisco, los días 22 y 26 de marzo, respectivamente, dentro de la primera fecha FIFA del año.

Antes tendrá dos o tres micro concentraciones, en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de la Femexfut, al sur de la ciudad de México. El propósito será conocer principalmente a los seleccionados que han sido considerados para conformar el plantel base del proceso de cara a la siguiente justa mundialista.

Uno de los principales retos que la selección mexicana deberá afrontar en este 2019 será ganar la próxima Copa Oro de la Con-caca-f.  Se realizará del 15 de junio al 7 de julio en 15 ciudades de Estados Unidos, una de Costa Rica y otra más en el Caribe, aún por definirse.

Irremediablemente, los Ratones Verdes jamás serán campeones del mundo.

Porque si la cabeza está mal –los barones del balón–, sus esclavos jugarán irremisiblemente con dos pies izquierdos en la cancha.

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