El mexicano Corzo, con ‘patio’ en la playa y que surfea en Lima

Foto: Francisco Estrada / Notimex

Por Carlos Rodríguez

AP. Lima, Perú. 29 de julio de 2019.- Muchos niños latinoamericanos soñarían con tener en su jardín un tobogán o columpios. Ni hablar de una piscina.

Johny Corzo fue más afortunado, con un “patio” soleado que incluía arena, mar y, por supuesto, su tabla de surf. Desde los 5 años, el mexicano comenzó a practicar ese deporte, en el que obtuvo ya un campeonato del mundo. Ahora persigue una medalla en los Juegos Panamericanos.

El lunes, en el debut histórico del surf en el programa de las justas continentales, Corzo no tuvo su mejor desempeño. Cayó en el duelo ante el argentino Leandro Usuna, por lo que deberá ir a un repechaje para buscar presea.

“Fue un heat súper duro contra el ‘Lele’, es un gran amigo y creo que en un repechaje va a ser surfear más fuerte, más técnico para llegar a la final”, comentó Corzo, cuyo amor por la tabla y las olas se lo inculcaron sus dos padres, con quienes comenzó la práctica del surf en las playas de Puerto Escondido, a unos 700 kilómetros al sureste de la capital.

Esa localidad en el estado de Oaxaca se considera uno de los mejores destinos para surfear en el mundo.

«Vivía en un pueblito donde radican los surfistas y donde mi papá y mi mamá me llevaban desde pequeño a la playa, y me llamó la atención subirme a la tabla, comencé en pequeñas olas de un metro porque me llamaba la atención ver a mis hermanos hacerlo», había relatado Corzo durante una entrevista con The Associated Press en México. «Ya cuando estuve adentro de una ola por primera vez fue algo maravilloso, una sensación increíble y fue ahí que me di cuenta que nací para esto».

En la zona de Puerto Escondido hay varias playas ideales para la práctica del surf: la barra de Colotepec, Zicatela, Marinero, Carrianzillo y la Punta. Esta última es la playa de principiantes donde comenzó a escribirse el prólogo de la carrera de Corzo.

«Se puede decir que ese lugar fue como mi patio de juegos, ahí iba a surfear cada mañana, incluso cambié mi horario en la escuela para surfear por las mañanas y poder estudiar en las tardes», recordó.

Hasta ahora, el mejor capítulo de la carrera del surfista azteca llegó en mayo del 2017, cuando dio una sorpresa al conseguir el campeonato del mundo con tan sólo 17 años.

«Ese logro me llenó de motivación, fue un honor el lograr ese gran reto que me ha dejado marcado en mi vida pero también me hace motivarme porque quiero ir por más metas y más records, aún hay sueños que tengo en mi mente y quiero seguir rompiendo barreras», agregó.

Entre esas metas a largo plazo está una medalla olímpica en el deporte de sus amores, que para Tokio 2020 fue incluido en el programa oficial por primera vez en la historia.

Pero antes de pensar en eso, el mexicano debe alcanzar una meta intermedia en Lima, donde el surf también es disciplina oficial y otorga boletos olímpicos.

«Este deporte me llena de mucha pasión y de energía. Ya me imagino lo que será en unos Juegos Olímpicos como en Tokio, aún no sé cómo será el formato de competencia pero siento que si logro clasificar puedo abrir el camino para otros mexicanos a futuro, ser la inspiración para generar nuevos talentos», dijo. «Ojalá sea yo quien pueda representar a México ponerlo en lo más alto, en la lucha por las medallas».

Para lograr ese boleto a los Olímpicos, Corzo debe mejorar en Lima 2019. El lunes se mostró confiado, al considerar que las olas del Complejo Deportivo de Punta Rocas son parecidas a las de Oaxaca, aunque en ciertas temporadas, la dimensión y fuerza de éstas suelen ser mucho mayores en su localidad natal.

“Son súper similares cuando e puerto está pequeño. Así que contento de estar acá”, dijo Corzo tras la competición. .”Son similares en la fuerza que tienen, hay unas secciones que son fuertes. Bueno son similares cuando el puerto está pequeño cuando está grande es completamente diferente”.

Corzo no fue el único surfista que llegó con credenciales y no cumplió una buena jornada. El argentino Santi Muñiz, primer preclasificado, cayó ante el salvadoreño Bryan Pérez e irá también a la repesca.

“La verdad trato de olvidar un poco el día de hoy, pero nada, hay una chance más”, expresó.

Para la cita en Lima, Corzo dedicó entre cuatro y cinco horas a domar olas en su natal Puerto Escondido, y ha realizado trabajo especial de gimnasio que le permita adquirir más fuerza y potencia a fin de ejecutar los movimientos más osados en el mar.

Corzo sabe que en Lima es candidato. Pero advierte que en el surf no hay nada escrito, para empezar por las condiciones variables de la “cancha” en que se practica. Aunque las olas tengan fuerza similar, la temperatura del agua es muy distinta entre la cálida Oaxaca y las aguas invernales de Sudamérica.

«Todos los mares son diferentes, es más cada ola varía y no hay una idéntica… son aguas más frías», agregó el mexicano. «Estaré preparado para esas olas, pueden contar con eso».

Otra diferencia: En la playa limeña no hay tacos de pescado. Pero Corzo podrá degustar un buen ceviche, y pensar en la remontada.

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