«Futbol, dragón de siete cabezas»: ganadora de Premio Nacional del Deporte
Foto: Especial
Por Jesús Yañez Orozco
- “El éxito es dejar algo en los demás”, opina la silbante Lucila Venegas
- Confía que ese reconocimiento sirva para decir: “‘hola, las árbitras estamos aquí’”
- Juntas, las mujeres avanzamos, dice
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 02 de noviembre de 2020.– Con gafete de FIFA, acostumbrada a ser discreta y profesional en la cancha, la silbante Lucila Venegas disfruta ahora el Premio Nacional del Deporte –a mejor juez o árbitro– y establece que es una oportunidad para impulsar a las futuras generaciones de mujeres colegiadas en el futbol que, definió, “dragón de siete cabezas”.
El éxito “es dejar algo en la parte humana de los demás. Preferiría que me recuerden por haber impactado para bien en la vida de los otros que sólo por presumir mis logros”, argumentó Venegas, entrevistada vía telefónica por el periódico La Jornada, aún emocionada por el reconocimiento después de casi 15 años de trayectoria.
Las palabras de Lucila hacen referencia a la posibilidad de dejar un precedente como una de las pocas mujeres que han silbado en el balompié varonil en México (Ascenso Mx) y para que haya más árbitras de calidad en el terreno profesional.
“No es fácil ser mujer silbante. Pero tampoco digo que mis compañeros la tengan sencilla. Este premio también sirve para decir: ‘hola, las árbitras estamos aquí’. Espero sea una buena oportunidad para todas, no sólo para mí”, puntualizó.
“Si las nuevas generaciones trabajan bien, con disciplina y constancia se pueden abrir más caminos para las que vienen atrás de ellas. Las mujeres tenemos que apoyarnos, a veces se nos olvida hacerlo, pero no estamos solas y juntas avanzamos mejor”, subrayó.
Venegas se ha desempañado en la Liga Mx Femenil y el extinto Ascenso Mx, pero aun cuando no se le ha dado la oportunidad en Primera División, es una de las silbantes más experimentadas en el futbol mexicano.
Posee el gafete FIFA y ha sido constante en los mundiales de mujeres, donde ha dirigido en los torneos Sub-17 de Costa Rica 2014 y Uruguay 2018, así como en el Sub-20 Japón 2012, la Copa del Mundo de Canadá 2015 y Francia 2019, al tiempo que estuvo en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Por primera vez en su carrera se permite ser el centro de la atención y goza de este reconocimiento al ser consciente que su mejor actuación como árbitro es cuando pasa inadvertida por sus decisiones en la cancha.
“Es un honor y me siento muy orgullosa. Es un sentimiento diferente. El premio lo entrega el organismo más importante del deporte en el país”, agregó.
Y describió:
“Lo vivo al máximo este momento, sobre todo, porque el juez nunca debe ser protagonista en la cancha. Al futbol se va a ver al jugador y el árbitro debe salir sin que hayan notado su presencia”, opinó.
Los atletas, reconoció, “siempre son los que deben brillar. Ellos están en primera plana. Pero al final del día, los árbitros también tenemos nuestras carreras y sueños.”
Además, estimó, “estamos en los partidos al filo de la navaja, nos emocionamos cuando no hay motivo para intervenir y anotan gol, sentimos que nosotros pateamos ese balón.”
Ante el camino recorrido como silbante, Lucila aceptó que el “arbitraje de calidad exige más de lo que te da.”
Lo más difícil de esta profesión, concluyó, “para alcanzar el mejor nivel es entregarle tu vida, aunque esa constancia te permite estar preparado para cuando enfrentas al dragón de siete cabezas. Hoy vale la pena todo y sólo disfruto de este premio.”