Periodistas Unidos. Ciudad de México. 10 de marzo de 2022.- El desastre ocurrido en el estadio, La Corregidora, de Querétaro: era algo anunciado. Ello porque a los barones que controlan el futbol mexicano no los tocan jamás, hagan lo que parezca más grotesco y escandaloso.
Lo mismo contratando a quién sea para, no obstante fracasar en el caso de la selección mexicana, lo despidan sin explicar nada. O salgan intoxicados a festejar el triunfo de su equipo (recodar el momento donde ganó un campeonato el América y Emilio Tercero era para dar pena, 27 de mayo de 2013). O tengan varios clubes en diferentes entidades, algo que ocurre con Tv Azteca: Monarcas Morelia, Mazatlán y antes el Atlas. Y Televisa: América y Necaxa
Quienes hacen además los reglamentos, son empleados de las televisoras, el muy notorio Justino Compeán, que de ser operador de Televisa pasó a dirigir la Federación Mexicana de Futbol (FMF).
Y como han señalado hace tiempo, la FIFA es más un negocio para los que la manejan que una competencia de naciones, tanto que a México le otorgaron dos veces la sede y estaba apuntado para uno más, aunque después de Querétaro…
El próximo mundial será en Qatar, donde a las mujeres las tratan como ciudadanas de segunda o tercera, como hemos visto en algunos anuncios, donde salen vestidas todas de largo y con velo: una infamia en tiempos de liberación femenina.
Todo mal. Por eso, lo ocurrido en Querétaro era algo inevitable. Por más que haya un reglamento que nadie cumple, ya que para lo único que sirve este aparente deporte es para que los funcionarios asistan a los torneos máximos, inauguren acontecimientos trascendentes para quererse lucir, no obstante les silben como a Díaz Ordaz en 1968 y Miguel de la Madrid en su sexenio.
En el caso que nos ocupa, para un estadio de miles, únicamente había 600 policías, 350 de una empresa privada llamada GESK 9. Y ya sabemos que este tipo de instituciones, cuyas licencias repartieron militares de alto grado para hacer negocio, no capacitan a su personal, únicamente les dan un garrote y uniforme. Por lo tanto, no son de fiar.
El 5 de marzo, mientras grupos importantes iban de un lado para otro, golpeando a placer, algún uniformado hablaba por teléfono y otro trataba de esconderse. ¡Vaya guardianes del orden!
El gobernador queretano, Mauricio Kuri, no sólo trató de minimizar el grave problema, que a él le toca resolver ya que tiene concesionado el estadio para un tal Gabriel Solares, que es quien utiliza para su beneficio el campo de juego.
Dicho espectáculo resulta harto redituable no sólo por las entradas de los asistentes, sino por los derechos televisivos, la publicidad y venta de bebidas embriagantes y hasta de casa de apuesta, en este caso Caliente del multiconocido por sus excesos, Jorge Hank Rohn (dueño, además, del equipo Xolos), a quien hace poco le cobraron por primera vez impuestos, lo que muestra hasta dónde están coludidos gobiernos y supuestos empresarios. ¡El capitalismo de compadres!
El señor Mikel Arriola, presidente de la Liga MX- que patrocina un banco español- dio explicaciones largas sin decir cómo evitar esos graves acontecimientos en contra de la población y cómo meter en orden a los dueños de los clubes (Aristegui Noticias, 7 de marzo). Era lógico por su pasado en el peñismo y su derrota estrepitosa como aspirante a encabezar la CdMx.
Según el periodista Gerardo Velázquez (El Universal, 7 de marzo), el reglamento de la patabola (Nikito Nipongo, dixit), en su artículo 66 señala claramente que lo ocurrido en la fecha trágica ya citada, exige tomar medidas serias y de fondo.
Pero quizá no ocurra, ya que los intereses turbios entre grillos y negociantes están por encima de todo.
Recordemos, por ejemplo, que Carlos Ahumada, financiador del PRD y rompecorazones, llegó a ser el propietario del equipo León.
El señor Tirso Martínez, dueño de las franquicias de Querétaro e Irapuato, fue despojado de ambos por descubrirse que estaba coludido con el narcotráfico (2004). Y el Tiburones Rojos del Veracruz, cuyo propietario era Fidel Kuri- ¿algún parentesco con el gobernador actual de Querétaro?- no pagaba a sus jugadores y desapareció tal entidad.
Bueno hasta la Caja Libertad, del preso Juan Collado, salió a relucir en estos trafiques de negociantes de enormes fortunas.
Esta actividad, por cierto, tiene operaciones muy oscuras y se utiliza para el lavado de dinero. No sólo aquí, sino en todo el mundo.
No olvidemos los casos de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo en España, quienes fueron descubiertos haciéndole trampas al fisco de dicho país.
Recientemente Roman Abramovich, muy cercano a Vladimir Putin, tuvo que vender el Chelsea de Inglaterra (adquirido en 2003) ya que entendió se lo quitarían por su cercanía con el nuevo zar de Rusia.
En fin, podríamos seguir pero este deporte tan popular, que posibilita a varias cadenas televisivas difundir hasta los torneos más extraños en el mundo y sirve para la enajenación mundial, a pesar de todo goza de buena salud y pocos se atreven a decir las terribles consecuencias en que se desarrolla.
Las llamadas barras bravas, tan boyantes en países como Argentina e Inglaterra, entre otros, llevan a que el individuo se conduzca como una Masa Enloquecida, para recordar al gran Elías Canetti en su libro: Masa y Poder (1960).
Los cronistas más atinados de la época, los caricaturistas, lo sintetizaron así. Helio Flores (El Universal 7 de marzo), muestra un gorila que aparece detrás de una camiseta del equipo Querétaro. Magú (La Jornada, 7 de marzo), titula su cartón: Muchos heridos, ningún detenido y Hernández, en el mismo impreso e igual día, nombra su trazo: Barbarie Uno. Civilización Cero.
¡Cuidado, si no se sancionan a fondo los excesos ocurridos, aumentará el número de víctimas!