Julio César Chávez, el bienamado
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Volverá al ring para la función en homenaje al icónico mánager Ignacio Beristáin
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Regresa al cuadrilátero porque quiere “un chingo” a don Nacho
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Será el próximo 21 de mayo en la plaza de Toros México, con capacidad para 41 mil aficionados
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También participarán, en peleas de exhibición, otros ex monarcas mundiales como Humberto “Chiquita” González, Juan Manuel Márquez y Jhonny González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de abril de 2022.- A punto de cumplir 60 años –el 12 de julio próximo– tiene granítico rostro de eterno niño travieso. Alburero, bromista, cábula, abiertamente amigo de capos de la droga, Julio César Chávez mira sin ver a más de un centenar de asistentes a la conferencia de prensa donde reconoció que por su edad cada vez “es más difícil ponerse los guantes”, aunque sean combates de chunga.
Como si fuera ayer, revive sus momentos de inolvidable gloria deportiva.
Asisten reporteros, camarógrafos, fotógrafos, invitados especiales, casi un centenar, al anunció del homenaje a Ignacio Beristáin, histórico mánager del boxeo mexicano e internacional –forjador de 28 campeones mundiales, hombres y mujeres. Será con una cartelera de peleas de exhibición, el próximo 21 de mayo en la mítica Plaza de Toros México, para poco más de 41 mil aficionados.
Pese a que colgó los guantes hace casi 17 años, tras conseguir tres títulos mundiales, Chávez confirma que es un irredento ídolo del pueblo. Por la pasión que detona parece que no se retiró hace más de tres lustros del profesionalismo. Ahora su rival será Daniel Zaragoza, otro ex campeón del mundo.
JC es inevitablemente bienamado.
Enfundado en ropa sport, semeja un imberbe estudiante de secundaria. Una irremediable sonrisa, pícara, infantil cuelga de sus léperos labios. Y que reprime cuando comenta funciones de box para la televisión.
Nada delata que fue púgil profesional durante un cuarto de siglo, salvo por una pátina de mirada asesina –que lo caracterizaba sobre el ring–, la nariz achatada en el tabique y una leve hinchazón en sus pómulos, producto de 117 peleas profesionales, 107 victorias, 6 derrotas y dos empates.
La cita es en un restaurante del sur de la capital del país, sede de las charlas de café del Consejo Mundial de Boxeo. Nada distrae las miradas de los presentes de la figura de JC. El resto pasa casi desapercibido. Es un imán.
Ni siquiera desvía las miradas una decena de bellas hosstes –anfitrionas–, veinteañeras, ataviadas con ropas minúsculas: camisa a cuadros en rojo y negro, short de mezclilla, faldones anudados sobre los senos y calcetas blancas, ombligo de fuera. Abajo del cubrebocas se adivinan carnosos labios.
En una especie de amarga plegaria, que intenta mantener sus demonios sueltos a raya, Chávez, alardea que casi cumple 13 años “limpio” sin alcohol ni drogas que lo pusieron al borde de la muerte.
Entre algunos de los presentes es un secreto a voces que ahora, paradójicamente, sus hijos, Julio y Omar, lidian con las demoníacas adicciones.
En la misma función, llamada leyenda de leyendas, también en peleas de exhibición, estarán Humberto “Chiquita” González, Juan Manuel Márquez y Jhonny González, a quienes Beristáin dirigió hace algunos años en la esquina siendo campeones mundiales.
Fue escueto, con la sencillez que lo caracteriza, a los 82 años de edad, huyéndole a los reflectores y el afán protagónico, como siempre lo ha hecho, Beristáin — miembro del Salón de la Fama en Canastota, Nueva York–:
“Estoy muy agradecido por este gesto, la verdad será algo muy bonito este homenaje. Lo disfrutaré mucho, junto a grandes peleadores a los que alguna vez tuve en el gimnasio y fueron campeones mundiales”,
JC reconoció sentirse “contento y emocionado”, por esta invitación.
Pero bueno, aclaró, “subir al ring otra vez no es tan fácil. Es complicado”.
Pero por don Nacho, añadió, “lo doy todo. Tiene todo mi aprecio, todo mi cariño. Desde que lo conozco siempre hemos tenido buena comunicación y mucha química, por eso estamos aquí”.
Añadió que todavía hará una exhibición, antes de fin de año, con la que, según él, ahora sí dirá adiós al ring.
“Haré una última exhibición en Tijuana a finales de septiembre. Porque dice Érik Morales –excampeón mundial– que le tengo miedo (risas); entonces haremos ahí la última de exhibición”, sostuvo.
Enfundado en un traje gris rata, corbata roja y camisa celeste, Mauricio Sulaiman , titular del Consejo Mundial de Boxeo, tiene el mismo discurso impostado que su padre. Don José, casi 40 años presidente del CMB, en vida, solía decir que mientras hubiera pobreza existiría el pugilismo.
“Me da mucha satisfacción esta convocatoria con tantos campeones en una función en homenaje a don Nacho. Será una cartelera histórica y el WBC se une a este gran evento”, se ufanó el dirigente.
Irá al Otomí
En cuanto a su preparación para la exhibición del mes entrante, Julio comentó que se irá a preparar al Centro Ceremonial Otomí, estado de México. junto a su hermano Rodolfo y su hijo, Omar, quien también tomará parte en esta cartelera en combate a seis rounds.
“Voy a irme al Otomí aunque sea una exhibición a cuatro rounds. Al pelear en la altura, es mejor prepararme allá para llegar con una mejor condición”, expresó.
Los organizadores de la cartelera Luis Villaseñor y Gerson Brito, de Boxeo Mundial, comentaron que alistan una serie de trece capítulos sobre la vida de Nacho Beristáin.
Y será, precisamente, el último capítulo –la función del 21 de mayo–, con el que esperan cerrar con broche de oro este trabajo, en el que han participado campeones, ex campeones mundiales, entrenadores y amigos cercanos del mánager veracruzano.
Al final, Chávez, como en sus máximas epopeyas deportivas, fue asediado por los representantes de la prensa.
Y, sí, es un inconmensurable bienamado.
(Con información de los diario Esto y El Heraldo)