Por conflicto en Irán, México, EU y Canadá arrebatarían a Qatar Mundial 2022
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 13 de enero de 2020.- El conflicto entre Irán y la Casa Blanca provocaría que el Mundial 2022 no se dispute en Qatar y se realice en México, Estados Unidos y Canadá, cuatro años antes de lo programado, y no en 2026.
“Desde hace años”, Qatar ha sido señalado para no realizar la próxima Copa del Mundo por una multiplicidad de factores, argumenta Javier Tejado Dondé –abogado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), maestro en relaciones internacionales por la Universidad de Fletcher School, así como catedrático en derecho por la Universidad de Yale–, en su columna del diario El Universal.
Entre ellos resalta la política interna catarí: no corresponde con los lineamientos de la FIFA, que encabeza Gianni Infantino, sostiene hoy Tejado en su columna Espectro.
Pero lo que más preocupa actualmente es el asesinato del general iraní Qassem Soleimani, el viernes pasado, ordenado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se convirtió en un grito de guerra para la mayoría de los países árabes asentados en el Estrecho de Ormuz.
“Las cosas se volvieron a complicar y las delegaciones de varios países seguramente no querrán visitar una zona de conflicto”, antes durante y después de la justa cuatrienal, advierte el analista.
Para el Mundial de Qatar, en noviembre de 2022, agrega, “parece que el destino está en un complot para que no se realice ahí”.
Primero, en 2014 surgieron las acusaciones de que directivos de la FIFA aceptaron sobornos y recibieron un pago millonario por derechos de transmisión en televisión (400 millones de dólares) para darle la sede mundialista al emirato, a pesar de no cumplir con importantes requisitos para serlo (clima muy caluroso, instalaciones deportivas inexistentes, discriminación femenina, inviabilidad de asistencia para la comunidad LGBT y poca conectividad).
Estas acusaciones, documentadas por varios medios de comunicación internacionales, luego llevarían a procesos judiciales a los principales promotores de Qatar como sede mundialista: el exfutbolista francés, Michel Platini, y el entonces dirigente de la FIFA, Joseph Blatter. Unos 40 integrantes del máximo ente balompédico también fueron encarcelados.
Era una de las múltiples aristas del llamado FIFA-Gate.
Otra situación adversa: la posibilidad de que Israel logre la calificación a la justa mundialista. Habría el riesgo de que desistan participar los países árabes que también consigan su boleto.
Después, en junio de 2017, varios países —Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Egipto, Mauritania, Senegal, Islas Comoras, Jordania y Libia— impusieron un bloqueo naval, aéreo y terrestre a Qatar, acusándolo de promover el terrorismo de la mano de Irán.
En los gobiernos de estos países también había irritación por la cobertura de estos hechos por parte de la televisora Al Jazeera, que tiene su sede en la capital de Qatar, Doha. Este bloqueo, que sigue en pie, ha complicado la llegada del turismo a Qatar.
Las vías terrestres ya no existen, los traslados navales y aéreos no pueden salir, ni cruzar a los países arriba citados, lo que ha hecho que se tengan que realizar viajes aéreos más largos y costosos para poder llegar, explica Tejado.
Incluso, el tema de la entrada de alimentos se ha complicado y éstos llegan mayoritariamente por un puente aéreo desde Irán.
“Con el inicio de este bloqueo, la FIFA sondeó a los tres países que tendrían el siguiente mundial, el de 2026, para saber si de requerirse lo podrían adelantar y hacer el que le toca a Qatar”, opina el columnista.
Dado que los estadios ya están construidos en los tres países coorganizadores y sólo requieren de algunas mejoras, los representantes de Estados Unidos, Canadá y México — coordinados por Robert Kraft, presidente de la multinacional que lleva su apellido dueño delos Patriotas de Nueva Inglaterra de la NFL y presidente del Comité Organizador del Mundial 2026— dijeron que estarían listos, de requerirse.
Aunque sólo se jueguen 10 juegos en México y otros tantos en Canadá, por primera vez en la historia del balompié mundial, una empresa privada organizará, por tercera ocasión, un Campeonato del Mundo: Televisa, poderosa empresa del entretenimiento, la más importante de habla hispana del planeta, propiedad de Emilio Azcárraga Jean.
Qatar, hábilmente, ha logrado evitar que su economía caiga en recesión a pesar del bloqueo y seguir con la construcción de sus estadios e instalaciones deportivas, con lo que parece que la FIFA se mantiene vigilante, pero relativamente tranquila, con la sede de 2022.
Sin embargo, el asesinato del general Soleimani, volvió a complicar las cosas. “Difícilmente, en un estado de guerra virtual, las delegaciones de varios países van a querer visitar una zona de conflicto”, advierte el catedrático.
De hecho, la selección de futbol estadounidense, el viernes pasado, anunció la cancelación de entrenamientos y juegos preparatorios para el Mundial que tendría este año en Doha.
Con ello, sostiene el periodista, la probabilidad de que se cancele el Mundial en Qatar y se adelante el de México, EU y Canadá, “es una posibilidad real”.
Y, según él, de concretarse, la FIFA lo deberá anunciar hacia mediados de este año, para evitar contratiempos a los cientos de miles de viajeros que asisten a los mundiales.
Hay ya un antecedente de cancelación en ese emirato: en noviembre de 2017 estaba programada la 23 Copa de Naciones del Golfo en Qatar. Luego de que Arabia Saudita, EAU y Bahréin, dado el boicot, retiraran a sus delegaciones, se anunció que la Copa cambiaría de destino a Kuwait.
Un cambio de sede, además, sería muy aplaudido por los principales patrocinadores de la FIFA –sobre todo una cervecera trasnacional, Budweiser— por la severa restricción de consumo de alcohol, las televisoras europeas, las estadounidenses y sus anunciantes, pues la diferencia de horas con Qatar complica las transmisiones en horarios de audiencia estelar.
También, la afamada Liga Premier inglesa estaría a favor del cambio de sede pues traería aparejado un benéfico ajuste de fecha del Mundial.
Generalmente este evento se disputa en verano, para aprovechar periodos vacacionales y el descanso de las principales ligas de futbol, pero para evitar jugar en temperaturas de hasta 50 grados centígrados en Qatar, el Mundial se programó en el invierno: noviembre.
Así, los problemas y la incertidumbre que enfrenta Qatar como sede de la Copa del Mundo hacen muy probable que ésta se adelante en Norteamérica, opina Tejado Dondé.
En México, los tres estadios sede serían el Akron de Guadalajara; el BBVA, de Monterrey, y el Estadio Azteca, de la Ciudad de México. Este último es el que mayor cantidad de mejoras ha ofrecido a la FIFA, pero el cambio de gobierno en la Ciudad de México y la cancelación de obras en grandes polígonos han hecho que las remodelaciones se retrasen.
Quizá sea tiempo de que los gobiernos federal y de la CDMX empiecen a planear para la eventualidad de que, en menos de dos años, tengamos —por tercera vez— la sede mundialista. Sería una gran oportunidad para presumir al país e incrementar el número de turistas que nos visitan, sugiere Tejado.
El Mundial de 1986 con sede en Colombia, ha sido el primero en la historia de FIFA que cambió de sede: México. Entre otros factores internos por la guerrilla colombiana y los carteles de la droga.
La FIFA, que entonces comandaba el polémico brasileño Joao Havelange, había estipulado una fecha límite para conocer la disposición del gobierno nacional de realizar la copa.
No fue necesario esperar hasta ella.
El 25 de octubre de 1982, el entonces presidente Belisario Betancur anunció lo inevitable:
«Aquí en el país tenemos muchas cosas que hacer y no hay tiempo para atender las extravagancias de la FIFA y sus socios».
«El Mundial debía servir a Colombia, y no Colombia a la multinacional del Mundial», lanzó Betancur en un discurso transmitido en televisión y radio nacional.
Ipso facto, Guillermo Cañedo de la Bárcena, brazo derecho de la Dinastía Azcárraga como alto ejecutivo de Televisa, y vicepresidente de FIFA, hizo las gestiones para atraer el mundial a México. Se hizo con el beneplácito del gobierno de Miguel de la Madrid, y pese a los sismos de septiembre de 1985, que dejaron miles de muertos y damnificados.
“La pregunta es si estaremos listos para un reto así en año y medio. Los estadios sí deben de estar listos”,concluye el académico.