Rehuye atleta bielorrusa de su país y llega a Viena

  • Kristsina Tsimanuskaia tenía previsto volar de Tokio, sede olímpica, directamente a Varsovia

  • Cambió de vuelo en el último momento “por razones de seguridad”

  • La huida de la deportista de 24 años, que recuerda a las deserciones de deportistas olímpicos que se vivieron durante la Guerra Fría

  • Comité Olímpico de su país intentó que volviera a su país contra su voluntad

  • Temía ser encarcelada a su regreso

  • Fue acusada por su gobierno de carecer de “espíritu de equipo”

  • Y de haber perdido el “equilibrio psicológico y emocional”, según la televisión pública de su país

Periodistas Unidos/Agencias. Ciudad de México. 04 de agosto de 2021.- Crónico drama de atletas que huyen del socialismo. El avión que transportaba a la velocista olímpica bielorrusa Krystsina Tsimanóuskaya –que partió en avión de Tokio, de forma precipitada por temor a represalias en su país–, aterrizó este miércoles en Viena, en principio una simple escala en su viaje a Polonia que le concedió un visado humanitario.

El aparato de la compañía Austrian Airlines, se posó en el aeropuerto de la capital austríaca a las 15:00 locales (13:00 GMT), constató un periodista de la Agencia Francesa de Prensa (AFP). Un vehículo la esperaba para escoltarla, lejos de la mirada de los numerosos periodistas presentes.

Se espera, aunque no hay confirmación oficial, que la velocista viaje esta noche o mañana a Varsovia, que era su destino inicial, pero cambió de avión por razones de seguridad. El viaje se produce menos de 72 horas después de que el Comité Olímpico de Bielorrusia acortara su estancia en los Juegos e intentara que volviera a su país contra su voluntad.

La atleta explicó el domingo haber escapado a ser repatriada por la fuerza a Bielorrusia, días después de haber criticado a la federación de atletismo de su país en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Según Tsimanóuskaya, la federación bielorrusa quería obligarla en un primer momento a participar en los relevos de 4×400 metros, ante lo que la atleta mostró su indignación ya que solo tenía previsto correr los 100 y los 200 metros.

Temiendo ser encarcelada si regresaba, Tsimanóuskaya obtuvo ayuda del Comité Olímpico Internacional (COI) y protección policial mientras estaba en el aeropuerto de Tokio-Haneda.

El incidente provocó la condena internacional de Bielorrusia, antigua república soviética, gobernada con mano de hierro por el presidente Alexander Lukashenko desde 1994. Su hijo dirige el Comité Olímpico nacional.

La huida de la atleta de 24 años, que recuerda a las deserciones de deportistas olímpicos que se vivieron durante la Guerra Fría, aísla aún más al presidente bielorruso, que ha intensificado la represión de cualquier disidencia en el último año tras las protestas por su fraudulenta reelección, de la que ahora se cumplen 12 meses.

Tras pasar dos noches en la Embajada de Polonia en Tokio, donde se refugió tras buscar la protección de la policía japonesa en el aeropuerto, la deportista subió esta madrugada a un avión vestida con pantalones vaqueros, una blusa azul y gafas de sol.

El avión de Austrian Airlines aterrizó horas más tarde en Viena, donde fue recogida por un autobús negro escoltado por la policía. La comunidad bielorrusa que vive en Polonia espera que llegue a ese país, donde le ha sido concedido un visado por razones humanitarias.

En un principio iba a viajar vía aérea directamente a Varsovia, pero el Gobierno polaco informó de que hubo un cambio de última hora en la ruta para evitar posibles problemas de seguridad, ya que se habían hecho públicos detalles de su vuelo.

Después de que un avión de Ryanair fuera forzado a aterrizar en Bielorrusia en mayo para detener a un activista, fuentes del Ejecutivo polaco informaron de que había que tener “un cuidado extra”.

El viceministro de Exteriores polaco, Marcin Przydacz, aclaró que la deportista está todavía bajo la protección de los servicios diplomáticos polacos. Pero no especificó su destino final.

“He dicho en varias ocasiones que no ofrecemos detalles de la ruta por seguridad”, dijo en un mensaje de texto.

“Está a salvo y bien, dadas las circunstancias”, dijo Magnus Brunner, viceministro de Medio Ambiente de Austria, que la recibió en el aeropuerto.

“Está preocupada, claro, y nerviosa, esperando a ver qué sucede, añadió.

Polonia, que apoya a refugiados políticos bielorrusos y a la oposición democrática contra el régimen de Lukashenko, fue el primero en ofrecerse a recibir a la atleta olímpica, mientras que el Comité Olímpico Internacional ha abierto una investigación para esclarecer el caso.

La atleta, que se ha distinguido por apoyar las protestas contra el régimen de Lukashenko y estar en contacto con la disidencia democrática de su país, temía sufrir represalias al regresar a Bielorrusia, según explicó en vídeos y mensajes difundidos por las redes sociales.

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha imputado a Bielorussia un “intento criminal de secuestro” de la velocista.

La velocista tenía previsto participar en la carrera de 200 metros del pasado lunes, pero tras quejarse de haber sido obligada por Minsk a competir en otra carrera, el pasado jueves fue acusada de carecer de “espíritu de equipo” y de haber perdido el “equilibrio psicológico y emocional”, en la televisión pública de su país.

La deportista presentó el mismo lunes una solicitud urgente de medidas cautelares al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para que anulase la decisión de su comité de no dejarla participar en la prueba clasificatoria de los 200 metros, que fue desestimada porque “la atleta no pudo probar su caso” para obtener la aplicación de dichas medidas, según ese organismo.

(Con información del diario El País)

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