Soporífero tongo boxístico, venganza de Anthony Joshua sobre Andy Ruiz

Foto: Hassan Ammar / AP

Por Jesus Yañez Orozco

AP. Riyadh, Arabia Saudita. 08 de diciembre de 2019.- En soporífero tongo boxístico –donde quedó de manifiesto que la televisión manda históricamente sobre el ring– poco más de seis fugaces meses duró el efímero reinado de los pesos pesados a Andy Ruiz Jr, estadounidense de origen mexicano. El británico Antonhy Joshua se vengó de la derrota sufrida ante El Destroyer en el mes de junio y se llevó, sin sobresaltos, decisión unánime este sábado.

Poco digno de cronicar durante 12 inenarrables episodios.

Con el triunfo, Joshua (23-1, 21 KO’s) recuperó los cinturones peso pesado de la Federación Internacional, la Organización Mundial y la Asociación Mundial. Victoria que, como era predecible, se decantará en una tercera pela de desempate. Una posible sede sería el Estadio Azteca de la Ciudad de México, propiedad de Emilio Azcárraga Jean, dueño de la poderosa Televisa.

Quince mil personas llenaron el pabellón construido por el poderoso reino del Golfo en Diriyah, Arabia Saudita, como parte de la política de diplomacia deportiva iniciada por el príncipe heredero Mohamed ben Salmán.

Para llevarse el combate más esperado del año a su país, Riad invirtió más de 100 millones de dólares: 60 para Joshua, 40 a la promotora Matchroom y, míseros, nueve recibió Ruiz.

Persignándose con mano izquierda y luego la derecha, como devoto católico, Ruiz se encaminó, con paso cancino, del vestidor al ring, esperando el milagroso triunfo. Pero esta vez Dios le dio la espalda. Minutos después hubo un momento de desconcierto durante la ceremonia de los himnos.

Se escucharon el británico y luego el estadounidense, grabados, por el sonido local. Tras una angustioso silencio, que se hizo eterno, fue entonado a capela el de México.

Llamó la atención el  lenguaje corporal de Joshua, ébano granítico. Serio, inexpresivo. Impasible dios del cuadrilátero. Apenas saludó, con barniz de desdén, a los aficionados que lo vitoreaban. Contrastaba con el abucheo generalizado al Destroyer.

Disminuido por un corte en la ceja en el primer asalto, Ruiz, que sumó siete kilos más a su oronda figura con respecto a hace medio año (pesando 128,36 kilos), no perdió la cara en ningún momento al combate, confiado en sorprender de nuevo al británico con alguna poderosa combinación de golpes.

Tras los primeros seis rounds, Joshua dominaba a Ruiz 53-23 en golpes totales, incluyendo ventaja de 22-10 en golpes de poder y 31-13 en jabs.

El mexicano no encontró hueco para llegar a la zona corta de Joshua en los primeros siete rounds, pero se dejó sentir en el octavo con su mejor combinación de golpes. Fue el primer round de la pelea, pese a la cortada en la ceja, en que Ruiz superó a Joshua en golpes conectados (12-6, 11-3 de poder).

Pese a aguantar los 12 asaltos, la unánime decisión de los jueces no deja lugar a dudas respecto al desenlace del llamado ‘Combate de las Dunas’: dos dieron vencedor al británico por 118-110 y el tercero aumentó la diferencia a 119-109.

Anthony, tras el triunfo, no descartó enfrentar por tercera vez a su rival:

“Sin ninguna duda: si lo escucharon, vamos a hacer una tercera”.

“La primera vez –que fue campeón del mundo– fue tan bonito que me había dicho que tenía que repetir».

«Le hice daño, pero no le noqueé. Me propuse corregirlo y volver a ganar», subrayó.

«Esta noche quería dar una clase magistral de boxeo y mostrar lo fundamental de este hermoso deporte: golpear y no ser golpeado», añadió Joshua, que acaba de cumplir 30 años, parafraseando a su ídolo Mohamed Alí.

Andy que se queda con una tarjeta de 33 victorias (22 por KO) y dos derrotas, elogió la superioridad del rival y reconoció lo que se miró sobre el ring: no preparó bien la pelea.

Tras su inesperado triunfo en junio, «me volví un hombre noctámbulo». «No me preparé como debía. Gané demasiado peso… pero no quiero poner excusas. Me ganó», aceptó Ruiz, también de 30 años.

No obstante, el púgil de origen mexicano advirtió a su rival:

«Si hay una tercera pelea, es mejor que crea que voy a estar en el mejor estado de forma de mi vida. Me prepararé mejor».

Fue vana la arenga patriotera, la víspera de la pelea, a más de 10 mil kilómetros de distancia, que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió a Ruiz, y le pidió que en su pelea piense en la grandeza de México.

Honor patrio reducido a una pelea boxística.

“Tocayo, te deseo lo mejor en Arabia Saudita, en tu pelea por el título de peso pesado. Representas (sic) a una nación, a nuestro querido México que se fundó hace miles de años”, dijo el mandatario en un video grabado en Palacio Nacional, en la que le muestraba el escudo nacional.

“Adelante, a triunfar, un abrazo paisano, un abrazo, tocayo”, remató López.

Si el pasado 1 de junio en el Madison Square Garden de Nueva York Ruiz sorprendió con su poderosa pegada a Joshua, con un KO en el séptimo asalto que supuso la única derrota en su carrera del británico, éste se presentó hoy en Diriyah con cuatro kilos menos, lo que le hizo ganar en velocidad de manos, aunque siempre manteniendo la vigilancia sobre Ruiz, mucho menos musculado, pero con dinamita en los puños.

La organización de la pelea en Arabia Saudita había provocado, no obstante, muchas críticas. 

Amnistía Internacional, incluso, denunció que el combate tuviese lugar en un país con un pesado historial de violación de los derechos humanos, agravado por el escandaloso asesinato del periodista Jamal Khashoggi, en 2018, en Turquía y el conflicto con Yemen desde 2015.

Pero esas críticas no parecen echar atrás a Riad, cuya internacionalización a través del deporte no parece tener freno.Además del boxeo, Arabia Saudita acaba de organizar un gran premio de Fórmula Eléctrica y próximamente celebrará una exhibición de tenis (12-14 diciembre), el rally Dakar 2020 (5-17 enero) y la Supercopa de España de futbol, esta temporada y las dos próximas.

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