Por Humberto Musacchio
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 20 de diciembre de 2024.- El 11 de diciembre se inauguró en el Colegio de San Ildefonso, con más de 200 piezas, la exposición Exiliadas de España. Artistas en México, con curaduría de Yolanda Guasch Mari y Rafael López Guzmán, quienes dedicaron más de una década a investigar sobre la presencia y el aporte de esas damas que enriquecieron la cultura mexicana con su arte, como Remedios Varo, Elvira Gascón, Lucinda Urrusti, Marta Palau, Mary Martín, Kati Horna, Julia Giménez Cacho, Elena Climent, Regina Raull, Paloma Altolaguirre, Yani Pecanins y otras que merecen una buena promoción, pues cuentan con una obra de alta calidad, como Alma Tapia Bolívar, Amaya Escalera, Carme Millà, Carmen Cortés, Elena Verdes Montenegro, Nela y Guadalupe Gaos, Josefina y Rosa Ballester, María Teresa Toral, Montserrat Aleix, Puri Yáñez, Soledad Martínez, Teresa Martín y Teresa Olabuenaga. “La muestra reúne obras de 30 mujeres artistas que encontraron en México un nuevo hogar y el lienzo donde plasmar sus sueños”, señaló el doctor Leonardo Lomelí Vanegas, rector de la UNAM, en presencia de Cuauhtémoc Cárdenas y Lázaro Cárdenas Batel.
Sus colegas recuerdan a Gritón
La iniciativa fue de Gustavo Monroy, Demián Flores y Gabriel Macotela, quienes consiguieron la respuesta solidaria de decenas de artistas, los que pintaron una larga barda en Insurgentes y Yucatán para rendir homenaje al recientemente fallecido Antonio Ortiz, más conocido como Gritón. También hubo canto, un performance y palabras de reconocimiento para el pintor fallecido, de quien se recordó su lema: “La acción anarquista para cambiar al mundo”, pues fue siempre solidario con los movimientos sociales, el pacifismo, los derechos humanos y culturales. Con este homenaje pictórico se redondeó la ceremonia luctuosa ofrecida la noche anterior en el Museo de la Ciudad de México, donde se dijeron buenas y bellas cosas de Gritonio, como le llamaban sus íntimos.
León Guillermo Gutiérrez
Nativo de San Julián, Jalisco, León Guillermo Gutiérrez, de quedarse en su lugar de origen, bien pudo ser personaje de Juan Rulfo, pero es de los seres que gustan de escalar montañas (intelectuales, por supuesto). De ahí que obtuviera una maestría en Literatura hispanoamericana por la Universidad de Texas, en Austin, y luego se lanzara a la conquista del doctorado en Letras por la UNAM. Profesor de varias instituciones de educación superior, ha sido editor de revistas de su especialidad, coordinador del catálogo patrimonial del Fondo de Cultura Económica, poeta, cuentista y prolífico investigador al que debemos sesudos trabajos como El nacionalismo en la novela mexicana del siglo XIX (1998), Bajo la piel de la escritura. Evolución y permanencia de la literatura iberoamericana (2004), La novela mexicana: de la independencia a la revolución (2010) y La novela en México en el siglo XIX, obra coeditada en 2017 por la Universidad Autónoma de Morelos y la firma Bonilla Artigas. Sí, libros que debemos conocer para reconocernos en ellos.
Frank Lloyd Wright y la CU
En 1952, cuando estaba a punto de terminar el sexenio de Miguel Alemán, se celebró en la Ciudad de México el VIII Congreso Panamericano de Arquitectura al que asistieron figurones de la especialidad, quienes fueron llevados a conocer la Ciudad Universitaria, entonces en obra negra. Frank Lloyd Wright, uno de los más prominentes congresistas, declaró: “Si al México joven ha de enseñársele a creer que arquitectónicamente la CU es el summum, se le causará un grave perjuicio. En cambio, si se dice simplemente: ‘muchachos, esto hemos hecho y es lo mejor que podemos ofrecerles. Esperamos que ustedes lo superen’… tendrán un gran incentivo”. Envidioso, en su afán por minimizar la importancia arquitectónica de CU, dijo en otro momento que era un conjunto de “cajas de zapatos sobre palitos”. Y dejó el Congreso para irse a Acapulco.