Periodistas Unidos. Ciudad de México. 09 de diciembre de 2024.- El gobierno ha señalado que no tiene dinero para satisfacer todas las demandas y requerimientos. Hay que señalar que un gobierno soberano no requiere recaudar primero para gastar, simplemente gasta y recauda lo que gasta. Es el banco central el que crea el dinero y debe comprar deuda del gobierno a baja tasa de interés para que éste pueda gastar lo necesario para impulsar la actividad económica y la generación de empleo. En un contexto donde la economía tiene déficit de comercio exterior, donde las importaciones desplazan a la producción nacional y actúan contra el ingreso de empresas e individuos que los lleva a reducir inversión y consumo, el gobierno debe incrementar su gasto para impulsar la producción y reducir el déficit de comercio exterior y mejorar el ingreso de empresas e individuos y así recuperar el crecimiento de la inversión, el consumo y la actividad económica.
No es a través de reducir el gasto público para buscar el equilibrio entre ingresos y gastos como se disminuirá el déficit fiscal y el monto de la deuda, pues ello restringirá más la actividad económica y el ingreso de empresas e individuos, que llevará al gobierno a recaudar menos y a incrementar el gasto social y de seguridad pública para contrarrestar los problemas que la contracción económica genera, por lo que seguirá el déficit público y el crecimiento de la deuda. El déficit y la deuda solo se reducirán en contexto de crecimiento económico para lo cual el gobierno tiene que gastar más y más ante la caída de exportaciones, de inversión extranjera y de remesas que se avecinan ante las medidas que tomará Donald Trump que afectarán a la economía nacional. Si el gobierno no aumenta su gasto deficitario, las empresas e individuos no tendrán dinero para invertir y gastar. Solo impulsando el crecimiento económico se recaudaría más y se reduciría el déficit y el monto de la deuda.
El banco central no requiere de impuestos para comprar la deuda pública, simplemente con un teclado en su computadora hace la transferencia al gobierno a cambio de que el gobierno le transfiera los Cetes. La economía funciona a través de la deuda, la cual es importante para potenciar la capacidad de gasto y éste tiene que impulsar una dinámica económica que asegure el reembolso del pago de la deuda. El banco central presta al comprar la deuda del gobierno. El gobierno es el que gasta. El mayor gasto público impulsaría el ingreso nacional, que se traduce en mayor recaudación tributaria, que pagaría la deuda emitida por el gobierno y comprada por el banco central. Es el gasto el que genera el ingreso. No se puede recuadrar impuestos antes de haber gastado.
La deuda que emitiría el gobierno sería en su moneda, por lo que no caería en insolvencia, pues se utilizaría para aumentar el ingreso nacional que aumentaría la recaudación tributaria para pagar la deuda y además la deuda se reestructura. Además, las dos instituciones, Hacienda y el banco central son del Estado, lo que sale de una bolsa entra a otra y se regresa.
El gobierno no tiene que recurrir a los mercados crediticios para vender deuda, sino perfectamente la puede comprar el banco central. En esto no interfieren las calificadoras internacionales, debido a que es una deuda interna en moneda nacional y las calificadoras se preocupan del pago de la deuda externa.
En la crisis de pandemia del 2020, el banco central de Inglaterra (que es un banco central independiente) le compró al gobierno toda la deuda que emitiera a una tasa de interés de 0.1% para que gastara lo necesario para hacer frente a la crisis. En la zona euro, el banco central entró al recate de los países comprando su deuda, y todo sin modificar ley alguna. En México puede pasar lo mismo. Tiene que haber voluntad política para ello. Algunos dirían que la ley Orgánica del banco central lo impide. Eso no es problema, en dado caso el Congreso puede modificarla. Además, el gobierno tiene que hacer valer que es soberano para determinar la política económica a favor del crecimiento y no tener que subordinarse a los intereses del sector financiero.
El gasto del gobierno debe actuar en forma contra cíclica, para contrarrestar el déficit de comercio exterior y el bajo consumo e inversión privada. Para el 2025 se contempla un superávit fiscal (el que excluye el pago de la deuda) en 0.6% del PIB y un déficit fiscal de 3.9% que es derivado del pago de la deuda pública, donde la banca es la beneficiaria. Perfectamente el gobierno puede trabajar con un déficit primario de 3.0% del PIB (que es permitido por el FMI) para incrementar el gasto público para impulsar el desarrollo de la energía, la energía limpia, la petroquímica y el gas para reducir las importaciones.
En vez de seguir apostando al crecimiento de exportaciones, donde no hay perspectivas de que crezcan ante los aranceles que EUA establecerá, el gobierno debe promover el auto abasto de granos básicos, de bienes manufactureros con efectos multiplicadores internos para reducir el déficit de comercio exterior y los requerimientos de entrada de capitales y así disminuir la vulnerabilidad de la economía. Ello no sería inflacionario, ya que se impulsaría la producción nacional para que haya oferta suficiente para satisfacer la mayor demanda que generaría el gasto público. Se dinamizaría así el ingreso nacional, el cual debe crecer por arriba de la tasa de interés para evitar el sobre endeudamiento, tanto del sector público, como del sector privado.