Causa indignación ataque ruso a hospital materno en Ucrania

AP. Maripupol, Ucrania. 10 de marzo de 2022.- Un ataque aéreo ruso en un hospital de maternidad de Mariúpol que mató a tres personas provocó indignación el jueves, y funcionarios ucranianos y occidentales lo calificaron como un crimen de guerra. Al fracasar las conversaciones para alcanzar cese del fuego extendido, los trabajadores de emergencia renovaron sus esfuerzos para llevar alimentos y suministros médicos a las ciudades sitiadas y para sacar a los residentes traumatizados.

Las autoridades ucranianas dijeron que una niña estaba entre los muertos en el ataque del miércoles en el estratégico puerto de Mariúpol. Otras 17 personas resultaron heridas, incluidas pacientes, médicos y niños.

Las imágenes de mujeres embarazadas cubiertas de polvo y sangre dominaron los informes noticiosos en muchos países ante la ola de horror por la guerra de dos semanas provocada por la invasión de Rusia, que ha matado a miles de soldados y civiles y provocado la huida de Ucrania unas 2,3 millones personas.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, dijo a los líderes rusos que la invasión les resultará contraproducente mientras la economía rusa se estrangula. Las sanciones occidentales ya han asestado un duro golpe a la economía, provocando la caída del rublo, la huida de empresas extranjeras —incluido, el jueves, el banco de inversión Goldman Sachs— y un fuerte aumento de los precios.

“Definitivamente irán ante la justicia por complicidad en crímenes de guerra”, dijo Zelenskyy en un mensaje en video. “Serán odiados por los ciudadanos rusos, todos a quienes han engañado constantemente, a diario, durante muchos años, cuando sientan las consecuencias de sus mentiras en sus billeteras, en sus posibilidades cada vez más reducidas, futuro robado de los niños rusos”.

El presidente ruso, Vladimir Putin, desestimó tales advertencias: “Así como superamos estas dificultades en los años anteriores, las superaremos ahora”, dijo en una reunión televisada con funcionarios gubernamentales. Sin embargo, reconoció que las sanciones crean “ciertos desafíos”.

Millones más han sido desplazados dentro del país. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, dijo el jueves que unas 2 millones de personas —la mitad de los residentes del área metropolitana— abandonaron la ciudad, que se ha convertido prácticamente en una fortaleza.

“Todas las calles, todas las casas… están siendo fortificadas”, dijo en comentarios televisados, “incluso las personas que en su vida nunca tuvieron la intención de cambiarse de ropa, ahora están uniformados y con ametralladoras en las manos”.

Las bombas también cayeron sobre dos hospitales en una ciudad al oeste de Kiev el miércoles, dijo el alcalde. La Organización Mundial de la Salud ha confirmado 18 ataques a instalaciones médicas desde que comenzó la invasión rusa hace dos semanas.

Mientras comenzaba la tercera semana de guerra, autoridades occidentales dijeron que las fuerzas rusas habían hecho pocos avances en los últimos días, aunque han aumentado el bombardeo sobre Mariúpol y otras ciudades, atrapando a miles de personas en urbes donde escasean el agua y la comida.

Los ceses temporales del fuego para evacuar civiles se han desbaratado a menudo, y Kiev acusa a Moscú de continuar sus bombardeos. Pero el presidente Zelensky dijo que 35.000 personas habían logrado salir el miércoles de varias localidades asediadas y el jueves se estaban realizando más esfuerzos en pueblos y ciudades del este y sur de Ucrania, incluido Mariúpol, así como en los suburbios de Kiev.

El consejo municipal de Mariúpol compartió un video el jueves que mostraba autobuses avanzando por una autopista e indicó que un convoy con alimentos y medicamentos estaba de camino, pese a varios días de intentos frustrados de llegar a la ciudad.

“Todos están trabajando para ayudar a la gente de Mariúpol”, dijo el alcalde Vadym Boychenko.

Las imágenes de la ciudad, donde han muerto cientos de personas y algunas víctimas fueron enterradas en una fosa común, han provocado condenas de todo el mundo. Otros dos hospitales fueron atacados en Zhitómir, una ciudad al oeste de Kiev, denunció en Facebook el alcalde, Serhii Sukhomlyn. No hubo heridos, señaló.

Gran Bretaña tachó de crimen de guerra el ataque al hospital materno-infantil.

De visita oficial en Polonia, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, respaldó los pedidos de una investigación internacional por crímenes de guerra y dijo que “los ojos del mundo están puestos en esta guerra y en lo que Rusia ha hecho en términos de esta agresión y estas atrocidades”.

El presidente polaco, Andrzej Duda, calificó el ataque al hospital de maternidad como un “acto de barbarie” y dijo que “es obvio para nosotros que en Ucrania los rusos están cometiendo crímenes de guerra”.

Por su parte, el canciller ruso, Sergey Lavrov, dijo que las preocupaciones sobre las bajas civiles eran “gritos patéticos” de los enemigos de Rusia. Afirmó, sin proporcionar pruebas, que el hospital de Mariúpol había sido tomado por combatientes de extrema derecha que lo usaban como base, a pesar de que las fotografías posteriores al bombardeo muestran a embarazadas y niños en el lugar.

En el extremo oeste de Kiev se oía fuego de artillería el jueves, según dijo el viceministro del Interior, Vadym Denysenko. La gente pasó una noche “bastante difícil” a las afueras de la capital, indicó a la televisora ucraniana Rada. Las fuerzas rusas empezaron atacando objetivos militares pero después alcanzaron zonas residenciales, señaló.

Mientras tanto, los dos bandos celebraban el jueves sus conversaciones de más alto nivel desde que comenzó la invasión. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo confiar en que la reunión entre el canciller ruso y su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, “abra la puerta a un cese el fuego permanente”.

Kuleba dijo que se habían hablado sobre un cese el fuego de 24 horas, pero no habían hecho progresos. Rusia aún quiere “la rendición de Ucrania”, señaló.

“Esto no es lo que van a conseguir”, dijo, añadiendo que estaba dispuesto a continuar el diálogo.

El suelo se estremeció a más de kilómetro y medio (una milla) de distancia cuando el complejo en Mariúpol fue alcanzado el miércoles por una serie de explosiones que hicieron estallar las ventanas y destruyeron buena parte de la parte frontal de un edificio. Policías y soldados se apresuraron para evacuar a las víctimas, retirando en camilla a una mujer embarazada y cubierta de sangre mientras caía una ligera nevada sobre los vehículos y árboles calcinados por la explosión.

Otra mujer lloraba mientras abrazaba a su hijo. En el patio, el cráter de una explosión tenía más de dos pisos de profundidad.

Zelenskyy, dijo que el ataque en Mariúpol dejó atrapados a niños y adultos bajo los escombros.

“Un hospital infantil. Un hospital de maternidad. ¿Cómo amenazaban a la Federación Rusa?”, preguntó Zelenskyy durante su discurso en video, expresándose en ruso para expresar su horror por el ataque. “¿Qué tipo de país es este, la Federación Rusa, que le tiene miedo a los hospitales, miedo a los hospitales de maternidad, y los destruye?”.

Zelenskyy instó a Occidente a imponer sanciones aún más estrictas para que Rusia “ya no tenga posibilidad alguna de continuar este genocidio”.

El ministro británico de las Fuerzas Armadas, James Heappey, dijo que independientemente de si el hospital había recibido fuego “indiscriminado” en una zona urbana o había sido un blanco deliberado, “esto es un crimen de guerra”.

Gran Bretaña añadió el jueves más oligarcas a su lista de sanciones, incluido el multimillonario Roman Abramovich, propietario del club de Premier League Chelsea. El gobierno dijo que los activos de Abramovich se habían congelado y que el empresario no podía visitar el país ni hacer transacciones con personas o negocios británicos.

En Zhitómir, una ciudad de 260.000 habitantes al oeste de Kiev, las bombas cayeron sobre dos hospitales, uno de ellos infantil, informó el alcalde Serhii Sukhomlyn en Facebook. Aseguró que aún se está determinando el número de víctimas. Su reporte no pudo confirmarse de manera independiente.

La OMS dijo haber confirmado 10 muertos en ataques a instalaciones médicas y ambulancias desde el inicio de los combates. No estaba claro si las cifras incluían el ataque al hospital de maternidad.

Dos semanas después de que Rusia inició su ataque a Ucrania, el Ejército ruso está pasando más apuros de los previstos, pero las más de 150.000 tropas de Putin cuentan con ventajas en poderío que posiblemente sean insuperables en su asedio a ciudades clave.

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