La ofensiva rusa ha obligado a 2 millones de personas a huir de Ucrania, dijeron responsables de Naciones Unidas en el 13vo día de la guerra, pero también ha atrapado a otros en ciudades cercadas donde se acaba la comida, el agua y los medicamentos, en la mayor guerra terrestre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Desde que comenzó la invasión, la oficina de derechos humanos de la ONU ha registrado más de 400 muertes de civiles, aunque ha advertido que el número real es mucho mayor. Además del desastre humanitario que se desarrolla en Ucrania, los combates han provocado un aumento de los precios de la energía en todo el mundo y una caída de las existencias, y han amenazado el suministro de alimentos y los medios de subsistencia de las personas de todo el planeta que dependen de los cultivos de la fértil región del Mar Negro.
Los países occidentales han denunciado la invasión y han tratado de apoyar a Ucrania con armas y castigar a Moscú con sanciones. Las medidas han asestado un duro golpe a la economía rusa, ya que las empresas se retiran o reducen drásticamente sus negocios allí. En otra señal del aislamiento económico del país, Shell anunció el martes que dejaría de comprarle petróleo y gas natural.
Al mismo tiempo, intentos previos de llevar a los civiles a lugares seguros se vieron interrumpidos por nuevos ataques. La ruta para salir de la ciudad oriental de Sumy era una de las cinco prometidas por Rusia para que los civiles escaparan de la ofensiva rusa.
Un video compartido por la agencia estatal ucraniana de comunicaciones mostraba gente con bolsas subiendo a autobuses, pero no estaba claro cuánto duraría la operación.
“La ciudad ucraniana de Sumy recibió un corredor verde, la primera fase de la evacuación comenzó”, tuiteó la agencia. Sumy se encuentra a apenas 50 kilómetros (30 millas) de la frontera rusa.
La invasión ya está en su segunda semana y las tropas rusas hacían avances significativos en el sur de Ucrania, aunque se veían estancadas en otras regiones. Soldados y voluntarios fortificaban la capital, Kiev, con cientos de puntos de control y barricadas para frustrar un ataque. Una lluvia constante de proyectiles caía sobre otras zonas urbanas, como Bucha, un suburbio de Kiev donde el alcalde informó de intenso fuego de artillería.
“Ni siquiera podemos recoger los muertos porque los proyectiles de armas pesadas no se detienen ni de día ni de noche”, dijo el alcalde, Anatol Fedoruk. “Los perros destrozan los cuerpos en las calles de la ciudad. Es una pesadilla”.
En una de las ciudades más castigadas, el asediado puerto sureño de Mariúpol, se estimaba que 200.000 personas —casi la mitad de los 430.000 habitantes— intentaban huir. Personal de Cruz Roja esperaba a que se estableciera un corredor.
El centro ruso de coordinación para esfuerzos humanitarios en Ucrania y La viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk, dijeron que se había acordado un cese el fuego desde el martes por la mañana para que algunos civiles pudieran escapar, pero ambas partes dieron versiones distintas sobre la ubicación de los pasos.
El centro de coordinación ruso sugirió que habría más de una ruta pero que la mayoría llevaría a Rusia, ya fuera de forma directo o a través de Bielorrusia. Sin embargo, el embajador ruso ante Naciones Unidas sugirió que se abrirían vías desde varias ciudades y que la gente podría decidir qué dirección quería tomar.
Vereshchuk, por su parte, sólo dijo que se había acordado una evacuación de civiles desde la ciudad oriental de Sumy hacia la ciudad ucraniana de Poltava. Entre las personas a evacuar de Sumy había estudiantes extranjeros de India y China, señaló.
La funcionaria reiteró que las propuestas de evacuar civiles a Rusia y su aliada Bielorrusia, que sirvió de base para la invasión, eran inaceptables.
Las demandas de pasos seguros han aumentado ante un aumento de los bombardeos rusos. Los ataques, también en algunas de las regiones más pobladas de Ucrania, han producido una crisis humanitaria en la que escasean alimentos, agua y suministros médicos.
Pese a todo, Zelenskyy dijo que las fuerzas ucranianas estaban mostrando un valor sin precedentes.
“El problema es que por cada soldado de Ucrania tenemos 10 soldados rusos, y por cada tanque ucraniano tenemos 50 tanques rusos”, dijo Zelenskyy a ABC News en una entrevista emitida el lunes por la noche. Sin embargo, señaló que la diferencia de fuerza se iba reduciendo y que incluso si las fuerzas rusas “entran en todas nuestras ciudades”, serían recibidas por una insurgencia.
Un destacado funcionario estadounidense dijo que varios países estudiaban si proporcionar los aviones que ha pedido Zelenskyy.
En Mariúpol, los hospitales locales sufrían un grave desabastecimiento de antibióticos y analgésicos y los médicos hacían algunas operaciones de emergencia sin ellos.
La falta de conexión telefónica hacía que ciudadanos preocupados abordaran a personas desconocidas para preguntar si conocían a parientes en otras partes de la ciudad y si estaban a salvo.
La batalla por Mariúpol era crucial porque su captura podría permitir a Moscú establecer una conexión terrestre con Crimea, que Rusia se anexionó de Ucrania en 2014.
Varios cientos de kilómetros al oeste de Mariúpol, las fuerzas rusas continuaron su ofensiva en Mykolaiv, una ciudad astillero a orillas del Mar Negro con medio millón de habitantes. Los rescatistas dijeron que estaban apagando incendios en zonas residenciales provocadas por ataques con cohetes.
El Estado Mayor de Ucrania dijo en un comunicado el martes que las fuerzas ucranianas continuaban sus operaciones de defensa en los suburbios de la ciudad.
El Estado Mayor dijo que las “desmoralizadas” tropas rusas estaban saqueando lugares que habían ocupado, confiscando edificios civiles como almacenes agrícolas para guardar equipamiento militar y tomaban posiciones para disparar desde zonas pobladas. No fue posible confirmar estas afirmaciones de forma independiente.
Las fuerzas ucranianas de defensa también operaban en operaciones en la localidad norteña de Chernígov y a las afueras de Kiev, según el Estado Mayor.