AP. La Habana, Cuba. 23 de abril de 2022.- Cabelleras verdes y azules, kimonos negros adornados con nubes rojas, sables de cartón pintados de plateado y hasta alguna máscara. Medio centenar de jóvenes cubanos desafiaron el sol del mediodía el sábado para desfilar por la colonial fortaleza de La Cabaña vestidos como sus personajes de anime o videojuegos favoritos.
Por detrás de ellos una multitud de adolescentes —y no tanto— los siguieron al tiempo que votaron por un premio a la popularidad entre vivas y aplausos para la mejor caracterización.
El lauro fue para Daisy María González, de 16 años, que dio vida a Hange —una protagonista de la popular serie japonesa Shingeki no Kyojin.
La cultura japonesa, el manga, el anime y los videojuegos se pusieron de moda en los últimos meses al calor de la pandemia y el creciente acceso a internet en la isla, hasta convertirse en algo popular actualmente para los jóvenes de esta nación del Caribe y sumándolos a la tendencia mundial en la realización de los llamados encuentros “cosplay”.
El “cosplay” —contracción de las palabras inglesas costume y play o sea interpretar disfrazado— es una representación callejera de personas que usan vestuarios, accesorios y maquillaje para imitar a algunos personajes de las series animadas, incluyendo no japoneses pero de gran aceptación internacional.
“Desde que vi las primeras personas disfrazadas dije ´yo también quiero hacer cosplay´”, manifestó a The Associated Press, Laura Sutil, de 21 años.
“Este es mi personaje favorito de videojuego y de anime, Hatsune Miku”, agregó mostrando su atuendo.
Laura lucía frondosas pestañas negras enmarcadas por una peluca de cabello azul extremadamente largo recogido en dos moños, y un vestido de mangas mariposa; corto blanco y en capas con una pechera de volados rosas y morada. Altos zapatos al tono.
Para confeccionar su traje en Cuba, donde las carencias económicas son muchas actualmente, la joven acudió a telas viejas que le sobraron a su abuela, explicó. La ropa fue cosida entre ella misma y su madre.
Aunque hace al menos cuatro años que ella y algunos amigos son “cosplayers”, Laura reconoció que en los últimos meses hay un “boom que comenzó con la pandemia” de aceptación de esta subcultura japonesa en la isla probablemente debido al encierro y a la popularidad de la plataforma de internet Tik Tok.
El desfile del sábado, muy informal por los callejones empedrados de la fortaleza de La Cabaña, formó parte de las actividades por la XXX Feria Internacional del Libro de La Habana, que este año tiene a México como país invitado y se desarrollará hasta el 30 de abril.
Uno de los organizadores del “cosplay”, Enrique Mayo, directivo de un proyecto cultural llamado Freak Zone y dedicado a promover la subcultura japonesa, recordó que en Cuba desde la década de 1990 ya se veían series del país asiático, lo que terminó por conformar un público de aficionados —aunque reconoció el interés creciente entre los jóvenes.
“Llama mucho la atención el tema del tipo de animación, los colores, las batallas, los poderes, el idioma” de las series, dijo a la AP, Mayo, de 31 años y para quien actualmente en Cuba hay una notable “masividad” en los eventos y subcultura “otaku” que representan.
“En un futuro quiero hacer ‘cosplay’ y amo el anime”, dijo a la AP Briatna Darias, una entusiasmada menor de 12 años que formaba parte del público del desfile. “Me entretiene y me saca de este mundo y me meto mucho en la historia de los personajes”.