Natalia López trae a Berlinale universo rural del México de contradicciones

EFE. Berlín, Alemania.12 de febrero de 2022.- La realizadora mexicano-boliviana Natalia López Gallardo habla en su primer largometraje «Robe of gems», que acaba de celebrar su estreno mundial en la Berlinale, del universo rural de un México lleno de contradicciones, un filme en apariencia oscuro, que para ella tiene, no obstante, la misma cantidad de luz.

«Yo quería hablar sobre un universo, y el universo en el que yo vivo es el campo mexicano. Y mi interés estaba centrado en realmente construir más la atmósfera de ese universo y acercarme más a una sensación más ecológica de lo que vivimos», explica la cineasta en entrevista con Efe.

Su intención, agrega, fue siempre hacer una especie de colectivo, para poder retratar un lugar», más que contar la historia de alguien o hablar de una problemática en particular.

En «Robe of Gems» («Manto de gemas»), que aspira a los Osos de la Berlinale y está nominada además a mejor ópera prima, Isabel, una mujer de clase alta, y su familia se trasladan a la antigua casa, vacía y muy descuidada, de su madre, y trata de ayudar a una sirvienta, María, que busca a su hermana desaparecida.

La desaparición de su hermana ha obligado a María a involucrarse en negocios sucios con Adan, el hijo de Roberta, una policía local.

Isabel decide emprender una búsqueda peligrosa, ignorando las advertencias de María de que en las regiones pobres de México las cosas funcionan de otra manera.

No es una película sobre el narcotráfico, ni la violencia, ni las personas desaparecidas, sino «sobre algo más, menos fácil de ver» y «que tiene que ver con todos esos temas», señala la directora.

El rodaje estuvo precedido de un trabajo largo de investigación, en el que López condujo mucho por el estado mexicano de Morelos, en el que vive, en el centro de México, habló con mucha gente, escuchó muchas historias, conoció muchos lados de la realidad a través de estas personas y leyó muchos artículos de periódicos y libros al respecto.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que «no tenía la capacidad de hacer una propuesta social y política y económica de cómo cambiar la situación» y que, si no era así, su intención era más bien acercarse «a otra dimensión del conflicto», precisa.

Por otra parte, la cineasta siente que su filme «tiene la misma cantidad de luz que de oscuridad» y que «no es sólo una experiencia oscura vivir en el campo mexicano», al contrario, tiene «una riqueza amplia», asegura.

Por supuesto, agrega, «esta problemática, esta tragedia, está por debajo de la superficie y está en todas partes», pero al mismo tiempo «la gente vive una vida normal».

«Algo que sentí en algún momento era que había un limite difuso entre participar o ser víctima de las circunstancias», afirma.

Y de alguna manera, las tres protagonistas del filme -Isabel, María, y Roberta- son «una sola mujer desdoblada en tres personajes», dice.

Para la realizadora, México es un país muy diverso, donde todas esas mujeres y muchas personas conviven, y lo hacen «desde diferentes marcos de referencia».

Cada una de ellas vive una realidad muy diferente, pero todas viven en el mismo lugar y experimentan lo mismo que todos los demás, pero «desde su punto de vista», agrega.

«Efectivamente, creo que los seres humanos somos muy complejos, las situaciones son complejas. En la vida uno no define qué significa algo, o si algo es bueno nada más o si es malo nada más. Todo tiene muchas aristas y, de alguna manera, mi intención era que esas aristas estén presentes. México es así, es un país lleno de contradicciones», afirma.

López asegura estar muy feliz de estar en la Berlinale, un «festival de contrastes», y poder compartir ya su película, a pesar de que la sala anoche durante el estreno estuviera al 50 por ciento por imperativos de la pandemia.

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