El camino no es fácil para que Petro cumpla sus promesas en Colombia
Por Regina Garcia Cano y Astrid Suárez
AP. Bogotá, Colombia. 21 de junio de 2022.- Colombia eligió por primera vez a un izquierdista como su próximo presidente, pero la apretada victoria es un indicio de que gran parte del país rechaza las ambiciosas propuestas de Gustavo Petro, quien tendrá que tomar en cuenta esas inquietudes y negociar con un Congreso dividido para poder cumplir sus promesas.
Petro, en su tercer intento de obtener la presidencia, derrotó el domingo por tres puntos porcentuales a otro candidato antisistema: el magnate inmobiliario Rodolfo Hernández.
Se vieron las caras en una segunda vuelta después de que en la primera ronda electoral los electores rechazaron a los candidatos de la política de centro y derecha que ha predominado durante mucho tiempo en la nación sudamericana. Pero Petro, que solía ser un insurgente, enfrenta un camino cuesta arriba para poder llevar a cabo los cambios que sus partidarios quieren ver, en un momento en que Colombia pasa apuros por la desigualdad, la inflación y la violencia.
“Petro ha generado expectativas muy altas con sus propuestas, y cuando pronunció su discurso de victoria, en cierto modo infló esas expectativas”, dijo Silvana Amaya, analista sénior de la firma Control Risks.
“Por lo tanto, hay mucho margen para la decepción si él no cumple con esas expectativas que la gente, especialmente la población joven, tiene en este momento, porque están esperando que la vida sea completamente diferente con todas esas reformas sociales que él está proponiendo”, agregó.
Petro ha propuesto reformas en materia de pensiones, impuestos, salud pública y agricultura, y cambios en la forma en que Colombia lucha contra los cárteles de la droga y otros grupos armados. Quiere que la reforma fiscal financie programas sociales, incluyendo educación superior gratuita y subsidios a las madres que son jefas de familia.
Su partido, el Pacto Histórico, tendrá la mayor cantidad de escaños en el próximo Senado y el segundo mayor número de bancas en la Cámara de Representantes. De todas formas, carecerá de la mayoría cuando el nuevo Congreso inicie sesiones el 20 de julio, lo que probablemente lo obligará a alcanzar acuerdos, frenar algunas reformas e incluso desechar otras.
Amaya dijo que una versión negociada y reducida de la reforma fiscal propuesta por Petro para aumentar los ingresos podría ser aprobada por el Congreso, ya que de no ser así ello podría poner en entredicho las finanzas del gobierno. Pero otros planes probablemente se estancarán, agregó.
En un guiño a la resistencia, Petro se dirigió durante su discurso de victoria a la otra mitad de Colombia que no votó por él y propuso un “gran diálogo nacional” que incluya a sus más acérrimos opositores para lograr consensos.
“El hecho de que esta plataforma lo haya llevado a la victoria indica que la mayoría de los colombianos cree que el Estado debería asumir un mayor papel en la prestación de servicios sociales como la salud, la seguridad social y la educación”, dijo en un comunicado Erica Fraga, analista de Economist Intelligence Unit, un grupo de investigación vinculado a la revista The Economist.
Pero “si no muestra voluntad para alcanzar acuerdos y moderar algunas de sus propuestas radicales, su capacidad para cumplir sus promesas se verá socavada, lo que provocará una caída de su popularidad y aumentará el riesgo de malestar social”, añadió.
El presidente conservador Iván Duque, que derrotó a Petro en 2018 pero no podía optar por la reelección, prometió “una transición armónica, institucional y transparente” antes de que Petro asuma la presidencia el 7 de agosto.
Aunque el resultado de los comicios implica una vuelta de página a la añeja estigmatización de la izquierda en el país luego de un conflicto civil de cinco décadas, aún hay mucha gente que desconfía de Petro, que ahora es senador pero fue un rebelde perteneciente al desaparecido movimiento M-19 antes de que fuera indultado e ingresara a la política.
En su primer mensaje como presidente electo, Petro intentó apaciguar los temores acerca de su gobierno, asegurándoles a los colombianos que “vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia, no porque lo adoremos, sino porque tenemos primero que superar la premodernidad en Colombia, el feudalismo en Colombia, los nuevos esclavismos”.
Al quedar en segundo lugar en los comicios, Hernández obtuvo un escaño en el Senado, pero el lunes dijo que no había decidido si lo aceptará.
Los resultados de la segunda vuelta también dieron a Colombia su primera vicepresidenta de raza negra: Francia Márquez, una abogada y líder ambientalista cuya oposición a la minería ilegal le valió amenazas y un ataque con granadas en 2019.
Aunque el hecho de que haya sido elegida es histórico, algunos la ven como un potencial obstáculo para Petro debido a su renuencia a hacer concesiones a los partidos tradicionales.
Sergio Guzmán, fundador de la firma Colombia Risk Analysis, dijo que Petro debe mostrar apertura a compartir puestos del gabinete con otros partidos.
“Fuimos testigos de lo improductivo que fue el primer año de Iván Duque al no ceder ante el clientelismo político”, señaló Guzmán. “Es improbable que al presidente entrante le guste repetir la misma experiencia”.
Petro ha dicho que gobernará para “los nadies”, refiriéndose a las minorías y los pobres, de los cuales estos últimos representan el 39% de la población, según cifras oficiales de 2021.
Petro afirma que en sus primeros 100 días en el puesto pretende implementar un plan de emergencia contra el hambre, introducir un ingreso para madres que son jefas de familia y condonar los préstamos estudiantiles de 10.000 personas.
Los analistas prevén que las políticas de Petro agravarán la inflación, la cual ha obligado a muchos colombianos a pasar hambre y se presume tendrá un impacto negativo sobre el crecimiento a largo plazo. Algunos vaticinan una racha de ventas en el mercado bursátil el martes al reanudarse las transacciones luego del día feriado el lunes.
“En resumen, aunque sospechamos que la presidencia de Petro podría no ser tan radical como algunos temen, probablemente esté caracterizada por crecientes preocupaciones sobre la deuda pública y un periodo de crecimiento más débil”, dijo en una nota de análisis William Jackson, economista en jefe de mercados emergentes de la firma Capital Economics, con sede en Londres.