Activistas en la frontera aconsejan a los inmigrantes que no vengan ahora
Por Laura Barros
EFE. El Paso, Estados Unidos. 24 de marzo de 2021.- En medio de la pandemia y con la decisión del Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, de mantener las expulsiones expeditas de indocumentados, es muy difícil para un inmigrante entrar a Estados Unidos y por eso los activistas de la frontera recomiendan a quienes quieren llegar que no lo intenten ahora.
Quienes están contemplando huir de su país «que lo piensen muy seriamente», dijo a EFE Rubén García, el director de la ONG Casa Anunciación, que cuenta con una red de albergues en la ciudad fronteriza estadounidense de El Paso que desde hace 43 años recibe a refugiados que entran al país.
«No tiene idea de cuántas familias han llegado a la frontera solamente para encontrar que es un fracaso la decisión de haber salido de su país». «Ahorita no es el momento «, explicó.
FRONTERA BAJO PANDEMIA
Con la frontera clausurada a las actividades no esenciales y sin que se haya restablecido el sistema de asilo, los inmigrantes indocumentados que son detenidos por la Patrulla Fronteriza son devueltos inmediatamente a México al amparo del “Título 42”, situación que muchos han experimentado ya varias veces.
«Te cruzas ilegalmente, te detiene la Patrulla fronteriza y te va expulsar, te va a expulsar. Si usted va a Juárez, hay personas que le van a decir que lo han intentado cinco, seis, siete, diez veces y les han expulsado cada vez», añadió García, para quien la verdadera crisis fronteriza se vive en la mexicana Ciudad Juárez.
Insistió en que es una «realidad verdaderamente desesperante» y por eso pide pensárselo mucho antes de tomar la decisión, sobre todo pagarle a un «coyote» (como se conoce a los traficantes de indocumentados) miles de dólares para después quedarse «tirado» en la frontera.
El solo movimiento migratorio regular y la dinámica de la zona adyacente a los puentes que comunican a El Paso con Ciudad Juárez evidencian el impacto del coronavirus: pocas personas y una merma comercial.
«Aquí los compradores son los mexicanos», dijo a Efe una persona que recorría esta zona casi vacía.
¿ESTÁN SUBIENDO LAS CIFRAS DE INMIGRANTES DETENIDOS?
Para describir el estado actual de la migración en El Paso, García echa mano de las cifras que manejaron como albergue durante el año fiscal 2019 (entre el 1 de octubre de 2018 y el 30 de septiembre de 2019), cuando recibieron de migración 150.000 refugiados que atravesaron entre El Paso y Ciudad Juárez.
«Había días que inmigración nos entregaba 500 personas, 600 personas. Hubo unos días en que inmigración nos entregó mil personas solamente en un día», detalló.
En contraste, este albergue ahora recibe 150 personas al día, en su mayoría bajo el programa Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés o «Quédate en México»), creado por el Gobierno de Donald Trump y que devolvió a territorio mexicano a miles de solicitantes de asilo mientras seguían su proceso ante un juez de inmigración.
Al albergue donde García recibió a Efe, en el que no están permitidas imágenes para proteger la privacidad de las personas, llegan ahora principalmente inmigrantes que permanecieron meses en Ciudad Juárez aguardando por su asilo.
Esa instalación funciona en una enorme bodega organizada en distintos espacios por los que se ve pasar a algunos de los inmigrantes que permanecen entre 24 y 72 horas antes de que viajen a reunirse con sus parientes.
MENORES ENFRENTADOS A DEPORTACIÓN
Otro es el panorama de los pequeños inmigrantes que cruza México ya que, a diferencia de los adultos indocumentados, no son expulsados de inmediato, pero sí deben enfrentar un proceso de deportación durante el cual podrán acogerse al beneficio de asilo.
Pero García puntualizó que no es cierto que EEUU. deje pasar a todos los menores que llegan a la frontera, aunque sí pasan a un proceso de “deportación legal”.
Tras ser detenidos, los niños quedan bajo custodia de la Patrulla Fronteriza que en un plazo de 72 horas deberá entregarlos a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, en inglés), que a su vez los destinará a centros de cuidado que se encargarán de contactar a sus familiares o representantes.
El cuello de botella, sin embargo, lo están encontrando las autoridades en la capacidad de los centros de acogida, que han reducido los espacios disponibles para evitar la propagación de la pandemia.
Eso provoca que haya una mayor concentración en los centros y que según explica García los menores se estén «rebalsando porque ORR no los puede sacar con la rapidez que podría si no fuera por la covid”, explicó.