Pelosi viajó a Corea del Sur tras visitar Taiwán, una parada que llevó a Beijing a ordenar maniobras militares en aguas próximas a la isla autónoma que incluyeron lanzamientos de misiles. China considera a Taiwán parte de su propio territorio, y ha amenazado con anexionarlo por la fuerza si fuese necesario.
Durante su paso por Corea del Sur, Pelosi visitó un área fronteriza con Corea del Norte y conversó sobre el programa nuclear de Pyongyang con Kim Jin Pyo, presidente de la Asamblea Nacional surcoreana. Según Kim, ambos acordaron respaldar las iniciativas de sus gobiernos en favor de la desnuclearización y la paz en la península coreana basadas en una sólida y amplia fuerza disuasoria y en la diplomacia.
Jo Yong Sam, director general del departamento de prensa e información del Ministerio de Exteriores del Norte, criticó a la funcionaria estadounidense el sábado por su visita a la frontera y por las conversaciones sobre disuasión hacia el país.
“Pelosi, que había recibido críticas merecidas de China por destruir la paz y la estabilidad regional al visitar Taiwán, avivó la atmósfera de confrontación” con Corea del Norte durante su estancia en el Sur, indicó Jo en un comunicado publicado por los medios estatales.
Al calificar a Pelosi como “la peor destructora de la paz y la estabilidad internacionales”, Jo alegó que su comportamiento en el Sur mostró claramente la política hostil del gobierno del presidente Joe Biden hacia Pyongyang.
“Sería un error fatal para ella pensar que puede salir impune en la Península de Corea”, advirtió Jo. “Estados Unidos tendrá que pagar muy caro todas las fuentes de problemas causadas por ella allá donde va”.
La visita de Pelosi al Área de Seguridad Conjunta (JSA, por sus siglas en inglés) en la frontera coreana el jueves fue la de más alto perfil de un funcionario estadounidense desde que el expresidente Donald Trump se reunió allí con el líder norcoreano, Kim Jong Un, en 2019.
Ubicada en la frontera más militarizada del mundo, la zona está controlada de forma conjunta por un comando de Naciones Unidas encabezado por Estados Unidos y por Corea del Norte. Presidentes estadounidenses y otros funcionarios viajaron a la zona para reafirmar su compromiso de seguridad con el Sur en tiempos de hostilidades con Pyongyang.
Durante su visita a la JSA, Pelosi no realizó ninguna declaración pública contundente sobre el Norte. Publicó varias imágenes del lugar en Twitter acompañadas del texto: “Transmitimos la gratitud del Congreso y del país por el servicio patriótico de nuestros soldados, que se mantienen como centinelas de la democracia en la Península de Corea”.
En un comunicado separado, Pelosi afirmó que ella y Kim, su homólogo surcoreano, reafirmaron “nuestro compromiso con la alianza entre Estados Unidos y Corea para avanzar en seguridad, fortalecer nuestras cadenas de suministros y aumentar el comercio y las inversiones que son beneficiosas para nuestras dos naciones”.
La tensión en la península sigue siendo alta luego de las pruebas de misiles realizadas por Pyongyang a principios de año. Funcionarios de Seúl y Washington apuntaron que Pyongyang está lista para llevar a cabo su primer test con armas nucleares en cinco años.
El Norte ya ha dicho que no regresará a las conversaciones sobre desnuclearización y que se centrará en expandir su programa atómico a menos que Estados Unidos abandone sus políticas hostiles, una aparente referencia a las sanciones internacionales encabezadas por Washington y a sus habituales maniobras militares conjuntas con Seúl.
Luego de la visita de Pelosi a Taiwán de que reafirmase el compromiso de Washington con la defensa de la democracia en la isla, Pyongyang emitió el miércoles un comunicado en el que criticaba a Estados Unidos y respaldaba a China, su principal aliado y benefactor.
Pelosi fue la primera presidenta de la Cámara que viajó a Taiwán en 25 años.