“Ya no tenemos miedo”: migrantes desafían a Trump
Por Iván Santiago Corresponsal en Los Ángeles
AMEXI. Ciudad de México. 04 de febrero de 2025.- El silencio del miedo se rompió este lunes, las calles de Estados Unidos vibraron con la fuerza de miles de inmigrantes que se negaron a esconderse. Con valentía y resistencia, decidieron alzar la voz y demostrar al presidente Donald Trump que este país no sólo los necesita, sino que ha sido construido sobre sus espaldas.
Desde Nueva York hasta Los Ángeles, desde Chicago hasta Houston, miles de latinos respondieron al llamado de “Un Día Sin Inmigrantes”, una protesta pacífica pero poderosa que evidenció lo indispensable que es esta comunidad para Estados Unidos.
«No somos criminales, Estados Unidos se ha construido con migrantes»
Con coraje y determinación, familias enteras, trabajadores, jóvenes, niños y adultos mayores marcharon con un mensaje claro y directo: “No somos criminales”.
“Estados Unidos se ha construido con migrantes”, coreaban los manifestantes, mientras el rojo, blanco y verde de la bandera mexicana se mezclaba con los colores de las de Guatemala, El Salvador, Honduras y muchas más.
Los manifestantes portaban carteles que exigían respeto, dignidad y justicia, mostrando con orgullo sus raíces y la herencia que han traído a Estados Unidos.
La política migratoria, arma de miedo
Las movilizaciones llegan en un momento de creciente tensión para la comunidad inmigrante, en medio de una administración que ha convertido la política migratoria en un arma de miedo.
El presidente Trump ha impuesto algunas de las medidas más restrictivas en décadas, utilizando al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) como un mecanismo de persecución en lugar de regulación.
Las redadas se han vuelto pan de cada día en comunidades latinas, obligando a familias a vivir con el temor constante de ser separadas.
En muchas ciudades, los operativos de ICE han sembrado el miedo en comunidades enteras, separando familias, irrumpiendo en lugares de trabajo y deteniendo a personas sin antecedentes criminales. Además, el gobierno ha endurecido las condiciones para solicitar asilo, cerrando las puertas a quienes huyen de la violencia y la pobreza.
La comunidad inmigrante ha decidido no quedarse callada
Pero este día, la comunidad inmigrante ha decidido no quedarse callada. Con cada paso en la marcha, con cada voz que rompió el silencio, demostraron que ya no se esconderán.
En la ciudad de Santa Ana, California, miles de personas tomaron las calles en una demostración de unidad sin precedentes. No eran solo manifestantes, eran madres con sus hijos de la mano, eran trabajadores, eran estudiantes que saben que sus padres han dado todo por ellos. Niños y jóvenes dejaron claro que sus padres no son criminales por querer darles una vida mejor
En el marco de la iniciativa “Un Día Sin Inmigrantes”, muchos negocios cerraron sus puertas, restaurantes quedaron vacíos y las ausencias en los trabajos y escuelas fueron una prueba de que, sin inmigrantes, Estados Unidos simplemente no funciona.
“No somos ilegales, somos trabajadores”, gritaban con orgullo los migrantes mientras recorrían las calles de Santa Ana, sumando a más personas con cada paso.
El sonido de los tambores, las bocinas de los autos que apoyaban desde la distancia, las voces de cientos de personas exigiendo justicia, todo se unió en un solo ritmo, en una sola voz.
“Soy mexicano y esta es mi bandera”, el himno en las calles
La canción “Soy mexicano y esta es mi bandera”, del rapero C-Kan, se convirtió en un himno de resistencia. Con cada estrofa, la energía creció, las banderas ondeaban con más fuerza y los manifestantes reafirmaron su derecho a estar en Estados Unidos, a ser escuchados.
En Los Ángeles, las protestas fueron multitudinarias, una clara demostración del peso y la importancia de la comunidad inmigrante en la ciudad. Las calles se llenaron de pancartas, de cantos y de banderas de todos los colores. Pese a que la manifestación se llevó a cabo de manera pacífica, la policía emitió una orden de dispersión a las 16:30 horas locales.
Aunque la incertidumbre sobre el futuro de la comunidad inmigrante persiste, una cosa quedó clara hoy: los migrantes ya no tienen miedo y están más unidos que nunca para enfrentar las políticas migratorias de Trump, porque dicen que este país se ha construido con su trabajo, con su sudor, su lucha, y no hay muro ni ley que pueda borrar eso.