Cuando los desprestigiados quieren desprestigiar

Por Temoris Grecko

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 19 de abril de 2021.- El periodista Temoris Grecko responde a las acusaciones por parte de la directiva de la agencia Notimex después de publicar el artículo

«AMLO insiste en evadir el caso Notimex, como lo hizo Peña Nieto con Pegasus» En The Washington Post. A continuación replicamos su texto de respuesta: 

 

El ataque -que no desmentido- de la directiva de Notimex contra mí es como si amablemente quisieran aportar evidencia de lo que están siendo acusados: de usar recursos públicos para difamar periodistas.

No es un desmentido por dos cosas: la primera es que no dan argumentos de por qué mi artículo en el Washington Post estaría mal, no aportan ni un elemento para demostrar que me equivoco. Todo lo que hacen en el comunicado, que firma el director editorial Agustín Lozano Delgado, es atacar mi texto porque no trata de los asuntos que a ellos les hubieran gustado, los que Lozano hubiese incluido en una carta de amor a su jefa, Sanjuana Martínez. Pero el que quiere agradarle a ella es él, a mí no me paga ni me ha doblado el sueldo mientras los trabajadores pasan penurias en plena huelga.
La segunda es que, a falta de razones, todo lo que ofrecen son mentiras e insultos.

Mentiras:

  • Que yo fabriqué un caso contra Notimex con extrabajadores, Artículo 19 y Signa Lab. Es un invento. Yo conocí los informes de abusos de Notimex y de guerra sucia en redes contra sus trabajadores al mismo tiempo que el público, ni siquiera supe cuando los estaban preparando. Que prueben lo contrario.
  • Que “desde hace dos años” he “utilizado” mis “redes sociales para desprestigiar a los trabajadores de Notimex”. Otro invento. En mensajes en redes he comentado -en ejercicio legítimo de mi derecho- las acciones de la directiva de Notimex, no de sus trabajadores. Y es cínico que lo digan porque quienes están acusados de usar las redes para desprestigiar a los trabajadores de Notimex son precisamente ellos.

Insultos:

  • Me llaman “antiético”, “periodista desprestigiado y seriamente cuestionado”. ¿Por quién, cómo, a qué hora pasó? ¿De qué cuestionamientos hablan? Esta es la primera vez en mi vida (búsquenle, no hallarán un ejemplo) en el que alguien cuestiona mi trabajo periodístico.
¿Y quién lo hace? Personas que sí están siendo seriamente cuestionadas y que son la encarnación misma del desprestigio.
Los informes sobre Notimex documentan cómo han usado la agencia para atacar a periodistas: a trabajadores y extrabajadores, en primer lugar, y en segundo a importantes periodistas mujeres (Dolia Estévez, Lydia Cacho, Anabel Hernández, Blanche Petrich, Carmen Aristegui, Marcela Turati y Guadalupe Lizárraga). Es significativo que Sanjuana Martínez se concentre en atacar a mujeres, lo hace porque sí. Pues quienes somos atacados, ya en tercer lugar, ahora sí hombres, es porque hemos escrito sobre Notimex, aquí se puede detectar el motivo. Con las mujeres, no hace falta razón.
Los ataques contra periodistas hombres son todos elaborados a partir de una plantilla y los insultos son los mismos: “antiéticos”, “desprestigiados”, “cuestionados”. Con pocas adiciones: a Rivelino Rueda y @Juan Omar Fierro (agredidos también esta semana) los llaman “manipuladores”, “obtusos” que practican el “antiperiodismo”; a Ricardo Raphael , “mentiroso”. No nos fue tan mal, de un extrabajador difundieron masivamente la foto de su bebé (¡¡¡!!!) y de otro, una imagen de él sobre la que en grandes letras rojas decía “violador”.
Y producen estas agresiones como en tortillería: una tras otra porque, como hundieron a Notimex en huelga hace 14 meses y no hay solución a la vista, pues tienen tiempo y altos salarios qué justificar (y los trabajadores, haciendo magia para sobrevivir).
La ironía: que el responsable oficial de desprestigio de periodistas sea Agustín Lozano Delgado, quien se está quemando horriblemente para la posteridad (a ver quién le da trabajo cuando salgan de ahí, su pena infernal será pasar la eternidad atado a los tacones de Sanjuana), y de quien, a diferencia de los brillantes colegas a los que trata de desprestigiar, una búsqueda de Google arroja cero aportaciones periodísticas relevantes: ¿Alguna investigación de impacto, señor? ¿Un librito, un documental… un blog, al menos? Ausencia. No puede ser desprestigiado porque no tiene prestigio qué desprestigiar. Ignorado a lo largo de su vida, se emociona redactando ataques a periodistas porque nunca alguien había compartido sus textos y ahora se imagina que los bots que los inflan son personas de verdad. Es un gris bully de escritorio con una fulgurante carrera de no destacar en nada.
Igualmente ridículo es que, según estos fantasiosos, el potente diario The Washington Post (que en su deslumbrante historia cuenta con hitos como realizar investigaciones que pusieron en jaque a poderosos presidentes de Estados Unidos, al grado de que Richard Nixon tuvo que renunciar) es mi “herramienta”: soy tan importante que lo pongo a mi servicio.
Para buscar apoyo, el truco que están empleando, y que se les va a desgastar aunque hasta ahora haya funcionado, es equiparar la crítica a su desastroso desempeño en Notimex (a ver si la agencia sobrevive a ellos) con ataques contra el presidente. Su comunicado inicia acusándonos a todos de querer “dañar al Gobierno Federal y a la directiva de la Agencia”.
En realidad, quienes más disfrutan el paso de Sanjuana Martínez por Notimex son los enemigos de AMLO: les encanta ver cuánto daño le hace. Son ellos quienes en silencio aplauden que siga ahí.
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