Periodistas Unidos. Ciudad de México. 27 de mayo de 2021.- Desde el pasado 20 de febrero de 2020, maestros del posgrado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García (EPCSG), enviamos una carta dirigida a los directivos de la institución donde se advirtió de los problemas que se avecinaban por la pasividad y falta de acciones concretas tanto en el plano académico, directivo y administrativo del posgrado.
Como se recordará, ahora hace 15 meses, en el corpus de la carta enviada a los integrantes de la Asociación Cultural Carlos Septién García, solicitamos que la dirección general instruyera un “plan de desarrollo institucional para frenar la creciente caída en la captación de alumnos” así como la elaboración de “un plan para celebrar convenios de colaboración con medios de comunicación e instituciones” y, así, lograr ampliar la difusión de la Escuela con mayor antigüedad y prestigio en la formación de periodistas en México.
En ese mismo escrito, también se advirtió que era “fundamental reforzar los canales de comunicación con los docentes”, se convocaba a una reunión con el cuerpo directivo de la Asociación Cultural y se consideraba impostergable la “creación de una ruta de trabajo que lleve a diseñar estrategias para fortalecer a la Escuela” vía el enriquecimiento y actualización de la oferta educativa de la Septién. Con ello, se dibujaba una retroalimentación donde se pudiera aportar “nuestra experiencia y conocimientos para enmendar a tiempo el camino”.
Los directivos, encabezados por Víctor Hugo Villalva, hicieron caso omiso de la carta y la tomaron personal en contra de uno de los firmantes. Lo que entonces era una advertencia, ahora lo podemos ver como una funesta realidad toda vez que no se abrió un nuevo ciclo de la Maestría en Periodismo Político, según se ofreció en la pasada convocatoria de inscripción de curso, a iniciarse el 15 de mayo de este 2021.
Víctor Hugo Villalva, como se sabe, ocupó la dirección general de la Escuela con la lamentable pérdida del maestro José Luis Vázquez Baeza. Su designación, sin revisión y concurso alguno, supuso un mensaje que en nada tranquilizó a la comunidad Septién. Hoy, con una nueva pérdida para la Escuela, como es el reciente fallecimiento del profesor emérito Manuel Pérez Miranda, lo han colocado en una posición de mayor concentración de poder gracias a la vulnerabilidad y el vacío institucional que Villalva ha sabido aprovechar.
Ante ello, ahora hacemos un llamado para denunciar abusos, negligencias y actitudes incomprensibles por parte del director, quien ha llevado a la Escuela al borde de su extinción.
1.- Durante el tiempo que Villalva ha estado al frente de la Escuela, nuestra institución se ha visto reducida, marginada y la han colocado en vías de su cierre definitivo. En este periodo de administración, la Septién ha carecido de proyectos serios y sistemáticos de colaboración académica con otras universidades pares a nivel nacional, menos aún, de carácter internacional. Es también notorio la casi nula instrumentación de programas propios de investigación o líneas de estudio con el mínimo rigor y probidad. Es lamentable la falta de interacción con el gremio de su objeto de interés ni ningún intercambio, por mínimo que sea, con los diversos grupos editoriales, periodísticos o con los organismos civiles dedicados al estudio de la comunicación e información pública.
El turno vespertino de la Licenciatura en Periodismo, que fue el emblema de la Escuela, ha desaparecido por la falta de estudiantes y la negligencia de la administración de la Escuela para atraer alumnos. Asimismo, se han reducido los grupos del turno matutino de la Licenciatura, al grado de que hoy la Escuela tiene la menor matrícula de alumnos en sus más de setenta años de creación.
El posgrado está en vías de extinción. Por segunda ocasión en menos de dos años, no se ha abierto un nuevo ciclo de Maestría. A los pocos alumnos que se inscribieron en este mayo de 2021, se les devolvió el dinero debido a que no se pudo reunir un grupo de 12 personas que asegurara la viabilidad financiera de la maestría.
2.- Los planes de estudios, tanto de licenciatura como de las maestrías, están rezagados y han colocado a la Escuela en la retaguardia del estudio del periodismo. Los planes de la Maestría en Periodismo Político no han sido actualizados en más de diez años de vigencia y las personas al frente de la Escuela no tienen la formación ni la capacidad para hacer estas actualizaciones. En contraste, a los profesores con los conocimientos para hacer aportes han sido destituidos o hechos a un lado por la actual dirección.
3.- Víctor Hugo Villalva ha colocado al frente de los cargos principales de la Escuela a allegados y amigos que no tienen experiencia ni conocimiento en periodismo. El mismo Villalva no tiene formación en periodismo ni conocimientos en la materia. Ha mostrado en declaraciones y hechos su desprecio por el periodismo al considerarlo “una forma menor de literatura” (sic) y con acciones como elegir como jurado del Premio Nacional de Periodismo a una persona sin experiencia profesional en la disciplina periodística. El representante de la principal escuela de periodismo para juzgar el trabajo de los periodistas del país, no tiene ninguna experiencia en trabajos periodísticos. Además, esta misma persona se encarga de revisar los trabajos de los estudiantes de licenciatura para su titulación.
4.- La Escuela se ha convertido en una impartidora de cursos de personas ajenas a la institución. Ante la baja de estudiantes, la dirección se ha enfocado en vender cursos que son dictados por profesores que no son parte de la Escuela, que no comparten sus valores. La dirección ha privilegiado con ello, un mayor interés por la captación de dinero y deja en un plano inferior, la primacía de la calidad y profesionalización de los estudiantes.
5.- Villalva ejerce un sistema de opresión y maltrato al personal de la Escuela. Cuando toma una decisión que le puede atraer problemas suele delegarlo a sus subalternos, sin enfrentar directamente sus decisiones y responsabilidades. Ha sido tardía y fallida la respuesta en temas donde su intervención debió ser clave para el eficaz intercambio con los estudiantes cuando estos le solicitaron su apoyo y auxilio.
6.- Lo más grave es poner en riesgo la salud del personal académico y el desprecio que ha mostrado por la integridad de los profesores que se desempeñan en la Escuela. En el reciente proceso de vacunación que el gobierno federal realizó en contra de la Covid-19, Villalva decidió dejar fuera a un grupo de profesores con el pretexto de que solo se registrarían a los maestros que estaban “activos” en cursos. Eso desnudó la incongruencia en la forma de pensar de Villalva, ya que la Escuela tiene un listado de profesores que fungen como asesores de trabajos en el posgrado, pero varios de ellos no fueron incluidos en la lista para ser vacunados. El derecho a la salud es universal y negarlo puede ser incluso una conducta criminal.
Convocamos a la Asociación Cultural Carlos Septién García para que retome el espíritu primero, fundacional, del “ideario” de la Escuela y aplique sus propios lineamientos: “El Director de la Escuela deberá reunir, además de las condiciones mencionadas anteriormente, la de ser periodista y contar con experiencia en medios.”
Exigimos la salida de Víctor Hugo Villalva de la dirección de la Escuela y un cambio de rumbo en todos los sentidos, a fin de evitar el cierre definitivo de la Escuela. Las décadas de trabajo, esfuerzo académico y prestigio de la Escuela no merecen un final así.
No en nuestro nombre.
Respetuosamente:
Fernando del Collado
Mario Gutiérrez Vega
María de los Ángeles Magdaleno