Periodista mexicana denuncia en España la impunidad de agresiones a la prensa

EFE. Barcelona, España. 11 de octubre de 2022.-  La reportera mexicana Teresa Montaño denunció este martes la impunidad de los agresores de periodistas en su país, en el que desde principios de año han sido asesinados, según indicó, 18 profesionales.

Montaño participó este martes en Granollers (España) en el XII edición del proyecto «Ciudades Defensoras de los Derechos Humanos», donde ofreció una radiografía de la situación del periodismo en México en un diálogo con la periodista catalana Elisenda Cuquet.

La mexicana lleva años soportando las amenazas y las extorsiones, sobre todo procedentes de los poderes locales de México hasta que, hace apenas un año, fue secuestrada y amenazada de muerte, además de sufrir el robo de dinero y de su equipo de trabajo.

Montaño explicó que «vive con miedo» y, pese a plantearse dejar la profesión, «no encontró otra forma para ganarse la vida».

«La corrupción en mi estado es muy profunda y no me dejan ejercer de profesora de Periodismo, pese a estar calificada», dijo.

Tras su secuestro, tuvo que salir de su país y el año pasado estuvo unos meses en España gracias a un programa de la organización Reporteros Sin Fronteras.

Desde junio y hasta diciembre vive la región de en Cataluña gracias al Programa Barcelona Protege a Periodistas de México del Ayuntamiento de Barcelona junto a la asociación «Taula per Mexi («Mesa por México).

En 30 años de oficio ha trabajado en «El Heraldo de México», «El Universal», «El Financiero», «Milenio» o la agencia Notimex y actualmente colabora con la revista «Proceso».

Montaño definió la situación en su país como de «inseguridad desbordada» y explicó que este 2022 está siendo «el año más violento en la historia de México contra el periodismo».

De hecho, Reporteros Sin Fronteras señala que México es el país más mortífero para ejercer el periodismo.

Durante el acto Montaño denunció también que en el país norteamericano «mueren cada día once mujeres asesinadas» y por eso las mujeres periodistas se enfrentan a un «doble riesgo».