Un encuentro de periodismo iberoamericano en Madrid denuncia el colonialismo vigente
EFE. Madrid, España. 28 de noviembre de 2024.- El colonialismo como lacra que marca la historia de Latinoamérica y que sigue vivo con nuevas formas fue uno de los asuntos centrales de VI Encuentro de periodismo iberoamericano celebrado este jueves en Casa de América de Madrid, y que abordó asuntos vinculados entre ellos como los autoritarismos, las migraciones y la violencia contra las mujeres.
Los participantes de la primera mesa redonda analizaron las tensas relaciones entre autoridades de España y México desde que el expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador pidió al rey de España que ofreciera disculpas por los abusos de la conquista.
La periodista mexicana Eileen Truax reconoció que, como denunciaron algunos políticos, «quizás el presidente mexicano quiso levantar una cortina de humo», pero subrayó que «dejar el debate a ese nivel, es eludir las causa profundas» de esta demanda.
En su opinión, la petición de López Obrador, que su sucesora Claudia Sheinbaum mantiene, enlaza con la idea de que «el colonialismo no es solo algo de Hernán Cortés, sino que hay un colonialismo moderno que ejercen, por ejemplo, las empresas extractivistas» y cuyas consecuencias afectan especialmente a los pueblos indígenas.
La demanda del Gobierno mexicano a España «hay que entenderla dentro de un mandato marcado por la reivindicación de los pueblos indígenas y la denuncia del daño que se les ha hecho en diferentes épocas», agregó el profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, Jorge Resina.
Las agresiones que sufren las mujeres periodistas en redes fue el tema de la segunda mesa redonda, en la que la responsable de Efeminista, Macarena Baena, puso el foco en «la presión que sufren» las que «abordan el feminismo».
La periodista argentina Luciana Peker aludió a que el incremento de la violencia contra las periodistas está relacionado con «el auge de la extrema derecha».
El periodista estadounidense Jon Lee Anderson habló de «los cantos de sirena de las nuevas revoluciones reaccionarias». Criticó los autoritarismos «con retórica revolucionaria de izquierdas» y mencionó los casos de Nicaragua, Venezuela y Cuba, que «fracasaron» y «ya no son más que verborrea».
El fundador de Radio Ambulante Daniel Alarcón censuró el «simplismo» con el que a menudo se tratan las informaciones relacionadas con los latinoamericanos.
Un claro ejemplo es, opinó, que se haya acusado a los residentes en Estados Unidos de la victoria presidencial de Donald Trump, como si los emigrantes tuvieran la obligación de votar al Partido Demócrata, denunció.
El Gobierno español, contra la amenaza de la desinformación
El encuentro, organizado por el medio español elDiario.es, fue clausurado por el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que incidió en que los medios veraces, libres y plurales son un pilar fundamental de una democracia sana, pues los migrantes, el machismo o la violencia son temas muy expuestos a «bulos, a manipulaciones, a falsedades».
«Este contexto de desinformación es un peligro para toda la sociedad -señaló-, pero lo es especialmente para las personas migrantes, porque son objeto de muchas campañas de desinformación y de bulos lanzadas desde la ultraderecha para estigmatizarlas en un primer momento y deshumanizarlas después» a ambos lados del Atlántico.
Denunció a los «mercaderes del odio» que socavan la convivencia social y las democracias. «A la violencia física siempre, siempre le precede la violencia verbal», apostilló.
«La desinformación es un problema para el periodismo serio y es un problema para los medios rigurosos (…) Y, por supuesto, es un problema muy serio para los gobiernos, como el gobierno al que yo pertenezco en estos momentos, y para nuestras democracias», insistió.
Por ello, se requieren periodistas que trabajen en las mejores condiciones laborales y de seguridad, pero «en muchos países esto no siempre se da o no se dan las condiciones para ello», así que se debe acabar «con las persecuciones y las detenciones arbitrarias» de informadores.
En la lucha contra la amenaza de la desinformación, España trabaja con la Unión Europea, Latinoamérica y EE.UU.
«Numerosos observadores han identificado el idioma español como una vía de penetración de las noticias falsas en los Estados Unidos -describió Albares-. Tenemos un idioma global y, por lo tanto, es una plataforma muy deseada y muy cotizada, también para aquellos que quieren hacer penetrar sus mensajes de desinformación».