Periodistas Unidos. Ciudad de México. 29 de mayo de 2023.– En un mundo de obsolescencias programadas y consumismo acelerado, apostar por la producción de objetos que pasen la prueba del tiempo y que incluso puedan trascender entre generaciones es algo que cada vez vemos menos. Esta es la apuesta de Gramo, la primera marca mexicana de lentes de lujo, diseñada en la ciudad de México y hecha a mano en Japón, que este mes ha inaugurado su primera tienda física en la ciudad de México.
Si bien Gramo es una marca nueva, cuenta con una herencia familiar que se remonta a finales del siglo XIX cuando el Dr. Graue Glennie, el bisabuelo de los creadores de esta marca mexicana, abrió su primer consultorio oftalmológico en las calles del centro de la Ciudad de México. A partir de ahí comenzó una historia que trascendió generaciones entre abuelos, padres, tíos y primos –todos ellos médicos oftalmólogos–, que llevó a los hermanos Javier y Diego a fundar en 2010 su primera tienda de lentes llamada Escópica, Casa de Visión y así continuar con su herencia de dedicación a la salud visual.
En Escópica, Casa de Visiòn, los hermanos Javier y Diego se dieron a la ambiciosa tarea de reunir las mejores marcas de lentes de todo el mundo. Después de años de buscarlas, traerlas y estudiarlas concientizaron que faltaba una marca para que su proyecto estuviera completo, una marca de lentes mexicana que tuviera los mismos criterios de calidad que todas las demás. Fue así como nació la idea de Gramo.
“Un buen armazón puede durar unos 50 años o más, e incluso puede convertirse en parte de la identidad de una persona: una referencia y eso es lo que queremos crear” señala Javier. En este sentido, en la búsqueda de la mejor manufactura del mundo, voltearon la mirada hacia Japón y después de varios años de tocar puertas, presentar su proyecto, asistir a ferias, finalmente consiguieron establecer un lazo con los artesanos de la prefectura de Fukui, uno de los lugares con más historia y calidad en la manufactura de lentes de todo el mundo.
Una vez resuelta la producción de los armazones, buscaron la forma de imprimir un sentido de identidad a la marca. Así fue como empezaron una investigación en archivos fotográficos, anticuarios y pasajes históricos de la ciudad cuyo resultado honraría su querida ciudad de México. Podemos ver este proceso en los nombres de cada armazón: Roma, Tlaloc, Donceles, Tlatelolco, Escuadrón 201, por nombrar solo algunos.
El nombre Gramo, es un acrónimo de los apellidos de sus creadores, Graue Moreno, pero también hace alusión a un elemento clave en la esencia de un armazón, su peso. El peso de unos lentes, dicen sus creadores, define su esencia. “Ligeros, pesados, imperceptibles o manifiestos, el armazón refleja el carácter de quien los porta y Gramo busca tener una opción que satisfaga la necesidad de cada uno de sus usuarios, pues cada armazón es único, como la mirada de quien los porta”