Tres historias, un whisky

Por Sandra Márquez

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 07 de abril de 2021.- Cotorros africanos, cerdos voladores y una bicicleta ruidosa son los curiosos protagonistas de tres historias que atesora Grant’s Triple Wood, uno de los Blended Scotch Whisky más vendidos del mundo.

Madurado en tres tipos de barricas: Bourbon Refill que proporciona un sutil sabor a vainilla; American Oak, que otorga suave dulzor y Virgin Oak, que da un robusto picor, Grant’s Triple Wood forma parte de William Grant & Sons, una de las compañías familiares de mayor tradición en el arte de producir whisky.

Pericos africanos

La primera historia relacionada a Grant’s Triple Wood tiene que ver con verdes y singulares cotorros africanos. Resulta que a finales del siglo XIX, la publicidad en torno al whisky fue escasa, hasta que aparecieron los hermanos Pattison, dedicados a la creación de Blended Scotch y quienes dominaban la industria; ellos se habían convertido en el principal cliente de la familia Grant, que en ese entonces sólo tenía las destilerías de Glenfiddich y Balvenie, en donde producían exquisitos Straight Malts.

Para darle más promoción a su whisky, los Pattison optan por hacer un anuncio publicitario a lo grande. Su idea consistía en comprar cientos de cotorros africanos, a los cuales enseñarían a decir: “Compra Pattisons’ Whisky”. Además, se aventuraron a realizar un gran pedido de Straight Malts a la familia Grant, pues estaban seguros que lo necesitarían ya que venderían mucho con ayuda de la publicidad. Sin embargo nada resultó como ellos pensaban.

Gracias a una llamada telefónica, la familia Grant es alertada de la aprehensión de los Pattison, y preocupados por el destino de los barriles de whisky, solicitan el apoyo de todo el pueblo para ir a detener el tren, que estaba a punto de partir, y que llevaría el cargamento de Straight Malts de Dufftown a Edimburgo; juntos lograron detenerlo y con ello crear el Blended Scotch al cual llamaron con el nombre de la familia: Grant’s, que comenzó a producirse en 1898.

Por cierto, los cotorros africanos murieron ya que no soportaron el clima de Escocia. Dicha campaña nunca se llevó a cabo. Sin embargo, este episodio impulsó la creación de uno de los mejores Blended Scotch del mundo.

Foto: Grant’s Triple Wood

Cerdos voladores

A principios del siglo XX cuando la familia Grant inició la comercialización de su Blended Scotch, el yerno de William Grant, Charles Gordon fue el encargado de idear estrategias para vender más producto.

La labor de Charles no era sencilla, sin embargo comenzó a recorrer Escocia. Sin suerte y algo desesperado, al terminar el día llegaba a casa preguntándose por qué no podía vender. Él sabía que existían varios monopolios de whisky pero confiaba firmemente en la calidad del Blended Scotch de la familia.

Una noche, su esposa preguntó si al momento de ir a vender daba a probar el whisky, algo que Charles no había considerado. Al día siguiente en su recorrido de ventas, Charles comenzó a dar pruebas de whisky, y la historia dio un giro de 180 grados.

En ese entonces, Grant’s no tenía la hermosa y elegante botella que hoy se conoce. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX el whisky se vendía en unas garrafas con forma de cerditos, que popularmente llamaban pigs.

 

Al probar Grant’s, la gente se sorprendía de su calidad frente a otros Blended Scotch. Charles comenzó a vender whisky rápidamente, como Flying Pigs! Un dicho utilizado cuando algo resulta imposible, pero sucede. Además, al mencionar a los cerdos también se hacía referencia a la forma de las garrafas.

Charles Gordon es reconocido por la familia Grant como el primer embajador de la marca y publicista, quien tuvo la visión para dar a conocer este Blended Scotch más allá de su natal Escocia.

Foto: Grant’s Triple Wood

La bicicleta ruidosa

En la década de los 60, y reiterando uno de los pilares de la familia Grant: “Better together”, los hermanos Charles y Alexander “Sandy” Gordon, yernos de William Grant, fueron asignados para liderar la construcción de la destilería Grant’s en la localidad de Girvan (Escocia).

Entusiasmados con el hecho de que por fin Grant’s tendría su propia destilería, Charles y Sandy decidieron contratar a 500 trabajadores para que el proyecto concluyera en un año y medio. Sin embargo, la obsesión de Sandy por el trabajo, lo llevó a mudarse justo al terreno elegido para construir la destilería.

Tal fue el compromiso de Sandy que colocó una carpa en medio del lugar para que fungiera como su hogar temporal y centro de operaciones. Él estaba decidido a lograr la meta, así que al estar ahí, podría supervisar a toda hora; claro, con la ayuda de una aliada muy especial para trasladarse de forma eficaz: una bicibleta con una campanilla peculiarmente ruidosa.

En cada ronda de supervisión, Sandy hacía uso de la campanilla si observaba a los trabajadores bajando la guardia. ¿El resultado? La destilería fue terminada en un tiempo récord de nueve meses.

Al finalizar la construcción de la destilería, los obreros jugaron una broma a Sandy, quien un día al salir de su carpa no encontró su preciado medio de transporte. El aguerrido supervisor de la obra buscó por todos lados ante las miradas inquietantes de los trabajadores, hasta que por fin la encontró.

Los obreros habían colgado la bicicleta en lo alto de uno de los alambiques de columna ya que no querían escuchar más el sonido de la campanilla, pues la tarea se había completada. Así, la bicicleta se convirtió en uno de los símbolos de perseverancia y unión de Grant’s.

Así como el empeño de  Charles y Alexander “Sandy” Gordon es reconocido, también lo es la entrega profesional de quienes desde hace décadas trabajan en William Grant & Sons, pues el éxito depende de absolutamente todos sus integrantes. ¡Salud por todos ellos y por compartir Grant’s Triple Wood con el mundo!

 

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