Ana Gabriela Molina, la «miss» mexicana que no tiene brazos
Foto: Omar Hernández / EFE
EFE. Ciudad de México. 19 de enero de 2020.- Con caídas y tropiezos emocionales en su vida, Ana Gabriela Molina, una mujer con un diagnóstico de amelia bilateral (ausencia de extremidades superiores), se coronó Miss Nanchital, su ciudad natal, y busca ahora ser la reina de la belleza del occidental estado mexicano de Veracruz.
El concurso de Miss Veracruz se celebrará del 3 al 18 de marzo, cuando Ana Gabriela, de 24 años y ganadora del certamen local en el municipio petrolero veracruzano en el que nació, se medirá a concursantes de diversas regiones.
«Agradezco mucho la oportunidad que me están dando, es la primera vez que se acepta a persona con discapacidad y me siento muy orgullosa», afirma a Efe la joven de rostro perfectamente maquillado y que se ha convertido en la sensación en redes sociales.
Nació con amelia bilateral, por lo que aprendió a llevar una vida sin brazos ni manos. Enseñó a sus extremidades inferiores a tomar entre los dedos lapiceros, cucharas y todo tipo de accesorios que le permitieron comer, estudiar y llevar de forma «normal» su cotidianeidad.
«He hecho mi vida como cualquier otra persona, tengo una discapacidad porque cuando me veo al espejo es una discapacidad física visual, sin embargo tengo 24 años viviendo con ella y he aprendido a vivir mi vida como cualquier otra persona», asegura.
En la pequeña ciudad de Nanchital, de calores intensos y olor a petróleo, Ana Gabriela ofrece pláticas de superación personal, trabaja como maniquí viviente y además demuestra que todo se puede hacer sin importar las condiciones personales.
«No hay límites, la vida sigue. He tenido varias caídas y tropiezos, sin embargo me he levantado porque la vida sigue y he aprendido a vivir con mi discapacidad y he aprendido que mi discapacidad no es un límite, es lo más grande», asegura.
Los videos de su día a día, en los que se la observa comiendo apoyándose en sus piernas, circulan en redes sociales como una muestra del lema «sí, se puede» que adoptaron los mexicanos para enfrentar las adversidades.
«Lucho mucho por la inclusión, que se tome a las personas por igual ya sea por su condición, por alguna discapacidad, por su físico y ese es mi propósito: dar ese mensaje que todo se incluya, que todo sea igual», afirma.
Ana Gabriela considera necesario que toda persona sea respetada por lo que es y no por su belleza ni por cómo luce. Además, se siente segura para enfrentarse al resto de representantes de diversos municipios veracruzanos.
«En el concurso pasaré por lo mismo. Me van a evaluar de la misma manera que a todas las demás y la ganadora representará al nacional en el Miss México», relata esta licenciada en Psicología, que entendió que no había límites para alcanzar sus sueños.
Al lado de otras concursantes de la región, ensaya cómo caminar en la pasarela con las recomendaciones que toda «miss» debe tener en cuenta: una sonrisa natural, actitud fresca y natural y sobre todo un talante positivo.
Ana Gabriela requiere de ayuda de familiares, amigos o gente cercana para algunas de las actividades, como colocarse la banda que la identifica como Miss Nanchital que porta con orgullo junto con vestidos de gala.
La aspirante admite que la sociedad ha mostrado avances en la inclusión, pero aún «falta» y cree que «ahí es donde debemos seguir trabajando, más educación, educación en casa, inculcar a la niñez que todos somos iguales».
En su vida diaria los pantalones de mezclilla, tenis y playeras forman parte de su atuendo con la que se le ve por calles y avenidas de su ciudad natal, cuyas autoridades han manifestado su total respaldo y esperan que logre la corona de Miss Veracruz.