Con el adiós de “El brujo” Javier Bátiz, el rock mexicano agoniza
Por Roberto E. Ponce
Amexi. Ciudad de México. 16 de diciembre de 2024.- Desde su propia “calle Javier Bátiz”, en el centro de Tijuana, Baja California, donde nació el 3 de junio de 1944, el incansable Brujo Bátiz, “Patriarca del Rock Mexicano”, toma un respiro como maestro de guitarra para niños en el estudio de su casa–museo que llevará su nombre, y habla de las elecciones presidenciales del país del norte:
“Si gana Donald Trump la presidencia de Estados Unidos, aquí en la frontera nos va a ir muy mal; pero nos va a ir muy mal a todo México y al universo entero.”
Parafrasea la popular novela Los cuatro jinetes del Apocalipsis que Vicente Blasco Ibáñez publicó hace más de un siglo:
“Porque si el Trump llega, sería literalmente el último jinete del Apocalipsis que nos faltaba, vendría a acabar con la humanidad, es otro Hitler, el personaje más nefasto a quien me he topado en mis 72 años de vida, un tipejo tenebroso que con el poder del dinero puede darle en la torre al mundo.”
–¿Tu casa, donde enseñaste a Carlos Santana a tocar el blues, será el Museo Javier Bátiz?
–Sí, el Bátiz Preservation Hall.
–¿Cuándo?
–¡Cuando me muera, así que no me estés apurando, cabrón! –chacotea–, el museo me lo propuso el ayuntamiento de Tijuana aquí mero donde nací, pues mi casa es ícono de la ciudad, fue construida hace 90 años. Ahí estarán todos los recuerdos de músicos a quienes yo formé, o amigos que se hicieron conmigo: Santana, mi hermana la Baby Bátiz, José Agustín, Alex Lora, Micky Salas, Angélica María, Enrique Guzmán, los Rebeldes del Rock con Johnny y Abraham Laboriel… Un friego.
La entrevista telefónica ocurrió a comienzos de octubre de 2016. Ocho años después, el 14 de diciembre de 2024 por la tarde, Javier El Brujo Bátiz falleció a los 80 años. Un homenaje se le organiza en el Centro Cultural Tijuana (Cecut) para despedirlo este domingo 15. A continuación, por cortesía de su autor, se reproducen fragmentos de aquella conversación con el guitarrista tijuanense que se publicó en el número 2084 del semanario Proceso, el domingo 9 de octubre de 2016.
Nadie es profeta en su tierra
Jovial, Javier El Brujo Bátiz habla telefónicamente pocas horas antes de viajar con su esposa baterista, cantante y productora Claudia Madrid (Ciudad de México, 7 de julio de 1968) rumbo a Los Ángeles, California, donde el domingo 9 de octubre de 2016 lo espera un homenaje por sus 59 años de carrera artística en La Placita Olvera, durante la IX Feria de los Moles:
“Voy a que me den una proclama y a tocar, un honor que me llena de gusto; aunque por otro lado me gustaría ponerles una cartita ahí diciéndoles: ‘muy agradecido, muy agradecido y muy agradecido por el diploma, pero… ¡mejor mándenme dinero!’.”
Se carcajea. Sólo su humor negro lo ha sacado adelante “en un medio donde los músicos son tan mal pagados” y cuando “el rock mexicano está en decadencia”, amén de “una pequeña gran ayuda de mi compañera Claudia, quien me aguanta desde hace un cuarto de siglo”, confiesa.
“Yo orita en la casa tengo como 200 diplomas que no he colgado, tengo fama de ser buen músico de blues y rock, pero no me alcanza el dinero para vivir y por eso abrí mi estudio acá donde doy clases. El año pasado me abrieron esta calle ‘Javier Bátiz’ en la rampa con mi nombre, ¡pero me hubieran dado un control de acceso pa’ cobrar el paso!”
Rock del Apocalipsis
Célebre por ser quien enseñó a tocar la eléctrica a Carlos Santana, su nombre real es Javier Isaac Medina Núñez.
Nació por la Calle 4, a cuadra y media del parque Teniente Guerrero, logrando hacer a un lado los cabarets de mujeres desnudas y dotar de blues y rock and roll a toda la Avenida Revolución. A finales de los sesenta fue la punta de lanza del movimiento de rock fronterizo en la capital, denominado “La revolución del norte”, a la par de bandas como Tequila o Dug Dugs.
Creyente fervoroso, El Brujo Bátiz fue el primero en ponerse una camiseta de la Virgen de Guadalupe en concierto.
“La historia de la Virgen de Guadalupe y la vida de Jesús son hermosas. Si yo voy a tener un ídolo es Jesús, no Alejandro Jodorowsky que dice que hay que cogerse a las niñitas de 14, le hace al tarot y quiso leerles el ano a Los Beatles. Yo no necesito razones para creer en Dios, el divino misterio.”
Traza un dejo de nostalgia:
“Todos los que vivimos en Tijuana íbamos a San Diego como si fuera nuestra parte rica, las Lomas de Chapultepec o nuestro Polanco. Pero ahora ya sólo van los que tienen casas del otro lado, que siguen siendo los riquillos, los hijos de los presidentes y los diputados. Para la gente normal es imposible cruzar y, aparte de las tres horas que te tardas en pasar la frontera, una barra de pan hoy te cuesta 60 pesos cuando antes salía en 28. Es terrible y me da pena pues éramos vecinos, las casas de Tijuana y de San Isidro las hacían los mismos constructores.
“Y aquí en Tijuana se nos ha venido la problemática, como en todo el país, y no es culpa de los políticos, sino de la globalización; ha habido muchos cambios y, aun así, México me sigue pareciendo un mejor país y con la mejor gente: si te das cuenta, la situación de Estados Unidos es grave, en un tiempo les dio por matar a mexicanos e hispanos y por estos días se ha puesto de moda que los policías maten negros, mano…”
–¿En qué más cambió la “Cartolandia” que era Tijuana cuando eras niño?
–¡Cartolandia no se ha ido pero del país entero!, mira: en México tenemos cientos de miles de ciudades de cartón. Hay quienes tenemos el privilegio de tener casas de cemento, con agua y electricidad, pero hay cientos de miles que carecen de lo básico.
–¿Qué ha pasado con el rock mexicano?
–Ya no hay rocanroleros, hay gente que tocó rocanrol pero ahorita busca la machaca –suaviza la “ch” al estilo norteño– o sea, andan tras la chuleta tocando puras gruperas o de banda, tipo Banda MS. Caifanes pegó con “La Negra Tomasa” y esa rola nada tiene que ver con el rocanrol.
“Los artistas tenemos una responsabilidad de hacer conciencia hacia la gente para ayudarla. Pienso que son abominables aquellos que se engalanan de tener carros Rolls Royce –engola la voz– y dos aviones, y que “tengo mansión aquí y otra acullá”, están faltándole el respeto al público y el servicio a Dios. Porque el dinero lo debes compartir, y si tienes fama debes ser humilde y estar agradecido.”
“El Brujo“ Bátiz se despide
“Esa es una de las razones de que el rock mexicano haya decaído, los artistas hoy están manejados por una bola de gandallas. Pocos han seguido el ejemplo de Vicente Fernández o de Juan Gabriel, quienes ayudaron a las personas y a los niños. Eso es lo que tenemos que hacer, dar una vuelta de hoja. Yo creo que pronto caerá un Apocalipsis en la Tierra para renacimiento de la humanidad y no sé si lo voy a ver, pero ese grueso movimiento nos hará reflexionar, temer a Dios y rectificar hacia un nuevo orden mundial.”