Desapariciones extraordinarias (I)

Por Iris Bringas

AMEXI.  Ciudad de México. 16 de marzo de 2025.- Desde niña me ha fascinado de manera positiva y mórbida el mundo de los descubrimientos, los misterios sin resolver y las desapariciones sin explicación. En estos últimos años es más un enfermizo pesar, pues cuando crecemos eso que veíamos como mito o ficción es cada día más una recalcitrante realidad que duele en el alma y quema el espíritu, tras las múltiples desapariciones forzadas que permanecerán impunes.

Según RED LUPA, la desaparición de personas en México es generalizada y sistemática. Después llegar a 100 mil casos de personas desaparecidas la cifra aumentó en un 7.3% en el 2023 y siguió aumentando en el 2024 en un 6.3%.

Llevamos 13 días y contando en busca del músico Jumá Son Oro Juan Martín Fabián Llaguno, quien salió de su casa el 17 de febrero a las seis de la mañana .

Mi nota a ustedes es un ejercicio para entretener la mente y rescatar desapariciones enigmáticas de la cultura mundial; algunas ya cuentan con una explicación mucho más lógica que las elucubraciones hechas enigma (honor al volumen de Isaac Asimov que entretiene mucho, El libro de los sucesos, eventos, hechos, casos, cosas, donde expone alrededor de 3 mil misterios científicos con explicaciones lógicas).

Desde niña amé el jazz gracias a que mi abuelo me despertaba con música de Glenn Miller, quien en 1944 se esfumó en el mismo año que el aviador y entrañable escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, pero… comenzaremos por el caso de una mujer y sirva una canción de Joni Mitchell, cantautora canadiense nacida en 1943, “Amelia” (1976), como preludio: Fantasma de la aviación,/ ella fue tragada por el cielo o por el mar./ Como yo, tuvo el sueño de volar/ cual Ícaro ascendiendo/ en hermosos brazos tontos./ Amelia, fue sólo una falsa alarma…

 

 

Amelia Earhart (1897-1937)

Estadunidense, Amelia Mary Earhart fue la primera en cruzar sola el Atlántico. En 1937, emprendió un vuelo alrededor del mundo con Fred Noonan, su mecánico de cabecera en un Lockheed Electra 10E bimotor, avión que desapareció en el Pacífico central, cerca de la Línea Internacional de Cambio de Fecha, el 2 de julio de 1937. Su desvanecimiento ha suscitado montones de preguntas y especulaciones diversas (incluyendo historia de amor entre Noonan y Amelia o sobre los acontecimientos que la rodearon) y los hechos siguen siendo en gran medida desconocidos.

Una de las últimas comunicaciones que enviaron al Itasca, su barco de apoyodecía: “Debemos estar encima de ustedes, pero no podemos verlos. Queda poca gasolina. No hemos podido localizarlos por radio. Estamos volando a mil pies de altura”. Poco después, los pilotos y su aparato se borraron sin dejar rastro.

Teoría lógica

Sin embargo, hace al menos una década, vi en un documental de NatGeo que existe una posible explicación lógica y funesta: según la asociación dedicada a la arqueología aeronáutica TIGHAR, la línea de navegación de Earhart y Noonan los llevaba por una desesperada búsqueda de la isla Howland, intentando repostar el avión, sin poder llegar hasta ahí; intentaron aterrizar de manera forzosa cayendo en los arrecifes de la cercana isla de Gardner (actualmente Nikumaroro).

En una de las últimas llamadas de auxilio que emitieron desde el avión, Amelia mencionó el aumento del agua. Se cree que la nave habría sido arrastrada hacia el mar, lo que concuerda con una foto del área tomada por una expedición británica tres meses después de la pérdida, mostrando un objeto no identificado en el borde del arrecife de la isla, o de los testimonios de los habitantes cercanos a la zona, quienes hablaron de restos de aviones en ese lugar. (https://youtu.be/dXJmE5yANe8)

El último vuelo de Earhart
El último vuelo de Amelia Earhart. Foto/Cortesía

La evidencia más concluyente

Según TIGHAR, el esqueleto de un náufrago fue hallado en la isla Nikumaroro en 1940 junto a aparatos aeronáuticos, huellas de una fogata y huesos de animales (descartados en un inicio por ser considerados los de un hombre). Sin embargo, también se habla de que podrían corresponder a los de una mujer de ascendencia europea de grandes similitudes con las características físicas de Amelia Earhart, encontrados en la cercanía.

National Geographic patrocinó una expedición a Nikumaroro para buscar a Amelia, pero en 1937 esa parte de la isla sólo era habitada por gigantes cangrejos cocoteros (Birgus latro) que pueden medir hasta 91 centímetros de ancho y pesar más de cuatro kilogramos, lo cual sugiere que ambos fueron devorados por estos especímenes, eliminando romanticismos y dejando una muy intensa película de terror como una de las posibilidades más lógicas para esclarecer el caso.

Glenn Miller (1904-1944)

Trombonista, director de orquesta, arreglista y compositor, Alton Glenn Miller nombró a su banda de swing Glenn Miller and His Orchestra, una de las más populares del siglo XX. Ascendido a mayor, Miller partió el 15 de diciembre de 1944 en un avión monomotor Norseman UC-64 desde Twinwood, al norte de Londres. Se dirigía a París por el Canal de la Mancha para iniciar su gira artística, en compañía del piloto de la aeronave, John Morgan, y del teniente coronel Norman Baesell. Su ausencia no se hizo pública hasta el 24 de diciembre de 1944, cuando Associated Press anunció que Miller no realizaría el concierto de Navidad programado por la BBC para el día siguiente; el sargento Jerry Gray y subdirector de su banda, lo sustituyó.

Miller al Centro con Trombón en una de sus primeras bandas de la USAAF en Navidad de 1942. Foto/Fuerza Aérea de Estados Unidos
Miller al centro con trombón en una de sus primeras bandas de la USAAF en Navidad de 1942. Foto/Fuerza Aérea de Estados Unidos

Hay historias que hablan de la desaparición del avión de Miller y toda su orquesta sobrevolando el Triángulo de las Bermudas. Otras, como la del periodista Hunton Downs en su libro The Glenn Miller Conspiracy (2010), afirma que Miller fue puesto bajo las órdenes del presidente Dwight Ike Eisenhower y supuestamente capturado por la Gestapo, torturado, ejecutado y abandonado finalmente en un burdel de París.

Más teorías

También existe la teoría de que el piloto del avión en que viajaba estaba destinado a una corte marcial por tráfico de mercado negro, por lo cual tuvieron otro destino: la mafia daría fin a los tripulantes. Pero la historia más creíble es que el avión tenía que volar a cierta altura específica para no ser alcanzado por misiles alemanes y que sólo a menos de 5 mil pies podría llegar a salvo y ser detectado por los aviones de los países aliados. En los albores del nuevo siglo, en 2001, Fred Shaw aseguró por más de cinco décadas que su escuadrón había derribado el UC-64 de Miller:

 “Vi un pequeño monoplano, un Noorduyn Norseman…”

Según su presunción, el aparato de Miller fue derribado por los 139 bombarderos Lancaster que volvían de una expedición en Alemania dejando caer misiles sobre el Canal de la Mancha. Pero ahí no culminan las especulaciones.

Un artículo del Chicago Tribune en 2014 señalaba que Miller probablemente se estrelló por una falla del carburador al volar bajo, debido al mal tiempo. El motor del avión tenía un carburador conocido por dar problemas en condiciones de clima frío y un historial de accidentes provocados en otros aviones al congelarse.

El libro Glenn Miller Declassified (Potomac Books, 2017) propone una conclusión lógica más sencilla. Según su autor, el piloto Dennis M. Spragg, el compositor de “In the Mood” simplemente se estrelló en el agua y en su muerte no hay espacio para las conspiraciones ni para especulación alguna.

Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944)

A casi 82 años de la extraña desaparición en el mar de la pluma artística que dio vida a El PrincipitoVuelo nocturno y otros relatos, su pérdida sigue siendo un tema polémico y hasta poético. De cuna noble, cartero aéreo, aviador de combate del ejército francés durante la Segunda Guerra Mundial y amante de una rosa que parecía no corresponder tan intensamente a su amor, Antoine de Saint-Exupéry desapareció del radar en su vuelo final por el Mediterráneo. Algunos creen que fue a ponerle bozal al cordero del niño del Asteroide B 612, como reza su obra cumbre Le Petit Prince (1943):

Y me tomó de la mano. Pero siguió mortificándose:

         Has hecho mal; vas a sufrir. Parecerá que muero y no será cierto…

         No hubo más que un relámpago amarillo cerca de su tobillo. Permaneció un instante inmóvil. No gritó. Cayó suavemente como cae un árbol. Ni siquiera hizo ruido, a causa de la arena. 

Durante una misión de reconocimiento en la Segunda Guerra Mundial, el escritor de Lyon dejó tras de sí un arcano que ha perdurado a la fecha. El también piloto de las fuerzas francesas despegó en su avión caza Lightning P-38 desde Córcega, para fotografiar posiciones alemanas en el río Ródano. Jamás regresó. Su desaparición generó especulaciones fantásticas debido a las similitudes de su último (y más célebre) libro ya citado, donde un aviador aterriza en el desierto y se encuentra con singular personaje…

Los últimos movimientos de Exupéry

Esta historia, que profundiza en reflexiones filosóficas a manera de cuento, posee una enorme carga emocional permitiendo no sólo vislumbrar anímicamente una serie de verdades aún vigentes de la conducta humana, sino también dejando entrever de manera íntima las sensaciones y deseos del autor, con un final que conmueve y nos permite asimismo elucubrar sobre los últimos movimientos de Exupéry.

Cuando leí este libro de pequeña me dio un entorno “blue”, una nostalgia no propia pero completamente apropiada de aquello a lo cual no tenía explicación sobre lo que los niños podemos percibir de los adultos. En fin, siempre he pensado que es probable que él hubiera viajado al Asteroide B612 a darle el bozal al Principito.

Durante años pensé que en alguna de sus expediciones se había enamorado de alguien más y que mantenía una vida secreta, donde un pequeño de cabello dorado y ojos celeste era su hijo bienamado al que quería explicarle el mundo con su última obra… Incluso había leído artículos donde chismeaban que nuestro Antoine tenía una familia al sur de Marruecos o vivía en España, junto a cierta mujer con un hijo como El Principito.

Cambio de perpectiva

Hay películas que colorean de elucubraciones dicha historia. La compañía de teatro alemana Theater an der Ruhr produjo una magnífica adaptación de la fábula, Der kleine Prinz, presentada en México en el Festival Arte 02 en el Teatro Julio Castillo, la cual me sacó lágrimas por la hermosura, por la profundidad de la puesta y por la belleza del tratamiento: El Principito era un payaso, anciano y borracho; el aviador un niño interpretado por una actriz, y a su vez ambos interpretaban a todos los personajes…

El cambio de perspectiva donde el adulto era El Principito y el niño el aviador, me permitió comprender aún más cómo su autor profundizaba en cada vuelo y que al precipitarse en el Desierto del Sahara creó aquel cuento mágico (Imposible evitar las referencias personales, pero qué le voy a hacer, como dijera Edgar Allan Poe en sus Narraciones extraordinarias: “El pasado, un guijarro en mi zapato”… aquí les dejo una liga de la canción y el video “Cielo fantástico”, de Jehová Villa Monroy, con la cual participamos en homenaje a este extraordinario autor en 2020: https://www.facebook.com/CulturaProceso/videos/345439266858770/).

Derribado por un nazi

Un expiloto nazi, Horst Rippert, asegura que el 31 de julio de 1944 derribó un galo Caza de vuelo rasante y maniobras extrañas, en las inmediaciones de Tolón, y que sería él quien dio final a Saint-Exupéry con la siguiente afirmación: “Era un blanco fácil y el piloto no parecía percatarse”.

Para el historiador Bernard Mark, el también autor de Tierra de hombres (1939) había insinuado pensamientos suicidas ocho días antes de su última misión, mismos que se ven reflejados en su clásico El Principito. Aquel día, diversas fuentes coinciden en que nuestro Antoine Marie Jean-Baptiste Roger, conde de Saint-Exupéry, estaba enfermo y había pasado la noche sin dormir después de una fiesta. Hay quienes aseguran que el escritor permitió que los aviones alemanes lo abatieran…

Por hoy, hasta aquí con la primera de tres entregas que ofreceré para ustedes. En la próxima, sumaré una tríada de misteriosas desapariciones sucedidas en México: dos jazzistas y un científico. Así pues, en 15 días nos leemos por esta su columna “Un guijarro en mi bota: sucesos, eventos, hechos, casos, cosas”. Así sea.

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