El torbellino David Lynch, mi amigo

Por Iris Bringas

La vida era más llevadera cuando la explicaba el director de cine y músico estadunidense David Lynch. Siempre amé sus películas y las capas de cebolla en las que profundamente uno iba cayendo en la esencia de historias contadas de manera lineal, tan lineal que no lo podíamos creer. Fue mi amigo, aunque para cuando me di cuenta que en verdad era él, ya no tuvimos comunicación. En agosto de 2024, Lynch reveló que padecía enfisema pulmonar y el pasado jueves 15 de enero me enteré de su muerte a los 78 años de edad. Aquí cuento nuestra historia…

Por Iris Bringas (*)

AMEXI. Ciudad de México. 18 de enero de 2025.- Hace muchos años, cuando aún existía “MySpace”, donde colgaba mi música y me hacía amiga de varios artistas que entraron en el furor de la era digital, un día de pronto me agregó David Lynch.

La portada de su espacio tenía un logo de un humano tapando su tercer ojo, encerrado en un triángulo, atravesado por una diagonal. Me escribió y me pidió música; le pregunté si en verdad era David Lynch y me respondió que sí, pero que no era el director de cine, que era el compositor. Me desilusioné un poco porque anteriormente, Angelo Badalamenti, con quien tenía una relación de amistad y me mandaba sus partituras corales y nueva música, me había dicho que mi música le gustaría a Lynch y mi concepto era muy cercano a lo que él reflejaba con sus “Lloronas”.

Había conocido a un David Lynch y este David era un torbellino. Hablábamos de existencialismo, de las llaves que nos conducen a diferentes realidades, si tomarlas o no; de reflexión, de nuestra música; de pronto, el feed se cargó mucho hacia su ego, todos los días me mandaba canciones que quería que las analizara y le hiciera comentarios. David ya tenía tiempo que no me comentaba sobre mis nuevas canciones y yo estaba un poco molesta porque me sentía un poco comprometida y, para ser francos, mi prejuicio de que no fuese el David Lynch que yo buscaba o esperaba, era un lastre. Pero pasábamos noches enteras charlando sobre conceptos…

Una vez me mandó la maqueta completa de su disco y yo fui displicente. Me porté mal, le dije que estaba bueno; pero que él ya no comentaba nada de mi música; yo me sentía molesta y no correspondida en el interés que nos unía. Me dijo “solo mándame tu opinión y dejaré de molestarte”. Le mandé mi opinión y no volví a saber nada de ese David Lynch. Le mostré el material a mi compañero Jehová Villa Monroy y nos gustó mucho. Aunque Jehová me decía que él sí pensaba que era el verdadero Lynch yo lo negaba porque, obvio: una personalidad como él no tendría tiempo de entretenerse con una artista independiente mexicana que no conocía y mucho menos hacía rock.

Pasaron varios años más, surgió Facebook, le escribí al verdadero David Lynch, me contestó cordial como a cualquier otro fan, me sentí contenta por recibir su respuesta y agregamos amistad, en ese entonces no había páginas de artista o perfiles verificados. ¡Pero ese sí era David Lynch! En 2011, viendo las noticias por la tarde, se comunicó en el noticiero que David Lynch había sacado un disco de rock y pusieron parte de una de las canciones. Al escucharlo, petrificada, recibí una llamada de Jehová Villa para decirme la noticia y la frase: “Ya ves cómo sí era Lynch, ese disco lo tenemos en maqueta”.  Disfrutamos de Crazy Clown Time, el disco del 2011 y la maqueta que teníamos guardada era de aquel álbum que analicé y le di mis impresiones, incluso recomendaciones anotadas para mejora.

Volví a comunicarme con él para felicitarlo por su disco, le mandé el mío, Marte en Cero, le gustó. Yo le comenté sobre el espectáculo multimedia para la presentación de mi disco en 2012 y me envió algunas escenas para el video de Regresar al origen en versión multimedia en vivo y me permitió usarlo solamente en presentaciones en vivo.

No volvimos a escribirnos. Le mandé mi corto animado La Leyenda del Chicopapalotl realizado en compañía de Arturo López Pío, Cine a mano y Jehová Villa Monroy. Me envió su felicitación y… nunca más volvimos a escribirnos.

Hoy me fumo un cigarro a la memoria de mi amigo el compositor David Lynch y al recuerdo del director de cine que más admiro, que se llaman igual y que son el mismo. Recuerdo las pausas en el chat cuando decíamos “espera, voy a comprar cigarros…” Fumamos juntos a la distancia. El otro lado se pone cada día más interesante, porque “este mundo es tan extraño” que yo extrañaré eternamente la esperanza de volvernos a escribir.

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(*) Iris Bringas, cantante, compositora, productora, cronista y escritora mexicana, fundó con su compañero Jehová Villa el original grupo La prodigiosa maquinita de soñar un poco a finales del siglo XX. Artista multimedia, está cumpliendo 25 años de haber comenzado su trabajo musical.

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