Enrique Serna: «En materia de machismo no hemos evolucionado demasiado»
Foto: Sáshenka Gutiérrez / EFE
Por Gustavo Borges
EFE. Cuernavaca, México. 24 de junio de 2020.- El escritor Enrique Serna aseguró este miércoles que en México el machismo es similar al de los tiempos de Carlos Denegri, el protagonista de su novela «El vendedor de silencio», ganadora del premio Xavier Villaurrutia.
«En materia de machismo no hemos evolucionado demasiado; en lo que sí avanzamos fue en ganar espacios para la libertad de expresión y eso impide el surgimiento de voceros extraoficiales del presidente con tanto poder como el de Denegri», dijo en entrevista a Efe.
Serna, de 61 años, recibió este lunes en su casa de Cuernavaca, centro de México, una llamada telefónica en la que le informaron su condición de acreedor del Xavier Villaurrutia por «El vendedor de silencio».
La obra de 485 páginas, editada por Alfaguara, recrea la vida del periodista mexicano Carlos Denegri, quien a mediados del siglo XX se erigió como el líder de opinión más influyente del país, pero utilizó su talento para venderse a los gobernantes.
«Es una alegría porque se trata de un premio de larga tradición que han ganado muchos escritores que admiro. Me representa un honor formar parte de esta lista», comentó.
La novela recrea el periodismo en México de la mitad del siglo pasado y desvela pasajes de la historia del país en aquella época. El escritor cree que ahora es casi imposible corromperse como antes porque el Gobierno recortó los recursos para publicidad.
«Ya no hay esa relación de clientela con el poder. Aunque en las conferencias mañaneras a veces el presidente responde de manera virulenta a sus críticos, es mejor eso que la horrible postración de la prensa en la época del antiguo régimen», observó.
Según Serna, el ideal de la profesión debería ser que fuera bien remunerada la capacidad de los periodistas y no porque fueran lacayos del poder como fue el caso de Denegri.
«Por fortuna ya está sucediendo porque actualmente los periodistas más reconocidos son también los más honestos y los más independientes», opinó.
SIN GRANDES CAMBIOS
Con tendencia a aislarse de los reflectores, el novelista no ha sufrido cambios en su rutina como consecuencia de la COVID-19.
«Yo siempre he sido bastante ermitaño, pero con la pandemia lo soy más. Eso me ha permitido tener placenteros maratones de lectura que había dejado aplazados. He leído más de lo que he escrito, aproveché para leerme las obras completas de García Lorca y también la estupenda biografía suya de Ian Gibson, entre otros libros», dijo.
No es raro que Serna haya dedicado tanto tiempo a García Lorca. Es un convencido de que para un escritor es clave leer poesía.
«Aunque uno no la escriba, siempre utiliza recursos del lenguaje poético y eso ayuda a que un narrador tenga la prosa con mayor ritmo, más musical, que module mejor su expresión», explicó.
AMOR POR EL RELATO CORTO
Pese a ser un reconocido novelista, con obras como «El seductor de la patria», «Fruta verde», «La doble vida de Jesús» y la premiada con el Villaurrutia, Serna es también un buen cuentista, elogiado por el premio Nobel Gabriel García Márquez, quien en 2003 lo incluyó en una antología de sus preferidos del género en México.
El autor mexicano ha reconocido que adora escribir cuentos y cree que su libro «Amores de segunda mano», compuesto por 11 historias cortas, le permitió dar un salto como escritor.
Ahora pretende volver a ese género y en eso estaba ocupado el lunes cuando lo interrumpieron para darle la noticia del premio.
«Ya tengo escritos tres cuentos bastante largos pero para completar un libro necesito tres o cuatro más. Son cuentos crueles, de humor negro, que siguen la línea de mis anteriores libros en ese género», reveló.
«El vendedor de silencio» permaneció muchas semanas en el primer lugar de ventas en México y todavía se vende bien. Ahora la obra ha puesto a Serna en la lista de los ganadores de Villaurrutia en la que brillan escritores mayores como Juan Rulfo, Octavio Paz, Rosario Castellanos, Juan José Arreola, Inés Arredondo, Fernando del Paso, Carlos Fuentes y Juan Villoro.
«Fue una sorpresa. Nunca he escrito con la mira en un premio porque eso dañaría la creatividad, pero cuando llegan, bienvenidos», concluyó.