FIL Minería: mujeres, periodismo, literatura, equidad de género

Foto: Carolina Arteaga

Por Víctor M. Navarro                   

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 25 de febrero de 2020.- El primer fin de semana en la Fil del Palacio de Minería contó al menos con diez actividades culturales en torno al trabajo de y con la mujer en el periodismo, la literatura, la poesía y la lucha siempre constante en estos tiempos para dignificar su presencia y participación en nuestra vida toda nacional.

El pasado sábado la periodista Roberta Garza habló de manera puntual e inteligente de su reciente libro Márcame, amo –La verdadera historia de Keith Raniere y sus esclavas mexicanas-, investigación acuciosa que gira en torno de este personaje tenebroso, abusivo, dominante quien con base a la cienciología, la supuesta valoración y crecimiento espiritual como persona conformó una piramidal secta de explotación sexual y enriquecimiento propio.

Aclara la autora en la contraportada del volumen: Márcame, amo es una recolección de las explosivas revelaciones alrededor del juicio de Keith Raniere, llevado a cabo entre mayo y junio de 2019 en la corte este del Estado de Nueva York.

En sus páginas están los antecedentes del grupo que formó alrededor de él, sus cómplices y víctimas principales, y los mecanismos que le permitieron a Raniere convertirse, de un estafador de ligas menores, en el líder de una peligrosa secta de esclavas sexuales, con presencia en Canadá, los Estados Unidos y México.

Desde su infancia en Monterrey Roberta Garza estuvo cerca de este tipo de sectas, su vida familiar  –padres y tíos- estaba ligada a Los Legionarios de Cristo, ya entonces el carismático Marcial Maciel imbuía en ella una sensación de duda y cierta repugnancia.

Después de años de trabajo, de reflexión, de lectura, se dio cuenta que lo que no hizo en la infancia era necesario realizarlo ahora, una persona se tarda mucho en salir de una situación como esa, concientizarla y además se necesita tener valor, adquirir perspectiva o lucidez para ofrecer un panorama claro de los hechos.

Cuando se enteró de la estafa perpetrada por Raniere, supuestos cursos de superación personal que costaba de 5 a 10 mil dólares, venta de espejitos, técnicas de mercadotecnia que le permitían incubar en personas de baja estima personal y generalmente de altísimos recursos económicos; con aliadas inquebrantables forma una secta que llegó a contar con más de cien esclavas sexuales a su servicio, entre ella hijas y esposas de millonarios de Usa, Canadá y México.

La autora enfatiza: Es importante mostrar la forma de engancharnos en roles de sumisión y de entrega, de explotación sexual y económica, lo más tremendo es que la estructura piramidal Raniere –una mujer atrae a diez mujeres y así cada una otras diez-, fue empujada principalmente por mujeres: ellas fueron tanto víctimas como victimarias. Este libro también es una manera de exorcizar muchas cosas, la literatura como redención, la oportunidad de no dejar pasar este tipo de cosas frente a nuestros ojos, a nivel personal me siento conforme con haber logrado este trabajo que empezó muy periodístico  –colaboraciones para Nexos y otras publicaciones-, no pensé que terminaría siendo un libro.

LEVANTAR LA VOZ DESDE LA POESÍA

Por la tarde la voz de las poetas hizo patente su apoyo incondicional a los reclamos continuos de las mujeres por abatir la violencia, la discriminación el maltrato del cual han sido víctimas desde tiempos inmemoriales.

En el conversatorio Alto a la Violencia de Género la narradora y poeta Artemisa Téllez puntualizo que las mujeres se han convertido en blancos ambulantes en una guerra constante.

Las mujeres en estos momentos, en este país no saben si habrá mañana, padecen a diario amenazas a su cuerpo, a su integridad, a su vida. En espacios públicos es  hostigada, en el rubro laboral es acosada por sus jefes, superiores, sufre el asedio de los compañeros de trabajo y en el ámbito familiar vive el maltrato de aquellos con quienes comparte lazos afectivos y hasta sanguíneos.

Todos debemos unir esfuerzos, voluntades para darle un giro a estas circunstancias que hacen imposible una convivencia, sana, inteligente, productiva y generosa.

Adriana Tafoya comentó que estas conductas son resultado de un sistema educativo donde el monopolio de la violencia es masculino, los hombres, el sexo dominante comete crímenes y atrocidades sin tener castigo.

Hizo, la poeta, referencia a las movilizaciones como un medio quizás extremo pero necesario para exigir un alto a la violencia de género. Plantones y paros como el del 9 de marzo no son un privilegio, son territorios ganados para hacer oír nuestra voz y nuestras demandas de justicia, respeto y equidad.

Medios que tenemos para exigir los derechos y garantías que no han sido reconocidos por instituciones y gobiernos.

                                                              conciencia

                  los poros de mi piel permiten

  inimaginables percepciones

                   yo imagino posibilidades limitadas

                                                              en una medida

                    abro las puertas de la percepción

                    pero soy humano

                                                            y pienso

                                   lo que soy

El domingo para ser domingo también se llenó de poesía, las mujeres cantaron, el Salón El Caballito de la FIL recibió a Marina Bernárdez, Roxana Eldridge Thomas y Aura María Vidales.

Tres voces de nuestra poesía contemporánea por todos tan querida, ya con una buena producción a cuestas, con libros importantes y años en el trabajo editorial y de difusión literaria, nada como ese discurso para los espacios de gozo y reflexión en una feria de libros y palabras.

II

¿Por qué detiene el fulgor en mi centro

e ilumina las oscuras sordinas del ser?                          

Aquí escuchando la noche crepitar

fragmento melódico, arrebatado,

que mueve el alma hasta el levante.

Espíritu límpido, diáfano, de horas

antes ausentes, y hoy repletas de usted.

¿Qué sosiego llama a gritar quietamente

su estar, su vida, su nombre ahora?

¿Cómo encontrar el verdadero hilo

e iluminar la tarde del encuentro?

¿Por qué buscar luz en tanta luz?

Aura María Vidales

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