Frédéric Martel: «La Iglesia es una estructura masivamente homosexualizada»

Foto: Yoan Valat / EFE

Por María D. Valderrama

EFE. París, Francia. 18 de febrero de 2019.- La Iglesia es «una estructura masivamente homosexualizada», según denuncia el periodista francés Frédéric Martel en «Sodoma», un alegato contra la «hipocresía» de la curia que ha levantado una enorme polémica incluso antes de llegar a las librerías.

«La homosexualidad es la explicación a la mayoría de problemas de la Iglesia desde hace 50 años. La homofobia de la Iglesia se explica por el alto nivel de homosexualidad en el clero», asegura Martel en una entrevista a Efe en un café del barrio gay de París, Le Marais, donde él mismo vive.

Para este periodista y sociólogo, autor de títulos como «Global gay» o «Smart», esta obra solo podía ser escrita por un homosexual -«hay que conocer los códigos»-, que no trabaje en Italia ni sea vaticanista, para no tener miedo a perder su trabajo.

Durante cuatro años ha entrevistado a más de un millar de personas, ha viajado a una treintena de países con estancias prolongadas en Roma, donde se encontraban sus mejores fuentes.

Uno de ellos, exmiembro de la Iglesia, asegura en el libro que la comunidad homosexual representa el 80 % del Vaticano o, en la jerga que manejan, «forman parte de la parroquia».

«Los curas y cardenales más homosexuales son a los que más les interesa defender el celibato. La posición contra el preservativo o impedir la sexualidad antes del matrimonio se explica también por la cuestión homosexual», dice Martel.

El lanzamiento del libro este jueves simultáneamente en una veintena de países (en España, Argentina, México o Chile solo en formato electrónico hasta marzo y abril) coincide con la reunión de presidentes de las Conferencias Episcopales para hablar de la prevención de abusos a menores y adultos, una cuestión que también halla su raíz en la homosexualidad, según Martel.

«No hay ningún vínculo entre homosexualidad y abuso sexual, pero en el caso concreto de la Iglesia, se comete mayoritariamente sobre hombres, mayores o menores de edad», señala.

Los motivos se apoyan en la masculinidad propia de la Iglesia, «la protección de la institución» y «el secretismo» que impone la entidad, pero también la protección de los intereses propios.

Este investigador considera que el interés del obispo que protege al sacerdote, sabiendo que éste puede conocer sus preferencias, es tratar de evitar el escándalo en torno a su propia persona, algo que aprovechan los «depredadores».

«Sodoma» dedica un capítulo al chileno Angelo Sodano, nuncio en Chile durante el régimen de Pinochet, a quien documentos oficiales consultados por Martel lo sitúan no solo como un probable conocedor de los abusos del sacerdote Fernando Karadima, también como parte de la «mafia gay» de la que se rodeó el dictador.

Otro de los cardenales que influyó en las políticas antihomosexuales y contra la planificación familiar del papado de Juan Pablo II, el ya fallecido Alfonso López Trujillo, protagoniza una de las revelaciones del libro.

Martel lo saca del armario mediante numerosos testimonios que cuentan, entre otros datos, haberle llevado prostitutos. Un antiguo seminarista que le sirvió como asistente habla de favores sexuales para no bloquear las ordenaciones de sacerdotes.

«Se acostaba con todos. También había muchos prostitutos», dice en el libro un tal Morgain sobre el cardenal que utilizó el dinero de narcotraficantes para acallar sus escándalos en Roma.

«Rouco» es el nombre del capítulo 16, dedicado al cardenal español Antonio María Rouco Varela, que dirigió una férrea batalla contra el matrimonio gay en los años 2000.

«No conozco su vida privada, pero compruebo que su entorno y la diócesis española en general está ampliamente homosexualizada, como las de México, Chile, Cuba, Perú, Brasil o Argentina», dice.

Martel vincula la homosexualidad hasta con la abdicación de Benedicto XVI -entre otras causas- de quien dice que se sentía atraído por los hombres.

«Yo lo llamo ’50 shades of gay’ (50 sombras de gay). Puede ser homofilia no practicante, sensibilidad, una cultura homosexualizada…», según Martel, quien asegura que, lo importante, es que se cumpla la castidad de puertas afuera.

Martel analiza la distorsión entre la posición moral y la vida privada de muchos clérigos que encontraron en el sacerdocio una vía de escape a la imposibilidad de vivir su condición sexual en un ambiente de rechazo.

Ahora que Francisco I parece dispuesto a «encontrar las razones y las estructuras que han permitido» los abusos a menores, Martel, que ha regalado al Papa un ejemplar de «Sodoma», reivindica orgulloso: «Mi libro aporta la llave sobre las estructuras y las raíces del fenómeno. La Iglesia está condenada si no cambia». 

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