La FIL: Negocio y escaparate para la derecha ilustrada
Por Román Munguía Huato
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 29 de noviembre de 2021.- I. Es la gran fiesta “cultural” de la Universidad de Guadalajara (UdeG) que se distingue notablemente de todas las demás universidades mexicanas, latinoamericanas y del mundo. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara [FIL] cada año “se supera” a sí misma en todos los aspectos. Las cifras están ahí para demostrarlo; la numeralia elocuente triunfalista: asistentes, editoriales, escritores, foros, presentaciones de libros, ganancias supermillonarias, estands, etcétera. Así lo manifiestan los organizadores, panegíricos y aduladores quienes forman parte orgánica del sistema caciquil o quieren quedar bien para algún día recibir favores o canonjías. La exaltación acrítica autocomplaciente, pletórica de elogios insulsos al gestor burocrático: Raúl Padilla López (RPL).
La FIL tiene algunos atributos culturales innegables. Pero, detrás de su apariencia cultural –lo cultural como aquello de naturaleza humanística y que no tiene una finalidad estrictamente lucrativa y mercantilista– desde hace mucho tiempo se ha trastocado en una librería grandota como un inmenso almacén mercantil especialmente en función de algunas grandes empresas editoras, particularmente españolas.
II. Marisol Schulz Manaut, directora de la FIL, en plena campaña publicitaria en diversos medios, hace aseveraciones a la ligera que no corresponden a la historia verdadera del evento. El presidente de la FIL es RPL, exrector de la UdeG. Según la directora, en entrevista reciente a La Jornada (17 de noviembre), la FIL ha sido y seguirá siendo un espacio de pluralidad donde se da cabida a todas las ideas. “Nunca nos hemos inclinado hacia una u otra tendencia política porque nuestra misión es abrir espacios de reflexión para dirimir las diferencias por medio de la palabra, sin pleitos; tampoco somos conservadores”.
Schulz Manaut, quien ha estado al frente de la FIL desde 2013, explica que este año, cuando vuelven las actividades presenciales que se suspendieron en 2020 debido a la pandemia, estarán presentes en ese foro autores “de todos los colores y todas las ideologías, como ha sido siempre… ha sido y es un espacio de pluralidad… Nunca nos hemos inclinado hacia una u otra tendencia política… tampoco somos conservadores”. Insiste ella en que “hemos tenido a personas de la más recalcitrante izquierda” hasta políticos como Vicente Fox o Felipe Calderón.
https://www.jornada.com.mx/2021/11/17/cultura/a04n1cul
No sabemos qué quiere decir con “personas de la más recalcitrante izquierda”, a quienes nunca hemos visto como invitadas formales. Lo cierto es que la FIL desde sus orígenes se ha cargado a la derecha. Salvo excepciones, cuando se invitó a Cuba, pero también invitaron, “inexplicablemente”, a Israel pero nunca acompañada de Palestina. Desde hace años ha tenido presencia constante y relevante intelectuales muy representativos del conservadurismo ideológico y político, en cuyas reuniones con RPL, fuera del evento, surgió en 2017 el candidato presidencial de la derecha Ricardo Anaya, perdedor frente a Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Raúl Padilla reunió en su domicilio particular a los tres líderes nacionales de los partidos que formaban parte del Frente Ciudadano por México. Por el PAN, asistió Ricardo Anaya Cortés; por el PRD, Alejandra Barrales Magdaleno y por Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Ranauro. Ricardo Anaya anunció en abril de 2018 la incorporación a su equipo de campaña de Raúl Padilla López, como coordinador de temas culturales.
Dejemos de lado el conflicto actual por el presupuesto financiero de 140 millones de pesos entre la mafia universitaria caciquil y el gobierno de Jalisco encabezado por Enrique Alfaro Ramírez. Dejemos también de lado el escándalo de las acusaciones del presidente AMLO al cacique Padilla López, todavía sin consecuencias serias para la alta burocracia universitaria.
III. Mario Vargas Llosa hace rato que es la figura conspicua de esta tendencia. “¿Cuánto le pagan a Vargas Llosa?” Le pregunta el presidente López Obrador al presidente de la FIL. AMLO también denunció las “mentiras históricas” propagadas por el intelectual Enrique Krauze. RPL “Lleva más de 30 años poniendo y quitando rectores, y con una feria muy importante, porque sin límite se utilizaba dinero público para traer a los intelectuales más renombrados del mundo, con todos los gastos pagados. Vargas Llosa no falta a una feria de libro, habría que ver cuánto le pagan», cuestionó el mandatario.
En septiembre pasado, la UdeG organizó la IV Bienal Mario Vargas Llosa, con dedicatoria especial para AMLO, pues varios de sus ponentes, entre los que se encontraban el propio escritor que le da nombre al evento literario, le dedicaron críticas al mandatario. Participaron Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, críticos acérrimos del mandatario. Según el diario Reforma, la organización de la Bienal en los cuatro días de la Bienal le costó a la Universidad de Guadalajara 8 millones 312 mil 224 pesos, muy por encima de lo que la casa de estudios dedica a compromisos institucionales como la divulgación científica, a la que destina 3 millones de pesos. Pero también se menciona que la Universidad de Guadalajara (UdeG) se negó a entregar la información del destino de 5 millones 374 mil pesos de los 8 millones 312 mil 224 que gastó en esa Bienal. Todo esto significa un verdadero despilfarro de recursos financieros mientras la mayoría de los profesores reciben salarios miserables y carecen de prestaciones laborales.
IV. Un gran evento, pero ¿para qué sirve en realidad la Feria de Guadalajara? En primer lugar sirve para hacer negocios muy lucrativos privados con dineros públicos. Marisol Schulz dice sin tapujos: “queríamos un regreso para resarcir la situación económica.” O sea, la cuestión de un acontecimiento cultural es lo de menos, lo de más son las perdidas dinerarias para los bolsillos del exrector Raúl Padilla López por no haberse realizado la FIL el año pasado debido a la restricciones pandémicas. Más aún: “Las editoriales lo pedían, porque fue un año de pérdidas, de mucha ganancia en términos de contenido: en 2020 llegamos a 21 millones de personas, pero en términos económicos la derrama para Guadalajara fue de cero, para la Feria la situación económica estuvo muy comprometida y para las editoriales ya no se diga, por los meses que estuvieron cerrados los puntos de venta”, dijo Schulz. El “fomento de la lectura” es, para la directora de la FIL, “uno de los ejes de la feria”, que se plasma en “actividades concretas para pequeños y jóvenes”. Pero esto es falaz porque el verdadero eje central es el mercado del libro y no la promoción de la lectura como actividad cultural.
A su vez, RPL afirmó el año pasado que: “La FIL iba a cerrar con déficit este año aunque la hubiéramos celebrado presencialmente”, quien calcula en 30 millones de pesos el golpe económico al trasladarse al formato digital este año. Es decir, la preocupación principal es cómo resarcir los números rojos del negocio: “Es un hecho que no se van a dar las transacciones ni las ventas que suelen darse en nuestra feria, pero creo que estamos conservando lo esencial… Esto nos va a permitir que haya los suficientes movimientos en el ámbito de negocios a pesar de hacerlo solo de manera virtual.” No hay ninguna duda del propósito de la FIL; en palabras del cacique: “La feria opera con términos de mercado, pero tiene un número importante de patrocinios privados y auspicios públicos, que son apoyos gubernamentales, tanto a nivel federal, estatal y municipal.”
La UdeG alberga este encuentro librero pero está controlada por un añejo caciquismo de RPL, lo ha dicho tajante el presidente López Obrador. Lo cierto es que la FIL es ante todo un buen negocio en manos del exrector quien preside las más de 15 empresas parauniversitarias, incluida la Feria. Pero además del negocio, se trata de un espacio para proyectar una ideología política afín a los intereses del grupo de poder universitario y sus aliados intelectuales conservadores como Enrique Krauze o Héctor Aguilar Camín.
V. La FIL en apariencia es un evento cultural dentro de los showbusiness con alfombra roja, pues hasta la entrada se cobra a los propios universitarios. Los estudiantes pagan 20 pesos por entrar, y muchos de ellos cumplen el “servicio social” con actividades de apoyo al negocio. De hecho, la FIL tiene casi nada de impacto cultural en la universidad. La FIL, tiene pocos beneficios culturales pero oculta el lucrativo negocio de poderosas editoriales locales y extranjeras. La FIL pretende ocultar el añejo poder caciquil en esta institución universitaria donde reina el corporativismo autoritario clientelar, la antidemocracia, la simulación académica y una profunda corrupción en sus altas esferas y el constante saqueo de sus recursos financieros.
La crítica sustentada a la Feria, por su contenido mercantilista y politiquero, ha provenido desde reconocidas voces locales hasta nacionales. Por ejemplo, Juan Villoro aseguró que la feria tiene que ver más con la industria que con la cultura: “hay que ponerla en su justa dimensión […] El gran peligro de la FIL es que confía demasiado en la estadística y confunde el éxito con la cantidad de actividades, cantidad de visitantes, cantidad de espectáculos, lo cual no es necesariamente positivo”. Hermann Bellinghausen, afirma que la FIL «Atrae a la burocracia cultural en pleno, federal, estatal, universitaria. Acapara la entrega de premios nacionales e internacionales en número creciente. El premio mayor está diseñado para no fallar a escala mediática, aun cuando la riegue como ocurrió con el affaire Bryce Echenique, plagiario in fraganti. La FIL cada día se parece más a los festivales de cine, con todo y alfombra roja. Y hoy que el oportunismo es regla de oro sirve de pasarela para precandidatos, políticos en busca de carisma y figuras del espectáculo». No confundamos nefastos con Hefestos.
La FIL “es actualmente el mayor mercado mundial de publicaciones en español. Cada año recorren sus pasillos editores, agentes literarios, promotores de lectura, traductores, distribuidores y bibliotecarios, que acuden a realizar intercambios comerciales y profesionales”. Pero, ¿Dónde está el apoyo a los investigadores para publicar sus trabajos? Eso sí, hay grandes y muchos privilegios para el grupo de poder universitario saqueando finanzas y patrimonio.
Cuando haya democracia en la UdeG habrá una FIL realmente plural y cultural. Será, entonces, una verdadera Feria de fomento a la lectura para la comunidad universitaria y no un espacio mercantil libresco.