La foto en el espejo

Foto: Raquel Zamora

Por Karina Álvarez

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 03 de noviembre de 2020.- “Arturo prefería a las hormigas en lugar de a los humanos”, afirma Raquel Zamora al hablar de Arturo Rivera, el pintor realista mexicano muerto el 29 de octubre pasado.

Ella, una aficionada a la fotografía, conoció al maestro por Facebook en 2016; lograron intimar en la posibilidad de la distancia (ella en San Miguel de Allende, y él en la Ciudad de México), y de ahí surgió una profunda amistad, llena de intercambio cultural y artístico.

Raquel le compartía las imágenes que fotografiaba, y él respondía con largas recomendaciones sobre los encuadres y la luz, siempre confiado de su talento como fotógrafa.

“Seguía sus instrucciones al pie de la letra; todo lo que me decía que cambiara en las tomas, lo hacía de inmediato. Fue un gran maestro para mí”, dice.

Raquel y Arturo

Lograron conocerse en persona tras varios meses de fructíferas charlas. Él la invitó a su casa en la colonia Condesa para compartir parte de su entorno.

“Siempre fue muy interesante hablar con él, era demasiado simpático, neurótico, bromista, y de repente también se deprimía mucho”, dice.

Fue entre uno de esos viajes, por ahí de 2018, que Arturo mandó colocar unas luces led en su baño principal; cuando el técnico acabó, Arturo llamó de inmediato a Raquel para que viera aquella iluminación.

“Cuando entré al baño vi la imagen, me encantó: él traía su puro en la mano, siempre andaba así por toda la casa; lo primero que hice fue tomar mi celular y enfocar al espejo”, recuerda.

La imagen impactó al maestro. Raquel estaba a sus espaldas y el reflejo del pintor y las luces en el espejo era simplemente encantador.

“Arturo decidió ponerla en su perfil de Facebook; me decía que era el mejor retrato que le habían tomado de todos los que le tomaron grandes fotógrafos durante su vida, me hacía sentir halagada”, suspira.

Se convirtieron en buenos amigos, hablaban de la vida, filosofaban, se tomaban algunos whiskies y él fumaba uno que otro cigarro de mariguana.

“Nos veíamos a los ojos y brindábamos; hablamos de todo lo que nos gustaba. Estoy destrozada por esta lamentable pérdida. Todos perdemos algo con esta muerte”.

El pintor Arturo Rivera falleció a los 75 años, de un derrame cerebral. Murió en su casa de la CDMX, es recordado por sus amigos que siempre le quisieron y le admiraron. Que descanse en paz el maestro.

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