La novelista mexicana Sandra Frid: «Propongo vivir de una manera más poética»

Por Gustavo Borges

EFE. Ciudad de México. 04 de junio de 2022.- Para la escritora mexicana Sandra Frid, autora de «Los demonios de mi cuerpo», la nueva novela sobre la poetisa Pita Amor, vivir de una forma más poética puede ser una alternativa en tiempos de desesperanza, pandemias y guerras.

«Los seres humanos siempre nos vamos a estar peleando entre nosotros, pero yo propongo vivir de una manera más poética, más cerca de la belleza», expresó la novelista este sábado en entrevista a Efe.

Frid es autora de varios libros sobre mujeres rebeldes, como la monja Edith Stein, la bailarina Nellie Campobello y la pintora Nahui Olin. En estos días presenta la obra en la que recreó la historia de Pita Amor, una de las personalidades de la cultura de México en el siglo XX.

«No fue fácil escribir este libro. Al principio tuve miedo de que se pareciera al de Nahui, editado hace más de dos años, porque ambas artistas vivieron el ambiente cultural mexicano al mismo tiempo y conocieron a las mismas personas. Son parecidas y distintas a la vez; jugué con eso», explicó.

Dividida en tres cuerpos o capítulos, «Los demonios de mi cuerpo» es una propuesta fresca para conocer la vida y la poesía de Pita (1918-2000), quien vivió de manera intensa, burló las leyes de la sociedad, conoció el placer y también el dolor más grande: la pérdida de un hijo.

PROSA POÉTICA

Con una prosa poética, Frid recorre la vida de Pita desde su nacimiento en una familia acaudalada venida a menos. La escritora es generosa con imágenes poéticas como la de helechos que espían desde sus macetas, minutos que se traban en los relojes, lunas con venas amoratadas y silencios como ríos congelados.

«A veces hablé con Pita; la empecé a sentir cerca a la mitad del proceso de la escritura. No digo que me haya dictado alguna frase desde el cielo, pero aún hoy sigo hablando con ella; soy muy dada a dar gracias y le agradezco», confiesa.

De las siete novelas de Sandra Frid pueden rescatarse decenas de imágenes de mujeres con alas fuertes que, si no fuera porque están creadas con palabras, podrían ser parte de una galería con óleos sobre damas capaces de volar.

Sus libros están alejados del feminismo de barricada; se centran más en exaltar a las damas desde su grandeza.

«Las personajes de mis libros son muy creativas; en el caso de Pita, su marca fue la poesía y me interesó su pasado porque la marcó. Era histriónica, le gustaban los reflectores, llamar la atención, con su manera de vestirse o de enjoyarse; tenía una voz patente, era parte de su personalidad», agrega.

En «Los demonios de mi cuerpo», presente en los aparadores principales de las librerías de México, Amor es una niña rebelde, es expulsada del colegio y se escapa con un hombre como 40 años mayor. Provoca escándalos y a partir de los 27 años irrumpe de forma ciclónica como una poeta que el novelista Alfonso Reyes calificó de caso mitológico.

«Contar una historia desde la ficción me parece una manera sabrosa de decir; hay quien prefiere las biografías, pero en las novelas hay más imágenes», dice.

UNA LUZ EN LO OSCURO

Sandra escribió «Los demonios de mi cuerpo» en los tiempos de pandemia. Eso no cambió su rutina porque de todas maneras es una mujer solitaria.

Reconoce que sentir empatía con las protagonistas de sus libros le impide tratarlas mal, lo cual explica la ausencia de morbo al contar la vejez de Nellie Campobello, Nahui Olin y Pita Amor, las mujeres de sus tres últimas obras, quienes sufrieron en la última parte de sus vidas.

«Me niego a maltratar a mis personajes, les tengo respeto. De Pita me contaron cómo de mayor le daba golpes de bastón a los transeúntes en la calle o maltrataba a los taxistas, pero eso no aparece en mi libro. Ella fue una mujer luminosa; tuvo episodios oscuros, pero todos los tenemos, más una artista».

La pandemia laceró a la humanidad; después vino una guerra protagonizada por un ególatra y en México matan a las mujeres por racimos. Como alternativa a la desesperanza, Frid insiste en encender una luz en lo oscuro, a partir de la educación y de una cercanía a lo bello.

«Necesitamos una vida más poética y más filosófica. En las escuelas se dejó de estudiar filosofía, que es una manera de entender el mundo para vivir mejor», sentencia.

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