La poesía lúcida, sensible y erótica de Aute, en diez canciones

Foto: Kote Rodrigo / EFE

Por Javier Herrero

EFE. Madrid, España. 04 de abril de 2020.- Calificado como el «Leonard Cohen» español por muchos de sus correligionarios, Luis Eduardo Aute dejó una amplísima obra musical caracterizada por el alto nivel poético y lúcido de sus letras, por su sensibilidad emocional y sus eróticas imágenes extrasensoriales.

Con la difícil misión de bucear en ese caudal del que formaron parte tantas y tantas piezas destacadas como «Quiéreme», «Una de dos» o «No te desnudes todavía», he aquí diez canciones que se encuentran entre las más importantes de su obra.

– «Rosas en el mar»: De vuelta del servicio militar, entregó a Massiel unas canciones que había hecho «por pura curiosidad». Se trataba de este tema y de «Aleluya Nº 1». La madrileña las grabó y fueron no solo un éxito mundial, sino la constatación de que Aute sabía pintar obras maestras sin pinceles.

– «Las cuatro y diez»: Editada en primer lugar como parte del debut de Rosa León, fue en 1973 cuando Aute lanzó una de sus canciones más emblemáticas tras un lustro de retiro. Relato de reencuentro con ese primer amor que no llegó a ser el último, pero que quedó como eterna posibilidad pese a la huella del tiempo.

– «De alguna manera»: Otra de las que llegaron al lote de Rosa León y que para sí hubiese querido Joan Manuel Serrat, según reconoció el catalán. Depurado lamento amoroso, sobre todo en ese verso que se repite como una letanía en voz queda… «De alguna manera tendré que olvidarte».

– «Al alba»: Probablemente el tema más importante de su carrera. Su éxito fue tal que, «por reiterativo», llegó a aparcarla durante un tiempo en sus conciertos. Aute la escribió como homenaje a las últimas víctimas fusiladas por la dictadura franquista y como alegato contra la pena de muerte.

– «Anda»: Del erótico álbum «Espuma» (1974) destacó esta canción en la que, en el tramo final del franquismo, apuesta casi en un susurro por una «batalla» carnal hasta proclamar: «Seamos un cuerpo enamorado».

– «Pasaba por aquí»: Revitalizada varias décadas después por Pedro Guerra, se trata un corte de tintes más lúdicos con el que, a través del álbum «Alma» (1980), cerró la trilogía «Canciones de amor y de vida».

– «Sin tu latido»: En pleno auge del pop ochentero, cosechó un enorme éxito comercial con el álbum «Cuerpo a cuerpo» (1984), que fue disco de oro y recogía esta canción de guitarras callejeras y trasnochadoras sobre el desgarro vital en ausencia del ser amado.

– «Slowly»: Arrancó la década de los 90 con un disco producido por Suso Saiz y titulado como este corte que contó con un videoclip dirigido por Azucena Rodríguez y Carmen Rosado. Por si las compañías no fuesen suficientemente buenas, Christina Rosenvinge le arropa en los coros para seducir en un baile lento.

– «La belleza»: Incluido en «Segundos fuera» (1989), en ella traza un delicado fresco sobre un tiempo lastrado por el capitalismo por el que Aute rehúsa dejarse arrastrar y en el que apuesta por encontrar la esencia natural de las cosas.

– «Alevosía»: En los años 90 publicó este tema que, con la colaboración de Silvio Rodríguez en los coros, es una invitación al deseo descarnado, sin escudos, «como un golpe de puñal». 

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