Lorena Wolffer y Joseph Zárate narran las desigualdades de la pandemia por Covid-19
Por Irene Galindo
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 02 de septiembre de 2022.- Dentro del marco del Hay Festival! Querétaro 22, Lorena Wolffer artista creadora del proyecto Diarias Global y Joseph Zárate, periodista peruano autor de Algo nuestro sobre la tierra conversaron este jueves con Amanda De La Garza sobre la experiencia de narrar, cada uno desde su disciplina, las experiencias de personas durante la pandemia de COVID 19.
El proyecto de Wolffer visibiliza las nuevas realidades que enfrentan las niñas, jóvenas y adultas a partir del surgimiento del virus que obligó a la mayoría al aislamiento. A partir de una plataforma digital, Diarias Global es un a especie de repositorio de imágenes que mujeres de todo el mundo comparten para dar a conocer sus entornos, circunstancias y vivencias durante el confinamiento y cómo cambió su realidad a partir de este acontecimiento.
«La violencia hacia las mujeres no es algo nuevo, lo que sí anticipábamos con el confinamiento era que las violencias iban a multiplicarse porque íbamos a estar en casa todas, pero también nuestros agresores, pensando en que los agresores sueles ser personas de nuestros círculos inmediatos, eso era muy evidente» comentó la artista. «Los efectos de ser las encargadas de los cuidados de las demás personas que derivaron en que muchas dejaran de hacer lo que anteriormente estaban haciendo, llámese escuela o trabajo, pues continúa afectándonos al día de hoy» agregó.
El proyecto cuenta con una segunda etapa llamada Diarias Global: afuera, que consta de una intervención dispuesta en andador Venustiano Carranza, del centro histórico de la ciudad de Querétaro, que incluye algunas fotografías enviadas entre noviembre de 2020 y mayo de 2022 por habitantes de querétaro y otras ciudades, impresas sobre planchas de mármol.
Amanda De La Garza reflexionó sobre cómo estas reflexiones colectivas permitieron que los sufrimientos privados pudieran compartirse aún en la distancia como una especie de refugio ante la tragedia y recalcó que la mayoría de los trabajos fotográficos sobre la pandemia fueron acerca de la llamada «primera línea», que se refiere a doctores que trataban a los pacientes, pero muy pocos de la última, que fuimos las personas que vivimos la pandemia en casa o trabajando a pesar de los riesgos de contagio, con miedo e incertidumbre.
Por su parte, Joseph Zárate comenzó su trabajo investigando la gestión de la pandemia en Perú, un país que en marzo de 2020 se estaba convirtiendo en el de mayor tasa de mortalidad por el virus en el mundo. Junto con varios compañeros, el periodista se dedicó a investigar el sub-registro de fallecidos por la nueva enfermedad, lo que le llevó a visitar hospitales, panteones, funerarias y crematorios.
«Lo que encontramos era que mientras el gobierno peruano, el gobierno de Martín Vizcarra, ese presidente que se vacunó en secreto…mientras que el gobierno daba una cifra, estas instituciones sumadas daban tres o cuatro veces más la cifra y la población no estaba enterada de esto» platicó Zárate.
En su libro Algo nuestro sobre la tierra, Joseph se centró en las historias humanas contenidas en esas cifras por lo que comenzó a seguir el trabajo de un grupo de hombres que trabajaban recogiendo los cadáveres en Lima. «La diferencia fue que no lo hice como un reportero tal cual, sino como un trabajador más, es decir, me puse el traje, la mascarilla, las botas y fui con ellos a cargar cadáveres» recordó. «En verdad fue una experiencia triste, perturbadora, trágica, sobre todo porque me di cuenta como reportero de que esta idea generalizada de que el virus afectaba a todos por igual es mentira. Quienes engrosaban la lista de los muertos en todos los países de América Latina eran los más pobres» añadió.
Tanto Lorena como Joseph, apuntaron que la pandemia de COVID-19 desveló las desigualdades que se viven en el mundo. «La pandemia nos hizo evidente cuáles cuerpos son dispensables y cuáles no. Quienes pudieron trabajar desde casa y quiene no pudieron guardarse ni una sola noche porque viven al día en país como México que es tan brutalmente desigual» concluyó Wolffer.