Poema: De la conciencia leyendo a Marguerite Yourcenar

Ilustración: Javier Córdova

Por Víctor M. Navarro

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 03 de noviembre de 2020.- No me inspira ni terror, ni nostalgia

mi vana meditación

sobre la brevedad de la vida.

He aprendido con cierta exigencia extrema

cuando la mañana ronda el lecho,

que el día lo consagro al azar

y así entrego los minutos

a desear lo inesperado.

Proclamo la palabras y el olor

de tu cuerpo, de mi cuerpo

que son todos los cuerpos

de la historia.

Si un objeto me repugna

procuro extraer de él motivo

de alegría, mis manos insensatas

persiguen lo efímero del espíritu

y sigo rascando el universo.

Sólo la libertad permite concesiones

y una verdad vislumbro al atardecer:

he llegado finalmente a conocer

lo oscuro, el brillo incandescente

de mí mismo.

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