Poesía: Se arreglan niños dios

Foto: Víctor Navarro 

Por Víctor M. Navarro

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 19 de febrero de 2021.- Roto mi Niño Dios, maltratado, abollado

de una pierna, un brazo, su manita.

Nada como restaurar al Niño Dios, nada

como pegar sus partes rotas, volverlo a poner

en circulación como cada año. Nada como

dejar en buen estado al Niño Dios para

arrullarlo, para festejarlo, para venerarlo;

misa, bendición y a la salida del templo

tamales, buñuelos, atole y canelitas.

Nada como tener a un Niño Dios y cuidarlo

para que él te cuide, nada como esperar

la fiesta de La Candelaria para remozarlo,

cargarlo, vestirlo y consentirlo.

Más ahora en tiempos de pandemia.

 

Estoy en el mercado y veo la procesión,

gente, mucha gente acicala a su Niño Dios,

lo quiere, lo necesita en su mejor atuendo.

En un puesto el artesano trabaja con la maestría

que los años han sembrado: hasta treinta Niños

Dios arreglo al día -dice-.

Los fieles no pierden la costumbre, la parsimonia,

la tradición. Los más difíciles son los que están

todos rotos y se trata de darle nuevamente vida

al Niño Dios.

Un arte arreglar al Niño Dios, mantenerlo en el corazón.

Todos tenemos un Niño Dios que restaurar.

 

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