Rafael Pérez Botija y Napoleón en histórica Bohemia en el Centro Cultural Roberto Cantoral
Foto: David Fernández Hummel
Por David Fernández Hummel
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 02 de diciembre de 2019.- La nostalgia, los recuerdos y el amor, fueron los elementos que hicieron el mano a mano bohemio más grande e importante en la historia de este formato en el Centro Cultural Roberto Cantoral, cuando Rafael Pérez Botija y José María Napoleón, se entregaron a través del alma de sus letras y canciones en la Bohemia 58, que arrancó lágrimas de emoción del público que se dio cita.
En la máxima de los espectáculos, el público siempre tendrá la última palabra y será quien lleva al éxito las canciones a grado tal de hacer inmortales a sus creadores, como ya lo son para el respetable las figuras de Rafael Pérez Botija y José María Napoleón, que algún día llegarán a plasmar sus nombres en recintos, como ahora luce el del también compositor, Roberto Cantoral García en este imponente Centro Cultural que hoy alberga estas bohemias.
Toda la magia del romanticismo y la nostalgia, se manifestaron a través de la emoción de la gente que coreó todas las canciones iniciando con “Después de tanto” y “Amor amor”, de Napoleón y Botija respectivamente, mismas que abrieron el baúl de los recuerdos no solo del colectivo espectador, sino también de los cambios y crecimiento de una sociedad, de una ciudad como esta y de un nación como México, que está marcada musicalmente a través de los tiempos.
La Bohemia 58, realizada la noche del pasado viernes, marcó un momento especial para los creadores del formato y para los organizadores de la misma fórmula, que recibieron las felicitaciones de todo aquel espectador qué vibró con canciones como “Pajarillo”, “Amiga mía” de Napoleón y “Farolero” y “Volcán” de Pérez Botija.
Canciones que además trajeron a la memoria reciente figuras que dejaron huella en el corazón de los mexicanos como la voz de José Rómulo Sosa, mejor conocido como José José y quién recientemente falleció, dejando un legado musical inolvidable, tanto para “Príncipe” como para Botija como compositor.
El mano a mano entre ambos monstruos de la composición fluyó de dos en dos a través de sus canciones por lo que el público ni tiempo tuvo de distracción alguna con temas como “Amor de habitación” y “Eres” de Napoleón, así como “Electricidad”, “Veleta” y “Gavilán o paloma” de Rafael.
El calificativo de Bohemia “Histórica”, según el público fue por todas las emociones y sentimientos que generaron ambos miembros de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), que difícilmente volverán a reunirse para compartir sus inspiraciones, pero sobre todo para compartir momentos importantes de sus vidas, como la gran amistad que tienen Rafael y Napoleón.
El ambiente y la atmosfera congelaron el tiempo, transportando a sus años adolecentes a más de uno, llevando a la fantasía de las memorias a la mayoría, que no dejó de cantar temas como “Celos” y “Hombre” de Napoleón, “Jamás te dejaré”, “La gata bajo la lluvia” y “Desesperado” de Pérez Botija.
Y como en todo cuento o fabula, siempre hay un final, la Bohemia 58 se acercaba a su final con canciones como “Leña verde” y un Popurrí en memoria a José José en voz de Napoleón y “Me basta” y “Preso” de Botija, así como “Vive” y “Susanita tiene un ratón”.
Además de estos dos grandes cantautores, Rafael Pérez Botija y José María Napoleón, la conducción de René Franco como maestro de ceremonias, fue clave para viajar a través del tiempo y descubrir la vida de ambos creadores, pero sobre todo para llevarlos a través de una charla entre amigos a los aspectos poco conocidos y sorprendentes de Napoleón y de Rafael.