Recuerdan a José Saramago en la FIL de Guadalajara
Foto: Fernando Carranza / Cuartoscuro
Por Manuel Bello Hernández
Notimex. Guadalajara, Jalisco. 26 de noviembre de 2018.- José Saramago (1922-2010), no dejó una plataforma literaria que ensombreciera a los escritores que han aparecido después de él, sino que la enriqueció, aseguró Pilar del Rio, viuda del escritor portugués.
Durante un homenaje celebrado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la también directora de la Fundación José Saramago, señaló que si bien el Premio Nobel de Literatura 1998 comenzó a escribir a la edad de 60 años, cuando otros están esperando su jubilación, el autor siempre estuvo a favor de apoyar a escritores jóvenes.
“Hay una pleya de escritores en este momento en Portugal, pero también en Angola, con un estilo y forma de escribir; sin embargo, Saramago decidió hace 20 años, dejar su nombre para un premio literario, bien dotado económicamente y que tuviera la condición de dárselo a gente de menos de 35 años, porque a la gente joven hay que apoyarla y la gente grande, encontrará su camino y lectores.
“Y eso lo decía Saramago porque no fue ayudado y sobre todo, porque vía las dificultades de los jóvenes que comenzaban”, dijo Del Rio en la charla titulada “La literatura sigue (el mundo después de Saramago)”
En el pabellón portugués, Del Rio estuvo acompañado por Jorge Volpi, Gonzalo Tavares y Ondjaki, quienes hablaron de uno de los escritores más queridos de la FIL de Guadalajara y que ha marcado a toda clase de personas alrededor del mundo.
¿Cómo se vive y se escribe literatura con la presencia de un escritor como José Saramago? Cuestionó Ondjaki, quien recordó aquellas lecturas tempranas del nobel portugués, las cuales eran recomendadas por su padre cuando era joven.
“Al leer sus libros me acordaba de muchas cosas, sin acordarme. Saramago trabajaba con un tiempo universal que no era el presente. Y ese es el tiempo de la literatura”, dijo y afirmó no haber tenido la oportunidad de coincidir con el escritor más de cuatro veces.
Por su parte, Gonzalo Tavares, experimentó una suerte un poco más rica, y rememoró algunas ocasiones en que pudo compartir momentos entrañables con el propio Saramago.
“Recuerdo su generosidad. Ésta tiene que ver con la dádiva; la generosidad es enemiga del negocio; así era Saramago”, dijo Tavares para quien la fuerza política de Saramago estaba muy presente en sus libros.
Reconoció que él no comparte del todo esta manera de expresarse políticamente a partir de la literatura.
“Me interesa una intervención metafórica. Un escritor no debe intervenir dando una opinión política. Yo intento escribir de manera indirecta”, dijo.
De nueva cuenta, Ondjaki, consideró necesario dar a conocer la vastedad de voces portuguesas actuales.
“Existen muchos escritores en portugués que no se conocen porque en países como Portugal y Angola se lee exactamente a los mismos. Pero esto no es un problema de escritores, sino de editores y promotores”, concluyó.