Redescubrir el ensayo. Entrevista con la escritora Olivia Teroba

Foto: Especial

Por Mixar López

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 24 de junio de 2020.- Nicolás Boileau (‘El arte poético’, 1674), escribió que el autor virtuoso no corrompe con sus letras inocentes, aunque cosquillee los sentidos, porque su fuego no levanta llamas criminales. Ama la virtud, y la alimenta en su alma. Por más que su espíritu esté lleno de noble vigor, sus escritos se resistirán siempre a la bajeza del corazón. Olivia Teroba (Tlaxcala, 1988), es una autora que corresponde al fraseo escrito por Boileau en ‘Epístolas’ (1674). Es una escritora virtuosa, sencilla, incorrompible, vigorosa, pero que sus letras logran alterar (positivamente) a cualquier bestia. Es Mozart dentro de una jaula de chimpancés. Tranquiliza y reconcilia, hace que este mundo y los libros (al menos los suyos) sean un lugar seguro.

         Olivia Teroba es autora de ‘Un lugar seguro’ (Paraíso Perdido, 2019), libro de ensayos que, como escribió Mariana Orantes (Los caballeros se quedan a descansar, 2018): “refleja figuras simétricas que cambian de color con el movimiento; es decir, un caleidoscopio del pensamiento, en el que lo que importa es, más que lo observado, el flujo simétrico del discurso”.

         Háblamos de ello en entrevista.

Háblame del proyecto editorial ‘Osa Menor’.

Fue una idea que se nos ocurrió entre amigos. Llevábamos tiempo intentando publicar nuestros manuscritos en distintas editoriales, o a través de concursos. Nos dimos cuenta de que no hay espacios suficientes para toda la literatura que se escribe, y que hay grandes textos esperando ser conocidos por el público. Recién había ocurrido el sismo de 2017. Fuera del edificio donde estábamos, demolían un edificio con el nombre de ‘Osa Mayor’. Quisimos pensar que nuestro proyecto sería una constelación nueva en medio de tantas reconstrucciones.

¿Por qué te decidiste en un inicio, por la licenciatura en Comunicación en la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP) antes de estudiar Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Autónoma de México (UNAM)?

Porque mi familia no me permitió estudiar letras. Ya sabes, por eso de que no tendría de qué vivir en el futuro. Y lo peor fue que me lo creí. No encontré valor suficiente para rebelarme.

¿Cuál es el recuerdo de tu niñez que está más presente en tu narrativa?

La casa como un cosmos donde pueden ocurrir miles de historias.

¿Son importantes los premios, las becas y las distinciónes para un escritor?

Yo diría que más bien son útiles. Quien escribe, lo hará con o sin becas o distinciones. Pero obtener alguno te facilita la vida, te permite concentrarte más y mejor en tus proyectos de escritura. La verdad, me desespera mucho la gente que tilda a quienes buscan recibir becas o premios de “flojos” o “mantenidos”. Escribir es un trabajo. Hacer proyectos y llevarlos a cabo lleva tiempo. Es muy frecuente la idea de que los escritores deberíamos hacer todo gratis, por “amor al arte”. Y cuando digo todo no solo me refiero a la escritura, sino también a lo que la rodea: charlas, conferencias y talleres. Habría que pensar en esa imagen que tenemos del escritor como un mártir: trabaja jornada completa, se ocupa de asuntos domésticos (más aún si es mujer), y en su tiempo libre, escribe. ¿A que hora se supone que descansa? Este tipo de apoyos permiten darle al escritura el tiempo y espacio que se merecen, sin fastidiar al cuerpo.

Santiago Kavaloff, autor de ‘El silencio primordial’ (1993), asegura que el ensayo como género no presume la certeza, al contrario, el lector se hace cargo del asunto. Es una invitación a la convivencia analítica; el lector lee para ver hasta dónde está de acuerdo con lo que está leyendo. ¿Cuál es tu óptica personal del ensayo, además de la metáfora del “caleidoscopio” que hace sobre tus ensayos Mariana Orantes?

Creo que es una conversación. Y como tal, se permite saltos, interrupciones, digresiones que muchas veces son anécdotas. Siempre que lleguemos al punto al que queremos llegar.

¿El ensayo se dirige más a lo mental, mientras que la novela se dirige a la mente y al corazón a un mismo tiempo?

No creo que la visión dicotómica que separa cuerpo-mente sirva para la literatura. Quizá los mejores textos son los que sentimos y pensamos a la vez.

¿Qué tan seguro es el ensayo como lugar para habitar?

Como todos los géneros literarios, tiene su seguridad y sus peligros. Creo que en especial en el ensayo, hay que cuidarse de las imposturas.

¿Qué estabas escuchando mientras escribías ‘Un lugar seguro’ (Paraíso perdido, 2019)?

Cuando escribo escucho casi siempre escucho lo-fi. En especial Chillhop Radio, mejor conocido como el video del mapache en Youtube.

¿Crees que todo ensayo en cualquier lengua, esté compuesto en un idioma que sólo en parte coincide con la forma hablada, en unas cuántas palabras y giros sintácticos, y que el resto sea sólo literatura?

Creo que la literatura está más cerca de cómo hablamos y pensamos en la cotidianidad de lo que parece.

Algunas personas no leen ensayos porque no están interesadas en las conclusiones que saquen los otros sobre las experiencias; les interesa más tomarse el trabajo de sacar sus propias conclusiones. ¿Qué tanto se lee en México el ensayo literario y creativo?

Cada vez más. Creo que en nuestro país hay un gran interés en ese género que en el extranjero llaman non-fiction, donde entran los libros históricos, monográficos, y de autoayuda. El ensayo literario está redescubriendo una forma de comunicar que involucra de forma más directa a los lectores.

¿Escribir es un acto de supervivencia?

No diría de supervivencia. Creo que es más bien una de tantas formas de habitar el mundo. Es estar ahí a través de la palabra.

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