“The Favourite” se aparta del decoro

Foto: Atsushi Nishijima / AP

Por Jake Coyle

«The Favourite» (“La favorita”) de Yorgos Lanthimos es una explosión retorcida de diversión despreciable, que se aparta alegremente del decoro usual en un drama de época para liberar a su poderoso trío de actrices, Olivia Colman, Emma Stone y Rachel Weisz, en una comedia deliciosamente interpretada a través de las pelucas y corsés de la aristocracia británica del siglo XVIII.

Que la actuación, y eso incluye también al espectacular actor de reparto Nicolas Hoult en el papel del líder Tory Robert Harley, sea tal festín en la más reciente película de Lanthimos es una sorpresa. Sus cintas anteriores («The Lobster», »The Killing of a Sacred Deer», »Dogtooth») fueron intencionalmente interpretadas en un tono plano y sin emoción que pocas veces se levanta por encima de su rareza monótona.

La briosa «The Favourite» es, hasta cierto punto, una desviación para Lanthimos quien en esta ocasión trabaja con un guion de Deborah Davis y Tony McNamara en vez de su colaborador usual Efthimis Filippou. Aunque «The Favourite» no es menos salvaje y despiadada que sus películas anteriores, ni Lanthimos (sorpresa, sorpresa) encontró las costumbres de la realeza británica de comienzos del siglo XVIII menos grotescas que las normas contemporáneas de las que se ha burlado tan salvajemente antes.

Pero «The Favourite», una especie de «All About Eve» (“La malvada”) traducida a una lucha de poder triangular en la corte de la reina Ana, es de hecho una revuelta, aunque frígida e inquietante. Y no es sólo porque Lanthimos le da prioridad al anacronismo por encima de la precisión histórica (incluyendo palabras del argot moderno y bailes como sacados de una discoteca). Se trata del placer de ver a tres de las mejores actrices enredadas en actos aún más absurdos de seducción y traición.

Llegamos a la corte de la reina Ana en una carreta destartalada y atiborrada de pasajeros con Abigail (Stone), una pariente lejana de la reina, quien tras haber sido perdida por su padre en un juego de cartas, ha caído fuera de la nobleza. Está desesperada por recuperarse con una posición en la casa real, y después de que la mandan a fregar pisos, la duquesa de Marlborough, Sarah Churchill (Weisz), la toma como sirvienta.

Nuestros vistazos a las supuestas “circunstancias desfavorecidas” de Abigail, (incluyendo más de una caída en el lodo) son lo suficientemente vívidos como para ganarse nuestra simpatía y justificar sus tácticas cada vez más inescrupulosas para ascender en el palacio. En uno de los múltiples intercambios de favores, Abigail permite que un hombre más noble entre en su habitación de noche y le pregunta si está ahí para violarla o seducirla, “soy un caballero”, responde él a la defensiva. “Entonces es violación”, responde sin chistar ella.

Por medio de astucia, extorsión y adulación, Abigail llama pronto la atención de la reina Ana (Colman) y no sólo su atención, termina en su cama, un estatus en conflicto con la confidente anterior de la reina y su amante, Sarah. La duquesa interpretada por Weisz usa su posición para extender la guerra con Francia, y sus métodos de manipulación son más controladores y agresivos. Pero también son más directos que los apaciguamientos vacíos de Abigail. En una escena Sarah impide que Ana vaya a una junta de Estado mostrándole su rostro con exceso de maquillaje: “Te ves como un tejón”, le dice. Cuando Abigail emerge como una rival, Sarah, helada y formidable, no se aleja de la pelea: “Me gustan los débiles”, señala.

Con lentes gran angular y ojos de pescado, Lanthimos sigue este drama tripartita, resaltando sus expresiones más primigenias. Estos personajes podrán vivir en la opulencia fastuosa, pero debajo de sus rostros empolvados son primitivos y tienen sed de poder. Lanthimos observa con cámara lenta una carrera de patos en un salón del palacio y se detiene en la agonía por la gota que padece Ana, con la escalofriante música de una sola nota de piano y un violín chirriante de fondo.

La mayor parte de «The Favourite» tiene una aguda inteligencia, pero es Colman quien la eleva a algo magnífico. Su Ana es una ruina gloriosa de reina, una mujer afectada por el tiempo y la tristeza (tiene 17 conejos, uno por cada hijo suyo que no logró vivir). Su interés en los deberes reales se ha desintegrado cómicamente. Debajo de sus enormes vestidos ella es como un cachorrito, triste y solitario, dividida entre la gente que pretende obtener algo de ella.

A pesar de sus brotes de violencia, chorros de sangre y encuentros sexuales cínicos, «The Favourite» es, por extraño que parezca, una película sobre el amor. De maneras opuestas Sarah y Abigail presentan una dicotomía melancólica: El amor es adulador y falso u honesto y abusivo.

En otras palabras, el verdadero amor es decirle a alguien que se ve como un tejón.

«The Favourite» de Fox Searchlight se estrena el viernes 1 de febrero en México y se encuentra actualmente en cines de Estados Unidos. Tiene una clasificación R (que requiere que los menores de 17 años vayan al cine acompañados por sus padres o por un tutor) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por su contenido sexual, desnudos y lenguaje. Tres estrellas y media de cuatro.

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