Todos presumen fotos cuando fallece un grande de la actuación, pero ninguno comió tacos con Ignacio López Tarso
Por David Fernández Hummel
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de marzo de 2023.- Es curioso como los reporteros y representantes de prensa presumen fotos con los famosos que pierden la vida, pero ninguno ha tenido la dicha de compartir el pan y la mesa con alguno de ellos; por ejemplo con Don Ignacio López Tarso.
Corría el año de 1979, Don Ignacio López Tarso ya era el gran actor o el primer actor del teatro y el cine nacional; su humildad y humanidad eran palpables en su trato con la gente.
Mucho antes de que mi vida fuera marcada por el periodismo, cursaba el tercer año de nivel Secundaria, y gracias a mi padre, aprendí que trabajar y estudiar era lo mejor que podía hacer a esa edad (12 ó 13); por lo que tener en la bolsa dinero bien ganado me abría la posibilidad de poder comprarme algo de comida.
Mi vida siempre transcurrió en las calles del Centro Histórico, pues mi padre de oficio sastre, después de haber pertenecido a las filas del ejército en Guardias Presidenciales en el periodo de Miguel Alemán Váldes; me enseñó junto con mis hermanos el arte de la sastrería y para ello me mandaba a comprar los insumos para desarrollar el oficio, por lo que recorría las calles de Isabel La Católica en la que se encontraban diversas tiendas de casimires y telas finas, así como lo necesario para confeccionar sacos, chalecos y pantalones.
En mi paso diario por esa céntrica calle había un restaurante de renombre en esa época, el local era conocido como Tacos Beatriz, que se localizaba sobre Isabel La Católica antes de llegar al cruce con 5 de mayo.
Al tiempo de ayudar a mi padre y hermanos en la sastrería, yo trabajaba eventualmente en la Boutique Creaciones Tony Maya, ubicada en las calles de Republica de Brasil; un joven nacido en cuna de oro, junto a sus hermanos Pepe,José Luis y Alberto Maya, quienes siguieron el comercio de los trajes finos sobre talla y sobre medida en diferentes locales.
Trabajar desde pequeño fue mi distracción y mi pasión el estudio; ahí aprendí que el dinero bien ganado me daba la oportunidad de solventar cualquier antojo, aunque en casa nunca falto comida gracias a mi madre Elvira Hummel Balona y a mi padre Felipe Fernández López; que trabajaban más de 10 horas diarias.
Siempre que deambulaba por Isabela La Católica, pasaba frente a los Tacos Beatriz y al igual que la película de “Macario” interpretada por Ignacio López Tarso, jure que cuando tuviera dinero suficiente me compraría una orden de esos suculentos tacos, y digo deliciosos porque la gente hacía fila para comprar esos manjares que dicho sea de paso ya eran super conocidos entre la gente con recursos.
Así llegó ese dia, tenia en mi bolsa 40 pesos, y me alcanzaba para una orden de tres tacos, por lo que compré tres y un refresco.
Una vez con los manjares en mis manos envueltos incluso en papel aluminio; me dispuse a buscar un lugar para engullir esos ricos tacos (chicharrón prensado, mole con pollo y bistec con papas); así que camine sobre 5 de mayo y conforme avanzaba mi habré se incrementaba; así llegué hasta la Alameda Central, pero el ir y venir de la gente en esa zona me cohibía para saborear esos tacos Beatriz.
Mire a rededor mío y no encontraba un espacio solitario para sentarme a comer, sin embargo mi vista se fijo en el gran letrero del Teatro Hidalgo, perteneciente al Instituto del Seguro Social (IMSS), en el que se anunciaba la puesta en escena “El Avaro”, escenificada por el gran actor Ignacio López Tarso, a un costado del teatro había una pequeña calle o andador que daba para la calle de Pensador Mexicano, por lo que decidí caminar hacia allá. Una vez que me senté en una baca de concreto, donde la gente se sentaba para esperar la entrada al teatro o para tomar un respiro. Yo aproveche la tranquilidad y el nulo paso de peatones por ese callecita.
Destape lentamente la envoltura de mis tacos, no sin antes poner la bolsa de plástico en la que los traía como mantel; Justo cuando iba a encajar el diente en uno de los tacos, alguien dijo con voz firme.
-Buen provecho-
En automático respondí.
-Gracias, usted gusta- al tiempo que alzaba la vista para ver de quien provenías esas palabras.
Hasta ese momento, a mi corta edad de adolescente no repare en el personaje que se había detenido a verme comer y alcance a decir.
-Son tacos de La Beatriz-.
Enseguida el hombre con amplia sonrisa me dijo -Si son de la Beatriz le acepto uno-
Por lo que ambos mordimos un taco; él cogió el de pollo con mole y yo el de chicharrón prensado.
El hombre bien vestido con traje sastre y un sobrero fino, me pregunto mi edad y me felicito al saber que trabajaba con mi padre en el taller de sastrería y en la boutique de Creaciones Tony Maya.
Al final de saborear el taco, el hombre se despidió y me agradeció el gesto de invitarlo, y me dijo
-Bueno me voy porque ya están por iniciar los ensayos-
Hasta ese momento no sabía que se trataba del gran actor Ignacio López Tarso, que escenificaba “El Avaro”, hasta que termine de comer y al caminar al Teatro Hidalgo vi las imágenes de promoción de la obra y menuda sorpresa, había comido con el primer actor y sabía que nadie me lo podía creer, por lo que guarde esa experiencia en mi corazón.
Afortunadamente cuando termine mis estudios en el Colegio de Ciencias y Humanidades Naucalpan y luego la carrera de periodismo en la Facultad de Ciencia políticas y Sociales, me propuse entrevistar algún día a ese personaje que se atrevió a comer con un simple adolescente desconocido y hoy que fallece a los 98 años de edad puedo decir que bendecido fui al ver ese actor de cerca y en su máxima expresión como ser humano.
Mi trayectoria periodística transcurrió a lo largo de 30 años en la Agencia Mexicana de Noticias Notimex, hoy agencia de Estado cerrada por la negligencia y poca capacidad de una seudo periodista de nombre, San Juana Martinez, que abuso de poder violo el Contrato Colectivo de Trabajo y despidió de manera injustificada a experimentados reportero de diversas áreas informativas, así como a editores y redactores, personal administrativo, quienes decidieron estallar la huelga en su derecho de defender su fuente laboral y su dignidad.