
Migrantes en México trabajan en la informalidad tras dejar la meta de ir a EEUU por Trump
Por Juan Manuel Blanco
EFE. Tapachula, México. 22 de marzo de 2025.- Miles de migrantes han abandonado su trayecto hacia Estados Unidos tras dos meses de la presidencia de Donald Trump y ahora trabajan en la informalidad en la frontera sur de México, desempeñándose en oficios como albañiles, pintores, camareros, herreros, comerciantes, enfermeros, carpinteros o trabajadores sexuales, ante la tardanza del Gobierno mexicano en regularizarlos o darles asilo.
Uno de ellos es el cubano Alexander Barrera Serrano, quien lleva dos años en Tapachula y recurrió a la informalidad tras enfrentar la burocracia de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), que le ha negado su trámite en dos ocasiones.
Pese a ello, se asoció con un mexicano para abrir una carpintería, donde invirtió su dinero y ahora elabora muebles.
“Yo hago todo el mueble que se pueda, camas, sillas, lo que sea. Fue difícil para mí porque venimos sin recursos, aquí el amparo es el dinero, hay que tener la plata. Tengo un negocio con un señor aquí y entonces le doy una parte a él en sociedad y de ahí sale la renta del local”, relató.
El reto de migrar por México
México ha recibido 24.413 deportados en las primeras ocho semanas de la nueva Administración de Trump, incluyendo 4.567 extranjeros, según reportó el lunes la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien opinó que «no son muchos».
A los mexicanos deportados, el Gobierno de México les otorga la ‘Tarjeta Bienestar Paisano’ con 2.000 pesos mexicanos (cerca de 100 dólares), además de apoyo para buscar empleo. Mientras tanto, a los extranjeros se les ofrece ayuda para gestionar su regularización o volver a su país.
Pero Luis Rey García Villagrán, presidente del Centro de Dignificación Humana (CDH), denunció que los migrantes se han alejado de los espacios públicos y trabajan en condiciones desfavorables en mercados y empresas porque no les pagan el sueldo justo debido a su estatus irregular.
“Hay unos 30.000 migrantes, la mayoría de ellos subempleados, empleándose en la calle, vendiendo, en los mercados de cargadores, ganando 180 pesos (9 dólares) de sol a sol de tres de la mañana a tres de la tarde”, sostuvo.
Pese al panorama, el venezolano Dilan Nieves decidió quedarse en Tapachula debido a las nuevas políticas migratorias de Trump, como las «deportaciones masivas» y el fin de la aplicación ‘CBP One’ de la Oficina de Aduanas y Protección para pedir asilo desde las fronteras sur y norte de México.
El sudamericano ha buscado un empleo en la venta de pan y compró una motocicleta para trabajar.
“No todos somos personas flojas (perezosas), no somos mantenidos, prefiero trabajar que pedirles dinero a otras personas. Así como me ve, montadito me gano mi dinero sin pedirle nada a nadie. En Venezuela era operador de maquinaria pesada, pero mal pagado”, narró a EFE.
En Tapachula, decenas de haitianos y centroamericanos se capacitan en artes y oficios en un Centro de Desarrollo Comunitario (Cedeco) mientras esperan sus trámites de asilo.
México es el tercer país con más peticiones de asilo en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos y Alemania, según el Gobierno mexicano, que contabilizó 78.975 solicitantes en 2024.