Pandemia, migración y unión, entrevista con el defensor de derechos humanos Alejandro Solalinde
Foto: Cortesía Hermanos en el Camino
Por Sandra Márquez
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 31 de diciembre de 2020.- “El 6 de abril (2020) tomamos la dolorosa decisión de cerrar nuestras puertas debido a la contingencia sanitaria, y tuvimos que preguntar a los 150 hermanos y hermanas migrantes que se encontraban en ese momento con nosotros, si querían quedarse en las instalaciones, o bien, si preferían seguir el camino conforme a sus planes. La mitad de ellos aceptó pasar la pandemia en el albergue; como muestra de agradecimiento comenzaron a trabajar y ayudaron a mejorar el espacio. Puedo decir que el albergue nunca estuvo tan bonito”, comparte el padre Alejandro Solalinde Guerra con un tono de alegría en su voz.
En entrevista vía telefónica para Periodistas Unidos, el fundador del albergue Hermanos en el Camino, Alejandro Solalinde Guerra, platicó sobre las condiciones en las que se encuentra el refugio y los migrantes en medio de la pandemia, así como el apoyo que ha llegado por parte de la sociedad civil, de instituciones de gobierno como la Secretaría de Salud y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF), y de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR).
“Aún en medio de esta situación de latente temor, la pandemia ha traído cosas bonitas y enseñanzas”, comenta el también activista de 75 años de edad, y es que a partir de que el albergue cerró temporalmente sus puertas para proteger a los migrantes que decidieron quedarse, la ayuda externa sigue llegando.
De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la pandemia por Covid-19 frenó los planes de un 60 por ciento de los migrantes de México y Centroamérica. Este 2020, el flujo de migrantes en el refugio también ha disminuido, pues el lugar –localizado en la ciudad de Ixtepec, Oaxaca– llegaba a recibir hasta 20 mil personas anualmente.
“Al día de hoy, en el refugio hay 50 migrantes, la mitad de ellos adolescentes hombres no acompañados. Sin embargo, diariamente llegan entre 40 y 60 migrantes, en su mayoría jóvenes y hombres adultos, que sólo buscan una parada para descansar y continuar su trayecto prácticamente al día siguiente de su llegada. A esas personas los recibimos afuera del albergue, en donde colocamos casas de campaña, y les ofrecemos comida y atención médica si la requieren”, explica el religioso nominado al Premio Nobel de la Paz en 2017.
En meses anteriores, Hermanos en el Camino recibió apoyo médico de los Países Bajos, pero este concluyó en noviembre. “Por el momento no tenemos doctores. Si algo se requiere nos apoya el doctor Alberto Toledo, o bien, llevamos a los migrantes a algún centro de salud o consultorio particular para que sean atendidos”.
Referente al número de migrantes contagiados con Covid-19, el padre Solalinde asegura que hasta el momento no han tenido ningún caso positivo de esta enfermedad que ya ha cobrado la vida de más de 120 mil personas en México.
“Afortunadamente no ha habido ningún caso de Covid. Todos en el albergue tomamos las medidas sanitarias necesarias. Migrantes, personas que nos apoyan en labores de cocina y limpieza, todos hemos acatado los lineamientos para continuar ayudando, ahora con una organización diferente”, comparte el sacerdote.
Ayuda para migrantes continúa pese a pandemia
Este año, la situación en los albergues que reciben a migrantes en su paso por territorio mexicano rumbo a Estados Unidos, no ha sido del todo favorable, como el caso en Saltillo, Coahuila, en donde la Casa del Migrante tuvo que cerrar sus operaciones por 28 días.
La mayoría de los refugios continúan laborando con los recursos que tienen para brindar, atención, abrigo y un plato de comida caliente a quien lo necesita. Algunos de ellos, como Hermanos en el Camino, aunque con aforo reducido, ya se encuentran operando en esta nueva normalidad.
Si bien el contexto de movilidad resulta cada vez más complejo pues son varios los aspectos que empujan a las personas a migrar, como cuestiones económicas, sociales, políticas, de seguridad y salud, también se suma la movilidad por cambio climático, ya que las tierras natales de millones de personas se han convertido en lugares inhóspitos.
Antes de continuar con el peligroso viaje hacia Estados Unidos a bordo del tren de carga conocido como “La Bestia”, los migrantes que decidieron quedarse en el albergue Hermanos en el Camino durante la pandemia, se han enfocado en mejorar las instalaciones, y en crear distintos talleres para mantenerse ocupados y aprendiendo nuevos oficios.
Foto: Cortesía Hermanos en el Camino
El miedo y la tristeza que sienten los migrantes tras abandonar sus lugares de origen, se ha transformado en energía pura que los ha inspirado a modificar su hogar temporal, este albergue que diariamente recibe a personas que como ellos y ellas, no les ha quedado más remedio que huir, aún sabiendo que en el trayecto no sólo sufrirán inclemencias meteorológicas, pues también existe la posibilidad de ser víctimas de asaltos, violaciones o extorsionados por parte de grupos criminales.
“Tuve la posibilidad de haber pasado las fiestas en otro lugar, sin embargo mi corazón y mi deber están en el albergue y ha sido maravilloso pasar Navidad con los migrantes, así como lo será el Año Nuevo. Hay un ambiente muy bonito, sin conflictos“, apunta el activista y defensor de los derechos humanos.
Foto: Cortesía Hermanos en el Camino
Sorpresas en medio de la pandemia
En cuanto a la ayuda que requiere Hermanos en el Camino, el sacerdote mexicano hace un llamado para que las personas se sumen a la colecta que está realizando el restaurante Migrante, localizado en la calle Chiapas 186, colonia Roma Norte, en la Ciudad de México, y que recibirá donaciones de ropa y juguetes hasta el día 5 de enero de 2021.
“Toda ayuda es bienvenida. Los migrantes que llegan al albergue siempre están muy agradecidos. Actualmente lo que más se necesita es ropa en buenas condiciones para jóvenes y hombres, zapatos y ropa interior nueva”, expresa.
Asimismo, el padre Solalinde comparte que una de las sorpresas que recientemente recibieron niños y jóvenes del albergue fue la cancha con domo donada por la ACNUR, apoyados por la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM). “Esto ha sido una bendición porque las personas que llegan a Hermanos en el Camino tienen la idea de que el albergue luce como una estación migratoria y no es así, aquí pueden hacer actividades físicas y liberar el estrés”, apunta.
Además, comenta el también licenciado en Historia por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), hace poco se tomó la decisión de llevar a un grupo de niños de origen guatemalteco para que conocieran el mar. “El refugio está muy cerca del mar, sólo nos tomó 50 minutos llegar ahí, así que llevamos a los pequeños que tenían ese sueño”, y con dulzura expresa: “De padre he pasado a ser abuelo, y trato de ser consentidor”.
Navidad y Año Nuevo migrante
Este año y gracias a Simon Kim, norteamericano de ascendencia coreana, el albergue disfrutó de una cena de Navidad de ensueño, explica el sacerdote. “Hubo de todo. Tuvimos una cena muy elegante. Frijolitos charros, arrachera, chistorra, chorizo argentino, queso asado. Todos cenamos delicioso, tanto los que estamos al interior del refugio, como los migrantes que están afuera en las casas de campaña. Nos organizamos para comer en diferentes tiempos y fue magnífico”.
Esta pandemia ha dado la oportunidad a los migrantes y al equipo de Hermanos en el Camino, de convivir, de platicar, de conocer historias, y sobre todo, comparte Solalinde, de valorar mucho a las personas y el tiempo que pasamos con ellas.
Solalinde adelantó que el 2021 trae otra sorpresa, cortesía del chef Simon Kim, pues además de preparar la cena que este 31 de diciembre será degustada en el albergue, también ayudará a darle un nuevo giro a la cocina y al menú que se ofrece a los migrantes.
Foto: Cortesía Hermanos en el Camino
“Cuando Simon vio que servíamos arrocito, frijolitos y spaguetti y volteó a ver lo que teníamos en la cocina dijo: ¡Son puros carbohidratos, hay que mejorar esto, combinar y aprovechar todo lo que tienen para crear un menú rico y balanceado! Así que ahora se dará más formalidad a la cocina y se capacitará al equipo base de cocina, que son cinco personas. Será toda una revolución para aprovechar mejor los alimentos”, comentó emocionado el religioso nacido el 19 de marzo de 1945 en Texcoco, Estado de México.
Asimismo, el defensor de los migrantes que ha sido amenazado de muerte en varias ocasiones, compartió que en 2021 llevará a cabo una exposición virtual de arte, con pinturas y dibujos que realizó durante la pandemia. “Con Flores de pandemia, el mensaje que quiero dar es que de una situación de temor pueden surgir cosas bellísimas”, señala Solalinde.
Finalmente, el padre Alejandro Solalinde aseguró que ya se encuentra trabajando con una editorial, pues está afinando detalles de dos libros que publicará, uno referente a la iglesia, y otro sobre cómo entender la vida.