AP. Ciudad Victoria, México. 18 de septiembre de 2021.- Un grupo de 500 migrantes haitianos que llegaron al estado norteño de Tamaulipas en autobuses y fueron bajados de los vehículos por autoridades migratorias y la Guardia Nacional continuaron su marcha el viernes hacia el norte a pie a pesar de que la región es una zona de intensa actividad del crimen organizado.
Algunos consiguieron que vehículos pararan en la carretera para acercarles en dirección a Reynosa, a donde se dirigían. Otros caminaron horas hasta llegar a la localidad de San Fernando donde pasarán la noche. Este municipio se hizo famoso porque en 2010 fue el escenario de la masacre de 72 migrantes por parte del grupo delictivo Los Zetas.
“Entre 300 y 400 personas están pasando la noche en el centro de convenciones pero están en una situación gravísimo de peligro”, dijo a The Associated Press el padre Francisco Gallardo, director de la Casa del Migrante de Matamoros, que se trasladó desde esa ciudad, en la frontera con Estados Unidos, hasta San Fernando, 140 km más al sur, para ver la situación de los migrantes y pedir ayuda a todas las autoridades para que velen por su seguridad.
Según el sacerdote, se encuentran en una situación muy complicada. Unos kilómetros más al norte se ha instalado un control de militares, Guardia Nacional, agentes migratorios y policía estatal que, previsiblemente les impedirá el paso hacia el norte.
Pero el problema es que tampoco pueden ir hacia el sur y el miedo de Gallardo es que se queden ahí varados.
“No les venden boletos de autobus ni para el norte ni para el sur”, explicó. “Las empresas argumentan que es por seguridad de sus choferes”.
En el pasado, migrantes han sido bajados de autobuses de pasajeros por grupos armados que luego se los han llevado.
Los migrantes fueron obligados a descender de los autobuses en la madrugada del viernes cuando estaban a unos 200 kilómetros al sur de la frontera con Texas.
Según indicó el gobierno del estado en un comunicado, “autoridades militares les notificaron que no podían continuar su tránsito a bordo de autobuses de pasajeros” y por eso los migrantes empezaron a caminar.
El Instituto Nacional de Migración no respondió a una solicitud de comentario de AP.
“Los engañaron”, sentencia Gallardo. “Les vendieron boletos hasta Reynosa pero (en el punto de control) les bajaron sin pedir papeles ni nada”. Algunos llevaban constancias de haber pedido refugio en México. Otros sólo sus pasaportes, indicó el religioso.
Algunos haitianos consiguen visas humanitarias para poder moverse legalmente por territorio mexicano y las aprovechan para trasladarse hacia la frontera con Estados Unidos. Otros sólo tienen documentos que acreditan que pidieron refugio y, en estos casos, sólo se pueden circular legalmente dentro del estado donde hicieron esa solicitud (que generalmente es en el sur del país).
Los migrantes, entre los que había familias con niños, comenzaron a caminar a las 4 de la madrugada desde un punto al sur de la localidad de San Fernando.
Joseph Junior Abellaro, uno de ellos, explicó en una entrevista con un medio local que los autobuses en los que viajaban salieron de Poza Rica, Veracruz, con destino a Reynosa, Tamaulipas, fronteriza con McAllen.
Al llegar al punto de revisión, agregó, personal de la Guardia Nacional les indicó que no podían viajar como pasajeros mientras que oficiales de migración amenazaron con detenerlos pero finalmente no lo hicieron. Los migrantes afirmaron que venían en 15 autobuses.
Después de varias horas lograron llegar a San Fernando, donde la gente les brindó apoyo y comida. Otros continuaron caminando.
El gobierno del estado indicó que no tiene competencia en temas migratorios y sólo puede intervenir en caso de que se registren ilícitos, pero algunas patrullas de la policía los acompañaron durante una parte del camino para evitar accidentes.
Este es el segundo grupo de migrantes haitianos detectado por el gobierno estatal. El miércoles por la noche unos 40 cerraron la carretera sur a Tampico debido a que las autoridades federales pretendían detenerlos y deportarlos.
Mientras tanto, más al oeste, en la frontera de Texas con el estado de Coahuila, unos 12.000 permanecen en un improvisado campamento entre la localidad mexicana de Ciudad Acuña y la estadounidense de Del Rio, debajo del puente internacional, intentando gestionar sus solicitudes de asilo en Estados Unidos.
Los migrantes, en su mayoría haitianos, comenzaron a llegar a la frontera norte en mayores números desde hace unas tres semanas después de que en el sur, en la ciudad de Tapachula, fronteriza con Guatemala, miles llevaran semanas protagonizando protestas por la lentitud en la resolución de sus trámites migratorios.
En total casi 19.000 haitianos han pedido refugio en México en lo que va de año. Miles de ellos esperan la decisión de sus trámites en Tapachula. Algunos intentaron salir caminando desde la frontera sur en grupos pero fueron inmediatamente interceptados por las fuerzas de seguridad federales que los detuvieron.